¿Dónde están los intelectuales en este tiempo de crisis?

José Jiménez Lozano, escritor y Premio Cervantes

Jiménez Lozano, Javier Gomá, Torralba o García de Cortázar reflexionan sobre el silencio de los pensadores

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | ¿Existen verdaderamente los intelectuales hoy o también ellos están en crisis? ¿Existen como tradicionalmente los habíamos definido? ¿Acaso han desertado, ante la impotencia de ejercer la función que históricamente se les había reservado? ¿Qué alternativas dan a la crisis desde el punto de vista espiritual o social?

Desempleo, resignación, miedo. Los nubarrones de la crisis. Un mundo que se remueve, tiembla y se transforma. Aún no sabemos en qué. En medio del temporal surge la necesidad de escuchar a un Gregorio Marañón, a un Miguel de Unamuno. Aunque, quizás, nos contentaríamos con bastante menos, en busca de aquello que una vez fue la aportación del intelectual contemporáneo:herramientas para pensar, invitación a reflexionar, necesidad de actuar.

Para Francesc Torralba, filósofo ­y católico­, existen intelectuales de referencia pero no tienen la relevancia pública ni mediática de otros tiempos. “Yo no hablaría de la muerte de los intelectuales, pero sí de su invisibilidad en los ámbitos donde verdaderamente se toman decisiones fundamentales para la comunidad humana. Quizás no les oímos porque, en los medios, en la industria editorial, en la ventana digital hay demasiado ruido”.

Javier Gomá, filosofo director de la Fundación Juan March

Javier Gomá

Pero están: “Existe un minúsculo grupo de intelectuales con voluntad de hacer llegar su discurso en el ágora mediática, pero una gran parte se precintan en el cerco de la vida universitaria o académica, ya sea por temor, ya sea por inseguridad. Por ello, existe un vacío terrible que llenan otras figuras de la vida social, no precisamente sobresalientes en su actividad intelectual”.

Javier Gomá, filósofo y director de la Fundación Juan March, ha ido saliendo en varias conversaciones sobre el “pensar en España” hoy en día. “Los intelectuales, sobre todo en una crisis ­contesta­, deberían ser capaces de mirar a largo plazo, señalar ideales, llamar a la responsabilidad, favorecer el consenso, propiciar la convivencia, practicar la moderación. A mí me parece que hoy muchos de ellos, en lugar de ejercer esa función, se están sumando al coro tenebroso de los catastrofistas. Sus discursos apocalípticos podrían tener algo de profecía autocumplida: pronostican todos los males y precisamente ese pronóstico hace que los males sean más probables que antes”.

El intelectual católico

¿Es un intelectual de referencia el escritor y Premio Cervantes José Jiménez Lozano? “Pienso que no soy un intelectual porque no entro en el esquema que define esa condición, según se dice en la jerga político social, y ni siquiera sé lo que podría significar exactamente. Absolutamente no”, contesta tajante. No admite tampoco el adjetivo de “católico añadido a ese sustantivo”.

“En un momento dado, y prácticamente solo en Francia, pudo darse esa denominación de intelectual católico con algún sentido, pero siempre de un modo confuso y también muy polémico”, señala. Sin embargo, el ensayista Valentí Puig es uno de quienes citan a Jiménez Lozano como un “intelectual de referencia”, católico además:

“Merece gran respeto la personalidad de José Jiménez Lozano, cuyas Cartas a un cristiano impaciente fueron tan significativas en los años setenta. De todos modos, en general, se echan en falta intelectuales católicos que sean a la vez hombres de nuestro tiempo”.

En el nº 2.801 de Vida Nueva. ¿Dónde están los intelectuales?, íntegro para suscriptores.

 

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