Los católicos practicantes en Bélgica ya solo son un 3%

Víctimas de abusos presentan un informe

Los casos de abusos sexuales, entre las posibles causas de este descenso

Víctimas de abusos presentan un informe

Víctimas de abusos presentan un informe

J. L. CELADA | Según un reciente estudio de la RTBF (Radio Télèvision Belge Francophone), el número de católicos practicantes en el país centroeuropeo se sitúa en torno al 3%, es decir, dos veces menor que hace una década. Los datos de la encuesta, realizada entre más de 1.500 belgas, muestran que el colectivo de quienes se declaran católicos ha descendido más de un 20% en 30 años.

Si en 1982 suponía un 72% de la población, en 2012 apenas llega al 50% de la misma. Por el contrario, la cifra de ateos casi se ha duplicado en ese período: del 24% en 1982 al actual 42%. Claro que el número de personas que reconocen no tener ningún vínculo con la Iglesia católica es todavía más elevado: el 70% de los jóvenes nacidos después de 1984.

Preguntado por las posibles razones de este descenso, el P. Tommy Scholtès, portavoz de la Conferencia de Obispos Belgas, avanzaba a la agencia Apic numerosas explicaciones: “Están todos los movimientos ‘Mayo 68’; también los episodios más recientes de la crisis de la pedofilia, que ha marcado muchos espíritus; se ha producido un importante crecimiento de la población musulmana; existe un sentimiento generalizado de pluralismo. Y la gente decide cada vez menos entrar a formar parte de eso que llaman lo ‘institucional’”.

¿Podría revertirse esta situación? El jesuita entiende que cambiar tal tendencia dependerá “de la calidad de vida de los cristianos de hoy, de la calidad de los sacerdotes, de la calidad de los responsables de las comunidades y de la calidad de los mensajes que transmita la Iglesia”.

Precisamente, sobre uno de los argumentos esgrimidos por Scholtès como posible causa de ese alejamiento de la Iglesia católica, la pederastia entre el clero, acaban de publicar otro estudio Ivo Aertsen y Nele De Ranter, criminólogos de la Universidad católica de Lovaina.

Basándose en datos de varias asociaciones de víctimas, del procurador federal, de los obispados y de las congregaciones religiosas, los autores del informe estiman que la cifra de casos de abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia belga se situaría en torno a los 500, si bien no pueden establecer con exactitud el número de sacerdotes y religiosos implicados en los mismos.

Su trabajo, que fue remitido a las agencias Belga y CathoBel a finales de febrero, investiga el período comprendido entre 1960 y 2010 y, entre otros aspectos, constata cómo el mayor numero de abusos se produjeron durante las décadas de los 60 y 70 del siglo XX, registrándose una disminución en los años 80.

Según Aertsen y De Ranter, los casos de abusos serían tres veces más importantes en Flandes que en Valonia, y las órdenes y congregaciones religiosas han sido las más afectadas. Un 70% de los mismos han sido objeto de intervención policial o judicial y uno de cada tres ha culminado con una condena penal.

Por parte de la Iglesia, la jerarquía ha sancionado a los religiosos incriminados imponiéndoles tareas limitadas y condiciones especiales (en el 25% de los casos), cambios de destino (15%) o prohibiciones de ejercer actividades pastorales (15%).

En el nº 2.792 de Vida Nueva.

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