Enseñan a comunidades rurales a producir e incidir en su desarrollo

El programa arrancó este año en su primera fase y concluirá en 2014

Sobre ocho municipios del norte de Santander se puso en marcha el proyecto denominado Incidencia de las comunidades en estrategias de desarrollo y fomento de procesos comunitarios de producción y comercialización auto-gestionada. Se trata de otra de las iniciativas que surgen desde la Pastoral Social para reducir el índice de pobreza en sectores rurales.

El proyecto surgió como resultado de una convocatoria que hiciera el año pasado la Unión Europea entre organizaciones de ayuda de todo el mundo con el objetivo de reducir la pobreza y provocar el desarrollo en pueblos del tercer mundo.

El programa cuenta con un presupuesto de 750 mil euros y un tiempo estimado de 24 meses para ejecutarse. Se desarrolla en el norte de Santander y tiene el acompañamiento de las cuatro jurisdicciones eclesiásticas del departamento, que son: Pamplona, Cúcuta, Tibú y Ocaña. Con este se busca impactar en 683 familias de 23 comunidades ubicadas en los municipios de: Sardinata, Cácota, Mutíscua, Tibú, Gramalote, Convención, Ocaña, y Puerto Santander.

La participación comunitaria, el fortalecimiento de las organizaciones y una estrategia de producción y comercialización son los objetivos específicos que se busca dejar marchando en los municipios mencionados y en 23 veredas. “Buscamos desarrollar en las personas de estas comunidades habilidades, conocimientos y capacidades para que puedan incidir en su entorno”, subrayó el economista Óscar Rodríguez, uno de los gestores del programa. “En el elemento de formación creemos que este debe llevar aspectos prácticos y técnicos para que a la gente le permita no ser engañada, que sepa, cuando le muestran un presupuesto, qué mirar exactamente y qué les interesa a ellos como comunidad y que sepan entender en definitiva un presupuesto público”, agregó el especialista. Otro de los aspectos relevantes es que esa misma comunidad aprenda a hacer un diagnóstico de sus necesidades. Al cabo de esa fase, vendría el fortalecimiento de la producción y comercialización con la apertura de cadenas productivas y mediante el uso de buenas prácticas. “Algunas comunidades están sacando sorgo, otras café, arroz; otras comunidades sacan plátano, maíz, fruta. Hay una buena diversidad de producción”.

Se espera que una vez logradas las fases de capacidad de incidencia y la de fortalecimiento en la producción y comercialización se habrá cumplido con el proyecto. Lo que vendría después sería el ejercicio de veeduría que ejerza la propia comunidad para hacer cumplir cada uno de los aspectos que exige su propio desarrollo.

El proyecto apenas lleva unos meses de iniciado y lo que se encontró en las organizaciones ubicadas en el corazón de cada comunidad fue que estaban muy debilitadas como consecuencia de su desconocimiento con respecto a procesos y derechos, razón por la cual su desarticulación parecía casi inminente al momento de iniciarse la intervención. Ahora mismo la revitalización está sobre las siguientes organizaciones:

  • Asociación Agroecológica La Unión,
  • Asociación de Mujeres de Quebrada La Esperanza,
  • Asociación de Jóvenes Cultivadoras de Frutas,
  • Asociación de Productores Semillas de Futuro,
  • Asociación de Productores Agrícolas,
  • Asociación campesina Asocamp,
  • Juntas de Acción Comunal El Diamante,
  • Juntas de Acción Comunal de Bajo Pamplonita,
  • Asociación de Mujeres de La Vereda El Aventino,
  • Asociación de Mujeres de Cabildo verde,
  • Asociación de Productores de Fernardalia,
  • Asociación de Productores Agropecuarios y
  • Organización de Mujeres Cafeteras.

La consulta de los líderes de cada organización al comité del proyecto es frecuente desde la llegada de algunos de sus representantes a cada zona del departamento. Cualquier decisión se consulta igualmente con las cuatro jurisdicciones eclesiales y la coordinación regional de la Pastoral Social que está en Cúcuta. VNC

TEXTO: VNC

FOTO: LABATECA

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