Benedicto XVI en México, peregrino de la esperanza y de la caridad

Benedicto XVI rezando ante la Virgen de Guadalupe en México

“No hay motivo para rendirse al despotismo del mal”, exhorta el Papa

Benedicto XVI en México con sombrero charro

VidaNueva.es | En su primera visita apostólica a México, el papa Benedicto XVI se siente “feliz”. Así lo aseguran sus más cercanos colaboradores del séquito que le está acompañando en este viaje al continente latinoamericano, que le llevará, en la tarde de hoy, a Cuba. Más de 2.000 medios de comunicación de todo el mundo están siguiendo los pasos y las palabras del Papa.

Unas palabras en las que el Pontífice ha manifestado su preocupación por la situación del país mexicano, víctima de la violencia y el crimen y de otros problemas como el éxodo migratorio o la falta de libertad religiosa.

A estos asuntos se refirió ya en su primer discurso, nada más aterrizar el avión en el Aeropuerto Internacional de Guanajuato, el viernes 23 por la tarde.

En la ceremonia de bienvenida en el aeropuerto, donde le recibió el presidente de la República, Felipe Calderón, Benedicto XVI definió así el motivo de su visita: “Vengo como peregrino de la fe, de la esperanza y de la caridad. Deseo confirmar en la fe a los creyentes en Cristo, afianzarlos en ella y animarlos a revitalizarla con la escucha de la Palabra de Dios, los sacramentos y la coherencia de vida”.

El Papa invitó a los católicos a que sean “fermento en la sociedad, contribuyendo a una convivencia respetuosa y pacífica, basada en la inigualable dignidad de toda persona humana (…). Esta dignidad se expresa de manera eminente en el derecho fundamental a la libertad religiosa, en su genuino sentido y en su plena integridad”.

Ms adelante, aseguró: “Rezaré especialmente por quienes más lo precisan, particularmente por los que sufren a causa de antiguas y nuevas rivalidades, resentimientos y formas de violencia”.

Benedicto XVI ceremonia bienvenida a México con Felipe Calderón

Ceremonia de bienvenida con el presidente Felipe Calderón

El narcotráfico, destructivo para los jóvenes

Ya antes, durante el largo vuelo de 16 horas que le llevó desde Roma hasta la ciudad mexicana de León, el Papa respondió algunas preguntas de los periodistas.

Sobre el narcotráfico y la violencia, el Pontífice aseguró: “Ciertamente es una gran responsabilidad de la Iglesia católica en un país con el 80% de católicos. Tenemos que hacer lo posible contra este mal, destructivo para la humanidad y para nuestra juventud”.

La responsabilidad de la Iglesia, opinó, es “educar las conciencias y educar a la responsabilidad moral y desenmascarar el mal. Desenmascarar esta idolatría del dinero que esclaviza a los hombres; desenmascarar estas falsas promesas, la mentira, el engaño. Debemos ver que el hombre tiene necesidad del infinito” y “educar para superar esta esquizofrenia, educar no solo a una moral individual, sino a una moral pública”.

Al día siguiente por la tarde, tras una visita de cortesía al presidente Calderón en la Casa Rul, sede de la representación del Gobierno del Estado de Guanajuato, Benedicto XVI mantuvo un encuentro con los niños en la Plaza de la Paz.

“Ustedes ocupan un lugar muy importante en el corazón del Papa. Y en estos momentos quisiera que esto lo supieran todos los niños de México, particularmente los que soportan el peso del sufrimiento, el abandono, la violencia o el hambre, que en estos meses, a causa de la sequía, se ha dejado sentir fuertemente en algunas regiones. Gracias por este encuentro de fe, por la presencia festiva y el regocijo que han expresado con los cantos (…) Dios quiere que seamos siempre felices. Él nos conoce y nos ama. Si dejamos que el amor de Cristo cambie nuestro corazón, entonces nosotros podremos cambiar el mundo. Ese es el secreto de la auténtica felicidad”, saludó.

