Siglo y medio de mucha vida en la Diócesis de Vitoria

V. L. GARCÍA. VITORIA | El obispo de Vitoria, Miguel Asurmendi, presidió el pasado domingo 29 de abril la Eucaristía conmemorativa del 150º aniversario de la Diócesis de Vitoria en la Catedral Nueva de María Inmaculada –la pretensión era hacer coincidir este hito con la reapertura de la vieja catedral, que finalmente no se abrirá hasta diciembre–, ceremonia durante la que repasó los hitos más destacados de la historia diocesana de Vitoria.

En su homilía se pudieron escuchar referencias a sacerdotes, a las Misiones Diocesanas Vascas, a la fiesta del Buen Pastor, o a las obras sociales y de formación que han surgido a lo largo de los años.

También tuvo palabras de agradecimiento, de petición de perdón y de mirada al futuro: “Hoy damos gracias a Dios por las luces y pedimos perdón por las debilidades y pecados de las personas y de la institución. (…) Conscientes de la fuerza evangelizadora del presbiterio diocesano enriquecido por la espiritualidad sacerdotal, pedimos al ‘Dueño de la mies’ que envíe obreros”.

En referencia a las dos advocaciones marianas patronas de la ciudad y la provincia (Santa María La Blanca y Santa María de Estíbaliz), concluyó: “Madre de la Iglesia y Reina de la paz, obtén para la Iglesia de Vitoria y para la sociedad alavesa y vasca los frutos del Espíritu de Jesucristo, singularmente el amor, el gozo y la paz”.

En la celebración estuvieron presentes, además de cerca de 2.000 fieles y numeroso clero diocesano, representantes de instituciones civiles como el subdelegado del Gobierno, Antón Sáenz de Santamaría; el diputado general Javier de Andrés; el presidente de las Juntas Generales de Álava, Juan Antonio Gárate; y el teniente alcalde de Vitoria, Fernando Aránguiz, así como representantes de la Ertzaintza, la Guardia Civil y la Policía Nacional.

En el nº 2.799 de Vida Nueva.

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