José Ignacio García Jiménez: “Necesitamos una conversión ecológica”

Director del Centro Social Jesuita Europeo

José Ignacio García Jiménez, director del Centro Social Jesuita Europeo

Texto y fotos: JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ SOTO | “Durante las últimas décadas se han tratado las cuestiones de ecología y de pobreza por separado, pero es evidente que cuando una compañía causa un deterioro medioambiental que daña la salud de pueblos enteros, estamos ante una cuestión de derechos humanos”, dice con convicción José Ignacio García Jiménez.

Como buen jesuita, este hombre, que une investigación y activismo, sabe casar la altura intelectual con la humildad y la cercanía. Teólogo y economista de gran rigor, desde hace cuatro años es director del Centro Social Jesuita Europeo, delegado de la Conferencia de Provinciales de Europa en temática social y coordina la red de incidencia en ecología de la Compañía de Jesús.

Recientemente participó en el IX Foro de Trabajo Social que organizó la Universidad Pontifica Comillas en Cantoblanco (Madrid). Allí habló de Pobreza y medio ambiente, destacando que el modelo de desarrollo impuesto tras la Segunda Guerra Mundial (basado en la industrialización, la urbanización y el aumento del consumo) es hoy muy cuestionado.

– ¿Está el medio ambiente más en peligro que hace cincuenta años?

– Sin duda, sobre todo por el cambio climático. Estamos pagando las consecuencias de haber hecho un uso muy intensivo de los recursos naturales y de haber abusado de una industrialización masiva que causa emisiones de gases, los cuales se acumulan en la atmósfera y originan el famoso efecto invernadero, que hace que aumente la temperatura media del planeta. La acción humana ha hecho que hoy estemos mucho peor. La tecnología nos ha ayudado mucho, pero también está detrás de la situación en la que nos encontramos. No podemos esperarlo todo de la tecnología.José Ignacio García Jiménez, director del Centro Social Jesuita Europeo

– ¿Presta la Iglesia suficiente atención a la defensa del medio ambiente?

– Hasta hace relativamente poco, no mucha, pero hace algunos años empezaron a surgir voces del Magisterio que afrontan este problema con seriedad, y a nivel teológico se está desarrollando mucho la Teología de la Creación y otras ecoteologías. Juan Pablo II, que habló de la necesidad de una “conversión ecológica”, dijo cosas importantes sobre este tema. Y en el discurso de Benedicto XVI al Cuerpo Diplomático, en enero pasado, hay un párrafo impecable sobre la conexión entre deterioro medioambiental y pobreza. Si hablamos de principios, los tenemos. En cuanto a las acciones, aún nos falta mucho camino por recorrer y, a menudo, la Iglesia es reflejo de la sociedad en la que vive. Por ejemplo, la Iglesia que en Europa es más sensible a este tema es la de Alemania, cuya sociedad ha sido pionera por lo que a preocupaciones medioambientales se refiere.

“En la Iglesia, si hablamos de
principios, los tenemos.
En cuanto a las acciones, aún nos falta
mucho camino por recorrer”.

– ¿Qué le llevó a implicarse personalmente en estos temas?

– Durante diez años fui profesor en la Escuela de Ingeniería Técnica Agrícola de Valladolid, donde empecé a prestar atención a temas ecológicos. Durante los años que llevo en Bruselas he entrado en contacto con muchos jesuitas que se han implicado a fondo en este campo en lugares del mundo dominados por la pobreza y, actualmente, en mis tareas de dirección de Centro Social Jesuita Europeo, me ocupo mucho de la sensibilización en este campo. Toda esta experiencia me ha enseñado, entre otras cosas, que los religiosos tenemos la tentación de vivir a menudo el tema medioambiental como pequeños burgueses que se preocupan por la defensa de los bosques. Por eso, la conexión entre ecología y pobreza nos hace vivir nuestra identidad como consagrados con voto de pobreza, algo que incluye la defensa de los derechos de los pobres.

En el nº 2.795 de Vida Nueva. Entrevista con José Ignacio García Jiménez, íntegra para suscriptores

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