Los nuevos rostros de la Vida Religiosa

religiosos de la Toca de Assis, en Brasil

religiosas de Iesu Communio

DARÍO MENOR | La Vida Religiosa (VR) ya no es lo que era. En las últimas décadas, este brazo irreemplazable de la Iglesia católica se ha visto sacudido por los acelerados cambios de la sociedad contemporánea. Siempre en las fronteras, lo que les hace estar más expuestos a los vaivenes de nuestro tiempo, los consagrados ven cómo su mundo está en crisis. [Los nuevos rostros de la Vida Religiosa – Extracto]

En Occidente hay escasez de vocaciones, las casas se cierran, los carismas se disuelven. Incluso las congregaciones con más amplia historia no tienen garantizada la continuidad. Y, si logran sobrevivir, lo harán con un rostro nuevo, el de los novicios de países africanos, asiáticos y latinoamericanos. Los institutos serán así menos europeos y más universales, como la propia Iglesia.

En mitad de este largo otoño por el que está pasando buena parte de la VR, algunas nuevas iniciativas encuentran un terreno fértil para florecer. Aunque son independientes entre ellas y aparecen en países diferentes, tienen puntos en común: un gran ardor evangelizador, unas posturas conservadoras, una preocupación por los aspectos exteriores, como los hábitos, y un interés por los temas sociales más tímido que el de muchas congregaciones clásicas.

Iesu Communio, el instituto religioso femenino nacido en el antiguo monasterio de las clarisas de Lerma (Burgos), es el ejemplo más evidente de esta nueva realidad surgido en España.

Otro caso similar es el de Cooperatores Veritatis de la Madre de Dios, la congregación fundada el año pasado en Valencia por 22 religiosos que hasta entonces eran escolapios. La eclosión de estas dos nuevas realidades de Vida Consagrada se ha visto favorecida por movimientos como el Camino Neocatecumenal y Comunión y Liberación.

Pese a que ha habido una ruptura dolorosa con los institutos a los que antes pertenecían estos religiosos, buena parte del episcopado los ve con buenos ojos.

Fidel González, comboniano

El comboniano Fidel González

Para algunos pastores, la mayoría de las congregaciones clásicas están “contaminadas” por los males de nuestra sociedad, como la secularización o el relativismo. Consideran que se han adocenado, perdiendo en la acción social el verdadero objetivo, que ha de ser la evangelización.

“Los obispos favorecen estas nuevas formas porque les resuelven la papeleta. Se presentan con un aspecto atrayente, fervoroso, con celo apostólico. Además, muchos prelados consideran que los otros religiosos, que van cerrando las casas que tienen, les crean problemas. Se fían cada vez menos de ellos”, explica el comboniano Fidel González Fernández, profesor de Historia de la Iglesia en las universidades Gregoriana y Urbaniana y consultor de varios dicasterios vaticanos.

Más allá de los casos de Lerma y Valencia, al examinar estas nuevas realidades que están surgiendo en todo el mundo, se pueden encontrar tres grandes grupos.

“Los obispos favorecen
estas nuevas formas porque les resuelven la papeleta.
Se presentan con un aspecto atrayente,
fervoroso, con celo apostólico”.
Fidel González.

El primero está formado por las ramas de consagrados nacidas de los movimientos, como ocurre con Comunión y Liberación y los Legionarios de Cristo. En el segundo, se encuadran las congregaciones que se escinden de otras debido, en parte, al influjo de estos mismos movimientos. El tercer grupo está formado por los jóvenes institutos religiosos aparecidos ex novo, sobre todo en América Latina. Brasil, donde han nacido alrededor de 500 congregaciones en las últimas décadas, es el país que mejor refleja esta última expresión de las nuevas realidades de Vida Consagrada.

Juan Pablo II se refería a ellas por primera vez en la exhortación postsinodal Vita Consecrata, de 1996, donde afirmaba que “la originalidad de las nuevas comunidades consiste frecuentemente en el hecho de que se trata de grupos compuestos de hombres y mujeres, de clérigos y laicos, de casados y célibes, que siguen un estilo particular de vida, a veces inspirado en una u otra forma tradicional, o adaptado a las exigencias de la sociedad de hoy”.

