La Iglesia, una “red social analógica”

Antonio Gallo, responsable de redes sociales JMJ

El responsable de redes sociales de la JMJ participó en la mesa redonda de la Embajada sobre el tema

JMJ y redes sociales - ordenador

DARÍO MENOR | Para Antonio Gallo, responsable de redes sociales de la JMJ, el principal objetivo de este evento era “la construcción de la sociedad para el futuro”, algo que se logró, pues en Madrid se pudo ver a la “generación de la esperanza”, con valores “muy definidos”, como la solidaridad, el diálogo, la verdad, la austeridad, la colaboración o la verdadera libertad. Gallo participó en la mesa redonda que la Embajada española ante la Santa Sede organizó el 21 de febrero para analizar qué supuso la JMJ para la Iglesia a nivel comunicativa.

En palabras de Antonio Gallo, en su terreno, la comunicación, las metas específicas a lograr eran varias: fomentar la participación en la JMJ, crear una red que sobreviviera al encuentro de agosto, acercar a los jóvenes a Cristo y a la Iglesia católica, y actualizar la imagen de esta en España.

También considera Gallo que se lograron estos objetivos, haciendo que las Jornadas marcasen un hito. Del éxito es en buena parte responsable la organización, que ha mantenido una postura “abierta” a “explicar y exponer las cosas”.

Antonio Gallo, responsable de redes sociales JMJ

Antonio Gallo, durante la mesa redonda en la Embajada

A diferencia de JMJ anteriores, en el encuentro de Madrid las redes sociales han sido primordiales para los peregrinos. Las han utilizado antes, durante y después de reunirse en Madrid. “Las redes sociales son el espacio por excelencia donde se encuentran los jóvenes de nuestro tiempo. La Iglesia y la JMJ debían estar allí para poder entrar en diálogo con cada uno de ellos. Pero no para informarles únicamente y mantener un canal en una sola dirección, si no para tener una conversación que permita construir una relación y que incluso permita conocer las expectativas de los jóvenes”, reconoció Gallo.

Para él, hay una diferencia entre los que seguían la JMJ a través de Facebook, Twitter o Tuenti y los que no lo hicieron. “Muchos se involucraron en la organización; su opinión sirvió para dar forma al evento”.

El miembro de la organización de la JMJ señaló, además, que la Iglesia católica tiene experiencia milenaria en las redes sociales, pues ella misma es una “red social analógica”, con “canales de comunicación” siempre abiertos con capacidad para transmitir mensajes “de forma rápida”.

En el nº 2.791 de Vida Nueva.

 

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