Nigeria precisa un “diálogo sincero” contra la violencia

Pocos días después del llamamiento del arzobispo de Abuja, un nuevo atentado dejó 15 muertos

John Olorunfemi Onaiyekan, arzobispo de Abuja, Nigeria

J. L. CELADA | El arzobispo de Abuja (Nigeria), John Olorunfemi Onaiyekan, ha denunciado la presencia de “ideologías religiosas radicales importadas desde fuera, especialmente aquellas que han sembrado la devastación en otros países”, y ha lanzado un llamamiento a las diversas formaciones políticas nigerianas para que pongan en práctica un “diálogo sincero” que contribuya a establecer un frente común ante las acciones terroristas del grupo armado Boko Haram.

Según informa la agencia Fides, sus declaraciones se producían pocos días antes de que un vehículo cargado de explosivos provocara al menos 15 muertos y un número indeterminado de heridos durante la misa dominical, el 3 de junio, en una iglesia de la localidad norteña de Yelwa.

El prelado participó a finales del pasado mes de mayo en una reunión sobre seguridad que el Consejo Africano de Líderes Religiosos (ACLR, por sus siglas en inglés) celebró en Nairobi, capital de Kenia. Y allí, durante su intervención –titulada Conflicto y paz en Nigeria: entre la desesperación y la esperanza, el papel de la religión–, recordó las distintas crisis sociales y políticas que han padecido a lo largo de sus últimos 40 años de historia.

Sin embargo, advirtió que ningún país africano es inmune a esa ola de terrorismo que sufre hoy Nigeria, por lo que reivindicó un mayor protagonismo de las religiones para combatir cualquier forma de fanatismo que amenace con degenerar en violencia.

En este sentido, y en contra de esos grupos que han tomado y siguen tomando a la religión como pretexto para “atentar contra la tradición de coexistencia interreligiosa pacífica” del país más poblado del continente y tratar de “imponer su supremacía”, el también copresidente del ACLR defendió que “los llamados conflictos religiosos provienen con mucha frecuencia de manipulaciones políticas y rivalidades entre grupos enfrentados”.

Para hacer frente a los posibles peligros y amenazas, Onaiyekan abogó por aprovechar el rol “catalizador” que puede jugar la religión en nombre de cualquier causa, y solicitó la creación de nuevos consejos interreligiosos en los diversos países y regiones del continente, de tal manera que “hombres y mujeres de todas las religiones puedan encontrarse los unos con los otros como ciudadanos de una misma nación, con retos y objetivos comunes, que comparten los mismos valores espirituales generales y las mismas directrices morales”.

El arzobispo de Abuja destacó, asimismo, la importancia del respeto a las reglas compartidas por todos: “La aplicación de la ley debe abarcar a todos los ciudadanos sin discriminación alguna, ni por motivos étnicos ni religiosos. Debemos rechazar cualquier excusa de carácter religioso cuyo propósito sea el mantenimiento de las situaciones de injusticia, la discriminación y la corrupción”.

Y concluyó: “África ya tiene su propia lista de problemas y dificultades. Además de los desastres naturales, el hambre y las enfermedades, todavía estamos lidiando con los problemas derivados de la falta del buen gobierno y de una mejor gestión de nuestros escasos recursos. No podemos permitirnos añadir el terrorismo a nuestra larga lista de problemas”.

La amenaza de Boko Haram

El grupo armado Boko Haram, autor de numerosos atentados mortales contra la comunidad cristiana de Nigeria (VN, nn. 2.776, 2.783, 2.786…), se ha convertido en una auténtica amenaza para la unidad nacional. Sus integrantes reinvidican la instauración de la sharia o ley islámica, tanto en el norte, cuya población es mayoritariamente musulmana, como en todo el territorio del país.

Según estimaciones facilitadas en marzo por las autoridades nigerianas, los atentados y ataques cuya autoría se imputa a Boko Haram habrían causado más de 1.200 víctimas mortales desde 2009. De aquí la insistencia del arzobispo de Abuja en que los distintos actores políticos dialoguen entre sí para alcanzar un acuerdo que conduzca a su definitiva erradicación.

El presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, por su parte, se refirió también a Boko Haram durante su discurso con ocasión de la Jornada de la Democracia, el pasado 27 de mayo en Abuja. Allí recordó que, gracias al estrechamiento del cerco sobre sus miembros que vienen ejerciendo las fuerzas de seguridad, la crisis desatada será “resuelta muy pronto”. Aun así, reconoció que la nueva ola de violencia protagonizada por el grupo armado les había pillado por sorpresa.

En el nº 2.804 de Vida Nueva.

 

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