Editorial

La visita del Papa, un empuje para América Latina

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EDITORIAL VIDA NUEVA | El Papa ha vuelto de México y de Cuba con un mensaje claro. En aquellas tierras, pese a las dificultades económicas, políticas y sociales, son muchos los cristianos que viven ilusionados su fe. Las Iglesias están vivas y el cansancio que se respira en algunas partes del Viejo Continente no tiene lugar en aquellas latitudes. No obstante, hay tres aspectos que se derivan de esta visita y que no podemos dejar de destacar.

Por un lado, la fuerza de la Iglesia y su papel mediador en los conflictos planteados: violencia, hambre, capitalismo desaforado, medio ambiente y cultura. La rica Doctrina Social de la Iglesia puede ser un buen camino para ayudar a unas sociedades que se debaten en estos problemas. La voz de la Iglesia, reforzada en los discursos del Papa, es una luz para el camino de futuro de los pueblos de Latinoamérica y el Caribe.

En segundo lugar, la Iglesia ha sido confirmada en su trabajo en aquellas latitudes en defensa de los más pobres y de los que están privados de libertad. El mensaje del Evangelio ha calado, si bien la conversión pastoral de la que habló el documento de Aparecida es un camino que hará que desaparezcan viejos lastres en las Iglesias y se recupere el nervio evangelizador, más importante y significativo que el nervio político que ha llevado a la Iglesia en algunas ocasiones a tener que aliarse con ideologías concretas que, quizá, tuvieron en su momento importancia, pero que hoy quedan cortas para lograr el objetivo.

Y en tercer lugar, en la visita de Benedicto XVI se ha puesto de manifiesto, una vez más, que el pueblo cristiano en América Latina vive una religiosidad popular muy específica, a veces necesitada de depuración, pero que ha de tenerse en cuenta como escenario en el que se ha de predicar el Evangelio en aquellas naciones.

En el nº 2.795 de Vida Nueva. Del 31 de marzo al 13 de abril de 2012

Especial Visita de Benedicto XVI a México y Cuba