‘La comunión con Dios’, tema de los Ejercicios Espirituales del Papa y la Curia

Audiencia del Papa con los miembros de la Academia Pontificia para la Vida

El cardenal Laurent Monsengwo es el primer obispo africano que dirige la tanda anual

Papa el Miércoles de Ceniza 2012

ANTONIO PELAYO. ROMA | Desde el domingo 26 de febrero por la tarde hasta la mañana del sábado 3 de marzo, Benedicto XVI y sus colaboradores de la Curia romana participan en la anual semana de Ejercicios Espirituales. Este año dirige la tanda el arzobispo de Kinshasa (R. D. del Congo), cardenal Laurent Monsengwo Pasinya, y, si no estoy errado, es la primera vez que un prelado africano ha sido invitado a desempeñar esta prestigiosa misión.

El cardenal Monsengwo une a su sólida formación teológica (se doctoró en Ciencias Bíblicas en el Instituto Bíblico de Jerusalén bajo la dirección del cardenal Martini) un arduo compromiso con el desarrollo democrático de su pueblo, llegando a ser elegido, después de la caída del dictador Mobutu Sese Seko, presidente de la Asamblea Nacional soberana y del Consejo Superior de la República en 1992. Fue nombrado cardenal en el consistorio de 2010. El purpurado ha escogido como tema de sus meditaciones (tres al día) La comunión del cristiano con Dios.

Para saber en qué estado de ánimo vive el Papa estos días de relativa calma después de la reciente “agitación”, basta recorrer los discursos que pronunció en la audiencia general del miércoles, en la ceremonia penitencial de Santa Sabina y en su encuentro con los sacerdotes de la Diócesis de Roma.

A “su” clero, Joseph Ratzinger le recordó que la humildad nace del realismo cristiano que requiere la capacidad de aceptarse a uno mismo con los propios límites y pequeñeces para liberarse de la esclavitud de la vanagloria del mundo.

Poco después de recibir sobre sus blancos cabellos las cenizas cuaresmales de manos del cardenal Jozef Tomko, titular de la basílica en la colina del Aventino romano, y de escuchar las rituales palabras “Polvo eres y en polvo te convertirás”, el Santo Padre dijo: “Las palabras del Génesis son recogidas por la liturgia del Miércoles de Ceniza como una invitación a la penitencia, a la humildad, a tener presente la propia condición mortal, pero no para caer en la desesperación, sino para acoger en nuestra propia mortalidad la impensable cercanía de Dios, que, más allá de la muerte, abre el pasaje a la resurrección, al paraíso finalmente reencontrado”.

cardenal Laurent Monsengwo, arzobispo de Kinshasa

El cardenal Laurent Monsengwo

A los párrocos y sacerdotes romanos recibidos el jueves 23, les pidió que no considerasen la “fe adulta” como una emancipación del magisterio.

“El resultado –les amonestó– no es una fe adulta, el resultado es la dependencia de las ondas del mundo, de las opiniones del mundo, de la dictadura de los medios de comunicación, de lo que todos piensan y quieren. No es verdadera emancipación la emancipación de la comunión del Cuerpo de Cristo. Por el contrario, es caer bajo la dictadura de las ondas, del viento del mundo. La verdadera emancipación es liberarse de esa dictadura, en la libertad de los hijos de Dios que creen en el Cuerpo de Cristo, con el Cristo resucitado y ven así la realidad y son capaces de responder a los desafíos de nuestro tiempo”.

Una respuesta a la infertilidad

El sábado 25, los participantes en la XVIII Asamblea General del Pontificia Academia para la Vida acudieron al Palacio Apostólico para ser recibidos por el Papa. Los días anteriores, presididos por el español monseñor Ignacio Carrasco de Paula, habían tratado el tema Diagnóstico y terapia de la infertilidad, un problema que afecta, según las últimas estadísticas, a un 15% de la población mundial, porcentaje que se eleva hasta un 30% en los países menos desarrollados.

En unas declaraciones a L’Osservatore Romano, el presidente afirmaba: “Nuestra reflexión no tiene nada que ver con los procedimientos de la llamada fecundación o reproducción artificial. Sustancialmente, el tema de nuestro encuentro no es absolutamente la consideración ética de la fecundación artificial, que es otra cosa. Nuestro objetivo es rigurosamente médico y científico. Queremos dar a conocer los resultados de investigaciones cuidadosas, eficaces pero poco conocidas, sobre el diagnóstico y la terapia de la infertilidad, y de este modo devolver la esperanza a las parejas infértiles”.

