Los religiosos de España y Portugal están afrontando una importante reestructuración
MAITE LÓPEZ MARTÍNEZ | Varias son las congregaciones que están viviendo procesos de unificación como medida de adaptación a las circunstancias actuales. Pero no cabe duda de que no solo es cuestión de supervivencia, sino también de autenticidad y fidelidad al don recibido.
Una de las órdenes más importantes, tanto por su fundación e historia como por la abundante presencia en España, es la de los Ordo Fratrum Minorum (OFM). Como parte de esta tendencia general en la que está inmersa toda la Vida Religiosa (VR), los franciscanos menores empezaron en el año 2005 un proceso de gran envergadura de revitalización y restructuración.
En la actualidad, la orden en España y Portugal está organizada en nueve provincias franciscanas y una Custodia. De estas diez entidades, siete se unificarán a partir del 1 de enero de 2015 (las provincias de Castilla, Cataluña, Granada, Valencia, Cartagena-Murcia, Bética y la Custodia), quedando fuera las otras tres (Portugal, Galicia y Aránzazu).
En España, el número de religiosos se acerca a los 900 hermanos, de los cuales, aproximadamente 500, formarán esta única macroprovincia. Además, cuentan con unos 15 jóvenes entre todas las etapas formativas.
Recientemente han vivido un momento relevante, ya que 140 hermanos de las entidades de la Conferencia Franciscana de España y Portugal se reunieron del 15 al 18 de abril en El Escorial para un nuevo Capítulo de las Esteras, cuyo objetivo era la revisión del proceso de revitalización y de unificación de seis provincias y una Custodia de su ámbito, todo bajo el lema Juntos, alegres y solidarios.
Los capítulos de las Esteras son llamados así desde que san Francisco de Asís reunió a los primeros hermanos en la iglesia de la Porciúncula, pero al no caber, tuvieron que agruparse en los alrededores, en el bosque, sentados sobre esteras.
En esta ocasión, estuvieron acompañados por el ministro general, José Rodríguez Carballo, ofm; el definidor general, Vicente Felipe; ofm y los hermanos Giacomo Bini y Francesco Patton, que intervinieron como ponentes.
El primer día estuvo dedicado a la información sobre el proceso de creación de la nueva entidad –Proyecto Porciúncula– y las líneas generales para la revitalización, presentadas por el Hno. Bini. Se fueron explicando, además, las diversas realidades provinciales que formarán la unión.
Francesco Patton, ofm
El segundo día recibieron al ministro general, que expuso la necesidad de tomar en serio la hora presente de la vocación, aun con sus pobrezas y limitaciones, basados en la profundización del carisma.
La segunda parte de la jornada estuvo marcada por la presencia de algunas hermanas clarisas, en representación de todas las monjas de España y Portugal. “El motivo –explica a Vida Nueva el secretario del foro y de los provinciales en proceso de unificación, Manuel Díaz Buiza, ofm– es que ellas están celebrando el VIII Centenario de la conversión de santa Clara, y dentro de nuestro capítulo, con el ministro general a la cabeza, quisimos celebrar este día gozoso y fraterno para dar gracias a Dios por Clara y sus hermanas”.
La tercera y última Jornada estuvo dedicada más a recoger las conclusiones y nuevas perspectivas sobre la unión. El ministro de la Provincia de Trento, Francesco Patton, expuso cómo está siendo el proceso emprendido para la unión de las seis provincias del norte de Italia.
El mensaje final del capítulo, que han hecho público a través de la Red, es, ciertamente, la mejor declaración de intenciones: “Los siete años de camino: reuniones, comisiones y proyectos, nos han llevado a celebrar el Capítulo de las Esteras con el lema Assabiyá, término de la cultura norteafricana para expresar lo que mantiene unidas a las comunidades en un destino común: vitalidad, solidaridad, nervio”.
LEVADURA
“En nuestro proceso de revitalización y reestructuración, enamorados del Señor, queremos recuperar la intuición evangélica de Francisco de Asís, reinventando estructuras que nos lleven a anunciar el Evangelio desde una sincera y profunda relación con Dios y con los demás, para sembrar semillas de eternidad en la historia en que vivimos. El Señor nos ha llamado a vivir en la Iglesia una vida bella, serena y hermosa, signo de la transparencia de Dios”.
En el nº 2.799 de Vida Nueva.