Y mencionaba también la aspiración intensa a la “vida comunitaria, a la pobreza y a la oración”, destacando su apertura a las exigencias de “la nueva evangelización”.

Josune Arregui, secretaria ejecutiva de la UISG

Josune Arregui

Para Josune Arregui, secretaria ejecutiva de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) –el organismo donde se agrupan 2.000 líderes de órdenes religiosas femeninas, con presencia en 97 países, y a las que pertenecen 800.000 religiosas–, se favorecen las nuevas congregaciones porque presentan unas formas “más seguras y dóciles”.

Reconoce que en los institutos clásicos de VR se nota una “cierta secularización”, pero solo en aspectos secundarios, como cuando se le quita importancia “a las formas externas”.

“Conozco muchas experiencias que son muy serias, tanto en vida comunitaria y espiritual como en entrega a los demás, aunque de forma externa no se preocupen de llevar hábitos”, dice Arregui.

“Algunas de estas nuevas congregaciones
desembocarán en estructuras renovadas.
Atraen por su radicalidad, por su novedad, por su flexibilidad.
Son algo positivo. No hacen sombra a los institutos clásicos”.
Josune Arregui.

En su opinión, hay que “dar tiempo” antes de juzgar estas nuevas realidades. “Los años lo dirán, pero en el caso de Iesu Communio, el que haya tanta gente joven y universitaria entregando su vida al Señor y trabajando por la juventud, tal y como está España, merece un respeto. El Señor anda por en medio, va sosteniendo la Iglesia y van saliendo cosas buenas. Algunas de estas nuevas congregaciones desembocarán en estructuras renovadas. Atraen por su radicalidad, por su novedad, por su flexibilidad. Son algo positivo. No hacen sombra a los institutos clásicos”.

Lo mismo opina Fr. José Rodríguez Carballo, ministro general de la Orden de los Hermanos Menores, quien, al ser el superior de toda la familia franciscana, su autoridad también engloba a los distintos monasterios de clarisas. Por ello ha vivido de cerca lo sucedido en Lerma.

“Es siempre positivo que surjan nuevos institutos de Vida Consagrada. El Espíritu actúa constantemente en la Iglesia y en el corazón de los creyentes”, apunta, añadiendo su apuesta por la convivencia y colaboración entre los distintos institutos. “Esto no quiere decir que todas las formas de Vida Religiosa que han nacido en el pasado deban desaparecer para dejar paso a las nuevas realidades”.

El hecho de que unas congregaciones nazcan de otras no es nuevo en la historia de la Iglesia, aunque ante esta situación, Carballo pide “un proceso serio de discernimiento ante el Señor y un proceso abierto con el instituto al que se pertenece. Cuando uno obra según Dios, nada hay que temer”.

Urgente revitalización

El ministro general de los franciscanos no considera que las congregaciones de gran tradición sean estáticas y que no estén reaccionando a los cambios del mundo actual: “Es urgente iniciar –y aquí no se puede perder tiempo– el camino de revitalización de la vida y misión que les permita seguir siendo significativos en la Iglesia y en el mundo de hoy. Y creo que la Vida Religiosa con una larga tradición en la Iglesia está respondiendo con mucha lucidez y audacia evangélica a esta necesidad y urgencia, aunque algunos no lo entiendan así”, señala.

Fray José Rodríguez Caballo ministro general franciscanos

Fray José Rodríguez Carballo

Muchos religiosos, recuerda Carballo, se han reinventado con los tiempos, logrando que sus congregaciones perduren durante siglos y lleguen hasta hoy. En su opinión, la Vida Religiosa no puede medirse por los números ni por las acciones, sino por la “radicalidad evangélica de sus opciones de vida y misión”.

La teóloga brasileña Vera Ivanise Bombonatto analizó las nuevas formas de Vida Consagrada y, en particular, las surgidas ex novo en su país, en el seminario teológico organizado el año pasado en Roma por las dos Uniones de Superiores Generales (USG y UISG).