Como es lógico, en su discurso Benedicto XVI recogió el “guante” que le ofrecía el tema tratado por los miembros y consultores de la Academia, a los que recomendó que al problema de la infertilidad se le dé una respuesta que respete “la dignidad humana y cristiana de la procreación”.

“La búsqueda de un diagnóstico y de una terapia representa el criterio científicamente más correcto al problema de la infertilidad y también el más respetuoso de la humanidad integral de los sujetos involucrados. Efectivamente, la unión del hombre y la mujer en la comunidad de amor y de vida que es el matrimonio constituye el único ‘lugar’ digno para la llamada a la existencia de un nuevo ser humano, que es siempre un don”.

Audiencia del Papa con los miembros de la Academia Pontificia para la Vida

Audiencia con los miembros de la Academia Pontificia para la Vida

Consciente de dirigirse a una asamblea donde son numerosos los médicos, biólogos y otros científicos, les exhortó a proseguir “el camino ya emprendido de una ciencia intelectualmente honesta y fascinada por la constante búsqueda del bien del hombre”, concluyendo su llamamiento con estas palabras: “La indiferencia de la conciencia ante lo verdadero y lo bueno representa una peligrosa amenaza para un auténtico progreso científico”.

De naturaleza completamente diversa fue la audiencia con Su Majestad Siaosi Tupou V, rey de Tonga, en el Océano Pacífico. En el cordial coloquio se destacó “la positiva contribución de la Iglesia católica en varios sectores de la sociedad y de las actividades de promoción humana”.

La población del diminuto reino apenas supera los 100.000 habitantes, de los que, según el Anuario Pontificio, unos 13.000 son católicos, a cuyo frente está el obispo Soane Patita Paini Mafi.

Sobre el pago del impuesto de bienes inmuebles

Con su habitual desconocimiento (sin excluir desviadas intenciones), algunos colegas españoles han informado ampliamente del “jaque al paraíso fiscal” que supondría para la Iglesia italiana la decisión del Gobierno de Mario Monti de extender el impuesto sobre inmuebles (antes ICI, ahora IMU o Impuesto Municipal Único) a los edificios pertenecientes a la Iglesia que desarrollen simultáneamente actividades religiosas y comerciales.

Digamos que, por ahora, se trata de una enmienda que elimina la exención del antiguo ICI (decidida por el Gobierno de Berlusconi) a la Iglesia, asociaciones o partidos que desarrollen también actividades con fines lucrativos. De ello discutirá y decidirá en última instancia el Parlamento.

Entre tanto, el presidente del Episcopado, cardenal Angelo Bagnasco, ya ha anunciado que no tienen nada que objetar al principio en cuanto tal, y que tal vez podrá discutirse si, por ejemplo, las escuelas de párvulos entran o no en esa categoría.

Mensaje a los ‘cuervos’

Por no dejar suelto ningún fleco de la reciente ola de “escándalos” que han removido las aguas romanas (no las del Tíber, obviamente), digamos que el secretario de Estado no ha alterado para nada su ritmo habitual de actividades e inauguró en Potenza una sucursal del hospital pediátrico Bambino Gesù, que tiene como símbolo una paloma. Allí dejo caer esta frase alusiva: “¡Que vuelen las palomas!; a los cuervos dejémoslos en el pantano y la espesura”.

En declaraciones a la RAI 1, el cardenal Bertone recalcó que el Vaticano “se ha puesto al día con la adhesión a la convención europea y financiera contra el blanqueo y otras actividades; en cada una de las administraciones vaticanas hemos adoptado normas muy rígidas y se ha desarrollado un trabajo ejemplar. Usamos la expresión ‘hacer limpieza’ en el caso de que se hubiese registrado alguna huella de ilegalidad, y continuaremos en esta línea”.

Uno de los “cuervos” a los que aludía declaró a otra cadena televisiva (ocultando su rostro y su voz) que eran dos decenas las personas dispuestas a seguir filtrando documentos al exterior para denunciar un estado de cosas que, en su opinión, son contrarias al espíritu del Evangelio.

En el nº 2.791 de Vida Nueva.

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