Superiores locales e inspectores se reunieron en Ávila
Sesión de trabajo de los salesianos
MIGUEL ÁNGEL M. NUÑO, SDB. ÁVILA | Ávila: tierra de fundadores y reformas. Hasta la ciudad amurallada se han desplazado, desde distintos puntos del país, los directores de las casas salesianas con comunidad, en un encuentro que se enmarca en la hoja de ruta diseñada por la Conferencia Ibérica de cara a la reestructuración de la España salesiana.
Porque de reformar las mentalidades de animación se trataba. Y de fundar un nuevo estilo de animación, centrado en las personas, en las comunidades y en la persona del religioso, más allá de las monolíticas estructuras que aprisionan.
A la casa de las teresianas (las de Ossó) llegaban los superiores locales, junto con bastantes consejeros inspectoriales y los tres inspectores de Sevilla, Valencia y Barcelona en la tarde-noche del jueves 8 de marzo. Una antigua historia sobre una carpintería y unas herramientas que aúnan sus cualidades y superan sus diferencias servía a Ángel Asurmendi, inspector de Barcelona, para dar el pistoletazo de salida al encuentro.
El núcleo temático central, sin embargo, correspondió a José Cristo Rey García Paredes, claretiano experto en Vida Religiosa (VR). Un tono amable y optimista ofrecía al auditorio en la primera de sus ponencias, centrada en torno a las ideas de la ars moriendi charismatica y de la autopoiesis: la necesidad de saber acabar con un cierto estilo de VR sin sensación de fracaso y, a la vez, la capacidad de autorregeneración que tienen todas las entidades vivas.
El liderazgo
García Paredes volvía a tomar la palabra el sábado, para concluir sus reflexiones en torno al liderazgo del superior religioso, uno de los temas que resulta inexcusable, máxime con el horizonte de la reestructuración de la España salesiana a la vista.
El encuentro dio más de sí. Juan Bosco Sancho, inspector de Valencia, ofreció un balance de los compromisos que están fechados en la hoja de ruta, con impresiones positivas. Se están celebrando los encuentros mensuales de los inspectores, así como una de las dos reuniones de los consejos inspectoriales; el encuentro de salesianos jóvenes, en Granada, y el II Encuentro de Reflexión, Oración y Comunicación también han tenido lugar…
Todo, con el objetivo de ir acercándose a las personas e ir creando “cultura de inspectoría”. Por otra parte, muy valoradas han sido la convivencia y la capacidad de empatía de los participantes, sabedores de que el carisma de Don Bosco y el proyecto común que se empieza a construir supera los localismos y particularismos.
El próximo curso verá una nueva cita, esta vez convocados para rezar y hacer ejercicios espirituales. Poco a poco, sin forzar las máquinas, la nueva realidad inspectorial va calando. En 2014, el trabajo de concienciación realizado en estos años de preparación adoptará forma canónica. En cualquier caso, estos previos ya están ayudando a alcanzar el objetivo último de esta reestructuración: la revitalización del carisma salesiano en nuestro territorio.
En el nº 2.794 de Vida Nueva.