Bombonatto advirtió de que se trata de una realidad “plural, compleja y multifacética”, con múltiples “expresiones, estructuras y proyectos” y, que, además, constituye un desafío para las congregaciones veteranas. Supone reconocer que “no tenemos la última palabra, sino que somos una de las muchas voces y presencias”. La teóloga destaca que muchas de estas realidades son una rama de la Renovación Carismática y que es en su país donde han surgido en mayor número. Le siguen otras dos naciones latinoamericanas: Colombia y México.

“Es siempre positivo que surjan
nuevos institutos de Vida Consagrada.
Aunque esto no quiere decir que todas las formas de Vida Religiosa
deban desaparecer para dejar paso a las nuevas realidades”.
José Rodríguez Carballo

Un ejemplo muy visible de los nuevos institutos brasileños es la Toca de Assis, fundada por Roberto Lettieri en 1994. Este movimiento religioso de hermanos y hermanas afirma seguir el carisma de san Francisco de Asís y se inspira, además, en la figura de P. Pío de Pietrelcina, el popular monje capuchino italiano canonizado por Juan Pablo II en 2002.

La Toca de Assis se ha extendido por todo Brasil y cuenta, además, con una destacada presencia en Ecuador. Sus consagrados, muy distinguibles por su atuendo, se vuelcan en la atención a los pobres, sobre todo a los mendigos, y utilizan la música, el teatro y la danza como herramientas de nueva evangelización.

Esta línea de actuación está inspirada en la Canção Nova (Canción Nueva), un movimiento carismático de laicos con gran implantación en Brasil.

religiosos de la Toca de Assis, en Brasil

Religiosos de la Toca de Assis, en Brasil

El arzobispo João Bráz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA) y ex arzobispo de Brasilia, comparaba en una entrevista con la revista 30 Giorni el caso de la Toca de Assis con el de los Legionarios de Cristo, pues también el fundador, Roberto Lettieri, se vio envuelto en un escándalo por “comportamientos moralmente indignos con sus seguidores”.

Otro ejemplo de joven e impetuosa congregación brasileña es la de los Heraldos del Evangelio, fundada en 1999 por Juan Clá Días.

El reconocimiento pontificio les llegó, como a tantas otras nuevas iniciativas, durante el período en que el cardenal Franc Rodé fue prefecto de la CIVCSVA (de 2004 hasta el principio de 2011, cuando fue sustituido por Bráz de Aviz).

El cardenal Rodé se caracterizó por mimar estas nuevas realidades, que en algunos casos, como los Heraldos, desempolvan hábitos medievales y formas marciales para combatir la descristianización rampante existente en buena parte del mundo.

Por el contrario, el antiguo prefecto del dicasterio de los religiosos puso a las congregaciones clásicas en el punto de mira, pues consideraba que se habían visto demasiado contaminadas por el secularismo.

Heraldos del Evangelio

Un grupo de Heraldos del Evangelio

Identidad preconciliar

Pese a que algunas de estas nuevas formas de VR muestran una “acentuada identidad preconciliar, acompañada de una ostentación de signos exteriores evidentes”, Bombonatto los considera elementos positivos.

“Son manifestaciones de Dios, expresiones de la presencia dinámica del Espíritu que actúa en la historia y que, en su libertad y bondad, suscita nuevas formas de vida evangélica”, asegura.

Las mayores diferencias respecto a la Vida Consagrada apostólica tradicional son: la fuerte experiencia espiritual, la gran preocupación por las formas externas, una lectura de la Palabra de Dios fundamentalista y una enorme rigidez en los comportamientos morales.

El profesor Fidel González coincide con Bombonatto al criticar la “dicotomía” de nuevas realidades de VR: “Creen que la vida se resuelve con un espiritualismo separado del misterio de la Encarnación. Jesucristo se hizo carne y hueso en el vientre de una mujer, María de Nazaret, en un momento histórico preciso. Entró plenamente en la vida. A veces, estas congregaciones caen en un espiritualismo que las aleja de la vida, lo que las puede llevar a consumirse con el paso del tiempo”.

