Pobreza infantil: los niños sufren más la crisis

niños pobres gitanos en la calle

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MANUEL SANJURJO | No figuran en las listas del paro ni están en boca de ningún político, pero están ahí, acongojados por el miedo y la precariedad que se ha instalado en los hogares (los que aún lo mantienen), víctimas colaterales de una crisis que está rompiendo los diques protectores que las familias habían levantado ante ellos: son los niños, colectivo que UNICEF, a través de un reciente informe que analiza su situación en España, considera que es el más afectado por la situación económica. [Pobreza infantil: los niños sufren más la crisis – Extracto]

Bajo el título de La infancia en España 2012-2013. El impacto de la crisis en los niños, sostiene que la pobreza infantil se ha incrementado de manera muy significativa en los últimos años, hasta el punto de que, hoy día, hay más niños pobres entre nosotros y, además, son más pobres.

Por ello, y dado que esta situación “permanece prácticamente invisible en el discurso político, social o mediático”, el objetivo del estudio “es hacer visibles a los niños en el panorama de retos sin precedentes a los que nos enfrentamos”.

Así, además de exponer cómo los niños están siendo “enormemente afectados” por la crisis, el informe plantea la necesidad de tenerles en cuenta para salir de la misma. “Porque lo que le ocurre a los niños acaba, más pronto o más tarde, repercutiendo inevitablemente en todos”, se señala.

Para UNICEF, “los niños sufren la crisis en los hogares cuando sus progenitores se quedan sin trabajo y sin ingresos, cuando ellos y sus familias son desahuciados, cuando, a consecuencia de los menores ingresos familiares, se empobrece la calidad de su alimentación, cuando se deteriora el ambiente familiar, cuando no pueden costearse tratamientos no incluidos en los sistemas públicos”.niño pobre gitano en la calle

“Pero también repercuten en ellos las decisiones políticas de reducción del gasto público en ayudas a las familias, en becas escolares de comedor o libros de texto, y no son ajenos al impacto de las decisiones generales en materias de impuesto y de deuda pública, o en las reducciones de presupuestos destinados a servicios sociales, educativos o de salud”.

Más de dos millones de menores

En este sentido, se pone de manifiesto que “la actual recesión y las distintas respuestas que están dando los Gobiernos están poniendo a prueba los compromisos con la infancia de los poderes públicos, pero también los de la sociedad en su conjunto. La crisis, además, está poniendo en evidencia en distintos países en qué medida la interacción entre la economía, las políticas públicas y el mercado de trabajo es capaz o no de proteger eficazmente a los niños contra las sacudidas financieras”.

Y, “en el caso de España, el impacto preocupante de la crisis sobre los niños y sus familias es ahora evidente y medible”.

Si en el anterior informe de UNICEF, correspondiente a 2010, y con datos de 2008, se certificaba que la pobreza infantil en España se acercaba a los dos millones de niños, con los últimos datos, y solo en dos años, la cifra ha crecido un 10%. Son ya 2.200.000 los menores de 18 años que viven en hogares que están por debajo del umbral de pobreza.

Los niños sufren la crisis en los hogares
cuando sus progenitores se quedan sin trabajo
y sin ingresos, cuando ellos y sus familias
son desahuciados, cuando se empobrece
la calidad de su alimentación…

Así pues, de 2009 a 2010, la pobreza infantil subió del 23,7% al 26,2%, incremento y porcentaje nunca alcanzados para esta franja de edad desde 2004, cuando comenzaron estos estudios.

Este incremento muestra que hoy hay más niños más pobres (205.000 más); que además de ser más, son más pobres, al haber bajado los ingresos medios en los hogares (se ha reducido el umbral de ingresos para medir la pobreza, que ha pasado en 2011 a 15.820 euros para una familia de dos adultos con dos niños).

O que la intensidad de la pobreza (es decir, en qué medida se está por debajo de ese umbral) también es muy alta y creciente entre los niños y adolescentes. Así, el porcentaje de menores de 18 años que viven en hogares con un nivel considerado de “pobreza alta” (con ingresos un 40% por debajo de la media) se situó en 2010 en el 13,7%, la cifra más alta de la Unión Europea de los 15, y solo por debajo de Rumania y Bulgaria en la Europa de los 27.

En el ámbito de las decisiones políticas
se ha instalado la sensación de que
las ayudas a la infancia son
altamente prescindibles en tiempos de crisis.

Igualmente, el incremento de la pobreza en la infancia ha sido “significativamente mayor” que en el total de la población, y lo explican señalando que el impacto de la crisis es más duro en los hogares con niños que en el conjunto de los hogares. De hecho, ha aumentado en casi diez puntos en dos años el indicador de hogares con menores de 18 años que no tienen ahora capacidad para afrontar gastos imprevistos.

Más pobres que los adultos

El informe revela, asimismo, que desde el estallido de la crisis en 2007, y hasta el 2010, el crecimiento de la pobreza crónica en España ha subido nada menos que un 53%.

hombre y su familia víctima de un desahucioUna gran importancia da el estudio al dato que manifiesta que el número de prestaciones por hijo a cargo sin discapacidad ha pasado de 760.000 en 2007 a 1.029.000 en 2011. Según los autores, “las características de esta ayuda, asociadas a un nivel de renta muy bajo, la hacen un indicador muy fiable del impacto que la recesión económica tiene en las familias con niños y adolescentes”.

Y, además, mostraría, en relación con ello, que “los niños son ya el grupo de edad que es más pobre en comparación con el resto (adultos en edad de trabajar y mayores de 65 años), independientemente del indicador que se utilice”. Esto demostraría que “el nivel de protección básica que el sistema de pensiones está proporcionando a los mayores en tiempos de crisis no ha tenido, ni tiene, reflejo en el sistema de protección coherente y eficaz de los niños y sus familias”.

En este sentido, el informe analiza el impacto de las medidas de austeridad en el gasto público adoptadas en los últimos tiempos, y que repercuten en las familias y en la infancia.

Así, “el proyecto de Presupuestos Generales del Estado 2012 y las medidas adicionales han puesto en evidencia de forma contundente la reducción en el gasto público en muchos ámbitos, de los que no escapan los directa o indirectamente relacionados con los niños. Pero el proceso de recortes del gasto público se ha ido produciendo con creciente intensidad desde el año 2010 y en distintas administraciones públicas de todo signo político”.

Esta tendencia confirmaría “cómo en el ámbito de las decisiones políticas se ha instalado la sensación de que este tipo de ayudas a la infancia son altamente prescindibles en tiempos de crisis”.

El informe constata dentro de esta política de recortes la eliminación de ayudas por nacimiento por hijo, en becas de estudio, en libros de textos, en servicios de comedor para familias con pocos ingresos… “Especial preocupación” ha generado la retirada de la tarjeta sanitaria a los extranjeros irregulares y sus efectos sobre los menores cuyos padres están en esa situación”.

Con respecto a cómo viven los niños el impacto de la crisis, se señala que “perciben y, en ocasiones, sufren el incremento del estrés de los adultos; muchos niños se siente culpables de la situación creada, que les genera miedo e inseguridad; se incrementa el nivel de tensión en las relaciones intrafamiliares; los periodos de crisis están asociados al incremento de enfermedades mentales, y también al consumo de drogas y alcohol”.

Por todo ello, UNICEF insta a las autoridades a “poner a los niños y a sus familias en el núcleo de las decisiones políticas que se adopten”.

En el nº 2.803 de Vida Nueva.

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