“No bastan las estrategias humanas para salvarnos”

El gran encuentro del Papa con los católicos mexicanos tuvo lugar el domingo 25 en el municipio de Silao, al pie del Cerro del Cubilete, donde se levanta el monumento al Cristo de la Montaña. Unos 600.000 fieles abarrotaron el Parque del Bicentenario para participar en la Santa Misa presidida por el Pontífice y concelebrada con 250 cardenales, obispos mexicanos y del resto del continente y unos 3.000 sacerdotes.

En su homilía, Benedicto XVI de la necesidad de tener “un corazón puro, sincero, humilde, aceptable a Dios” y de que “no bastarán las estrategias humanas para salvarnos. Se ha de recurrir también al Único que puede dar vida en plenitud”.

En otro punto, insistió: “Para que Dios habite en nosotros hay que escucharlo, hay que dejarse interpelar por su Palabra cada día, meditándola en el propio corazón, a ejemplo de María. Así crece nuestra amistad personal con Él, se aprende lo que espera de nosotros y se recibe aliento para darlo a conocer a los demás”.

Benedicto XVI  rezando ante la Virgen de Guadalupe en México

Benedicto XVI rezando ante la Virgen de Guadalupe

El Papa hizo varias referencias a la V Conferencia General del CELAM, en Aparecida, a la Misión Continental en la que está empeñada la Iglesia en todo el continente y al próximo Año de fe.

“Estén al lado de los marginados”

Abundó en estos asuntos concretos por la tarde, en la celebración de las Vísperas con los obispos mexicanos y los prelados latinoamericanos. En la ceremonia, que tuvo lugar en la basílica catedral de Nuestra Señora de la Luz, en León, el Papa reiteró que “la maldad y la ignorancia de los hombres no son capaces de frenar el plan divino de salvación, la redención. El mal no puede tanto. (…) No hay motivos, pues, para rendirse al despotismo del mal”.

El Pontífice agradeció la fe y el trabajo apostólico de “los que siembran el evangelio entre espinas, unas en forma de persecución, otras de marginación o menosprecio”, pero aseguró que “ustedes no están solos”.

Invitó a los pastores a “seguir abriendo los tesoros del evangelio”, para que estos se conviertan en “potencia de esperanza, libertad y salvación para todos los hombres”. Y más concretamente, exhortó: “Estén del lado de quienes son marginados por la fuerza, el poder o una riqueza que ignora a quienes carecen de casi todo. La Iglesia no puede separar la alabanza de Dios del servicio a los hombres”.

Después de la celebración de las vísperas, durante una cena con los obispos de México y el resto de países de América Latina, el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, pronunció unas palabras referidas, principalmente, al derecho fundamental a la libertad religiosa.

“Tanto la Iglesia como el Estado tienen la común tarea, cada uno desde su misión específica, de salvaguardar y tutelar los derechos fundamentales de las personas. Entre ellos, destaca la libertad del hombre para buscar la verdad y profesar las propias convicciones religiosas, tanto en privado como en público, lo cual ha de ser reconocido y garantizado por el ordenamiento jurídico. Y es de desear que en México este derecho fundamental se afiance cada vez más”.

“La Iglesia no cesa de exhortar a todos, para que la actividad política sea una labor encomiable y abnegada en favor de los ciudadanos y no se convierta en una lucha de poder o una imposición de sistemas ideológicos rígidos, que tantas veces dan como resultado la radicalización de amplios sectores de la población”, añadió el cardenal.

Esta tarde, llegada a Cuba

A las 9:00 h. (hora local) de hoy lunes 26 de marzo ha tenido la ceremonia de despedida en el Aeropuerto Internacional de Guanajuato. Un Papa “colmado de experiencias inolvidables” se marchaba deseando “frutos abundantes y duraderos en la vida de fe, esperanza y caridad de León y Guanajuato, de México y de los países hermanos de Latinoamérica y el Caribe”, e hizo un llamamiento al pueblo mexicano para que sea “fiel a sí mismo y a no dejarse amedrentar por las fuerzas del mal, a ser valiente y trabajar para que la savia de sus propias raíces cristianas haga florecer su presente y su futuro”.

Desde allí, Benedicto XVI partía hacia la segunda etapa de este viaje, Cuba, donde tenía previsto llegar a las 14:00 h.

Especial Visita de Benedicto XVI a México y Cuba

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