El conflicto de la Pontificia Universidad Católica del Perú llega al Vaticano

Prosigue el pulso entre el rector del centro y el cardenal Cipriani

cardenal Juan Luis Cipriani y Marcial Rubio, rector Universidad Católica de Perú

El cardenal Cipriani y el rector, Marcial Rubio

RAFAEL QUINTANILLA. PERÚ | El 21 de febrero, el Vaticano difundió un comunicado dando un ultimátum a la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) en estos términos: “El Eminentísimo Secretario de Estado ha notificado al Doctor Rubio Correa [rector de dicho centro académico] la petición de la Santa Sede de que los Estatutos de la PUCP sean regularizados cuanto antes, adecuándolos a la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae, para el bien de la misma PUCP y de la Iglesia en Perú”.

Sin embargo, solo se trata del penúltimo capítulo de un contencioso que parece no tener fin, pues, si bien el propio Tarcisio Bertone le comunicó personalmente a Marcial Rubio, tras ser llamado a Roma, que la adaptación debía realizarse antes del 8 de abril, la respuesta de la PUCP no se hizo esperar.

“La carta del cardenal Bertone no hace mención a la decisión de la Asamblea Universitaria –máxima instancia de gobierno– del 23 de septiembre del año pasado, de no aprobar las modificaciones al Estatuto de la Universidad por ir en contra de su autonomía. Nuestra Universidad se rige por la Constitución Política del Perú, la legislación peruana y su Estatuto”.

Institución de prestigio

La PUCP, una de las instituciones académicas más prestigiosas del país andino, fue fundada en 1917 por la Congregación de los Religiosos de los Sagrados Corazones.

En 1942, el papa Pío XII le otorgó el título de “Pontificia” y, solo dos años después, el reputado pensador peruano José de Riva-Agüero y Osma, muy rico y sin descendientes, decidió legar toda su fortuna a la PUCP: una finca urbana en Lima de 45 hectáreas, varios inmuebles en el centro de la ciudad, otros terrenos rurales en la capital y Pisco…

El benefactor estableció entonces que debía crearse una Junta Perpetua para administrar los bienes y mandas, y que, a los 20 años de su muerte, las propiedades pasaban definitivamente a pertenecer por entero al centro, lo que ocurrió en 1964.

En el nº 2.791 de Vida Nueva. El conflicto de la Pontificia Universidad Católica del Perú llega al Vaticano, íntegro solo para suscriptores

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