Bajo el cielo encapotado de 2012

Mariano Rajoy y Nicolás Sarkozy

Sarkozy ha sido el primer mandatario extranjero recibido por Rajoy

NOBERTO ALCOVER, SJ, escritor y periodista | Si dejamos de lado las recriminaciones entre PP y PSOE sobre el déficit heredado, que nada solucionan, resulta que España tiene un problema de fondo: devolver 45.000 millones de euros en los próximos meses, fruto de una política de ajustes económicos de caballo, con el consiguiente empobrecimiento de las clases medias, y menos medias, y el enriquecimiento de quienes más recursos tienen por razones obvias. Queremos decir que este es el problema objetivo de mayor envergadura, sin que valgan disputas de medio pelo para oscurecer ni la herencia ni la realidad.

Norberto Alcover SJ escritor y periodista

N. Alcover

El final del socialismo español en el poder lo conocemos bien –y cada quien tendrá su opinión–, y la gestión que piensa desarrollar Mariano Rajoy tampoco ofrece dudas, situado en la estela restrictiva de Merkel y su discípulo Sarzoky: déficit y deuda como prioridades, mirando hacia otro lado cuando se trata de evaluar el dolor ajeno, que irá en aumento. A este inmediato futuro le llamamos resistir bajo un cielo muy encapotado.

  • Las predicciones del FMI

Ahora bien, lo más alarmante no es el dato anterior, sino que el determinante Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de emitir sus previsiones para 2012 y 2013 sobre el crecimiento de cada país. Y, en lo que atañe a España, en 2012 se producirá una recesión del PIB del 1,7%, y en 2013, del 0,3%. Esto significa menor competitividad en los mercados, más paro y ulteriores recortes para evitar el aumento de la deuda y el déficit.

  • La Reforma Laboral deseada

Aún no sabemos cómo se desarrollará la gestión final de la Reforma Laboral deseada. Si será fruto de una entente entre empresarios y sindicatos o si, por el contrario, el Gobierno tendrá que tomar sobre sus espaldas la tarea de darla a luz.

Si los agentes sociales fueran incapaces de sacarnos de la encrucijada, entonces nos preguntamos para qué nos sirven con tanto inútil protagonismo; y en el segundo caso, es de esperar que el Gobierno tome las riendas de verdad en cuestión tan delicada, en la que se mostrará sin paliativos la dirección definitiva que Rajoy pretende imprimir a las relaciones de producción y salariales.

Rosell, Méndez y Toxo no deberían irse de rositas en el caso de fracasar. Son nuestros servidores, a los que pagamos para que nos sirvan. No sea cosa que acaben por creerse que nosotros estamos a su servicio.

En el nº 2.786 de Vida Nueva. Bajo el cielo encapotado de 2012, íntegro para suscriptores

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