Otra importante novedad es que las personas que se comprometen con las nuevas formas de Vida Consagrada no profesan votos en la realidad, aunque en la práctica sí que los cumplen. “Son laicos, a veces familias enteras, que se comprometen a vivir la obediencia en un mundo que exalta la libertad, la pobreza en una sociedad consumista y la castidad en un tiempo que predica el erotismo y el individualismo”, explica Bombonatto.

En su opinión, esta situación supone un reto, pues resulta difícil preparar a personas que mantengan este compromiso durante toda la vida.

Este es, de hecho, uno de los mayores problemas de las jóvenes congregaciones: lograr que el éxito inicial dure y que las personas a quienes ha seducido el carisma de su fundador no acaben desfondándose.

Nicla Spezzati, subsecretaria dicasterio vaticano Vida Religiosa

Nicla Spezzati

Precisamente de los fundadores deriva otra de las particularidades de estas nuevas formas de VR: en la mayoría de los casos, son laicos que todavía no han fallecido, lo que lleva incluso a la organización de reuniones de fundadores, como ocurre en Brasil.

El Vaticano sigue y tutela estos fenómenos a través de la CIVCSVA. Nicla Spezzati, la nueva subsecretaria de este dicasterio, considera que se trata de una realidad “multiforme, compleja y poliédrica”, nacida no por una simple “iniciativa humana” ni por un impulso del hombre, sino debido a “una llamada y a un carisma del Espíritu Santo”.

Al explicar la postura del dicasterio ante el nacimiento de nuevas congregaciones, esta religiosa afirma que “no podemos impedir al Espíritu que hable”.

“La Iglesia ha estado siempre muy atenta a la lectura de los carismas. Muy atenta, pero también con mucha prudencia, para vigilar que realmente vengan del Espíritu. La Iglesia apoya, pero discierne y valora con mucha atención, prudencia y sabiduría estas manifestaciones. Habitualmente se dice que no es que aparezcan cosas nuevas, sino formas nuevas. Son reinterpretaciones”, señala.

“La Iglesia ha estado siempre
muy atenta a la lectura de los carismas.
Muy atenta, pero también con mucha prudencia,
para vigilar que realmente vengan del Espíritu”.
Nicla Spezzati.

Y reconoce que “es muy doloroso” cuando el nacimiento de una realidad se produce rompiendo con otra, lo que lleva al dicasterio a “observar y vigilar” lo que ha ocurrido, sin prejuicios ni “dictámenes previos comunes”, pues cada caso hay que examinarlo “por separado”.

Radicalidad evangélica

Para Spezzati, las nuevas formas de VR no son una novedad en la historia de la Iglesia: “A lo largo de los siglos, el testimonio cristiano ha encontrado nueva linfa en hombres y mujeres que, con sus dones particulares, han permitido una cada vez más convincente y persuasiva comunicación del Evangelio”.

En su opinión, hoy, el Espíritu Santo llama a través de estas nuevas experiencias, que están caracterizadas por “un compromiso espiritual y ascético, una gran austeridad y radicalidad evangélica, un fuerte sentido comunitario, un gran fervor misionero y un frecuente uso de los nuevos medios de comunicación como herramienta de evangelización”.

La aparición de nuevas congregaciones mientras otras centenarias viven su ocaso es un síntoma del momento de crisis que estamos viviendo. “Estamos en una sociedad poscristiana y neopagana, en la que imperan el relativismo, el nihilismo cultural y el cinismo. A lo largo de la historia, han ido surgiendo fórmulas diferentes en momentos de cambios de época, de dificultades terribles. Así ocurrió con el movimiento benedictino, que apareció en plenas invasiones bárbaras, con una sociedad hecha añicos por el derrumbe del Imperio Romano. Lo mismo ocurrió siglos después con las órdenes mendicantes. O tras la Revolución Francesa, cuando nacieron alrededor de 460 nuevas formas de Vida Religiosa”, recuerda el profesor González.

“Primero surge la forma y luego se le encuentra un cuadro jurídico preciso. Primero, el Espíritu y el carisma, y después se le pone forma, nunca al contrario”.

En el nº 2.787 de Vida Nueva.

 

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