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Cruzando el puente. Problemas éticos relacionados con la vida


Un libro de Eduardo López Azpitarte e Ignacio Núñez de Castro (San Pablo, 2011). La recensión es de José Ramón Amor Pan.

Cruzando el puente, López Azpitarte y Núñez de Castro, San Pablo

Cruzando el puente. Problemas éticos relacionados con la vida

Autores: Eduardo López Azpitarte e Ignacio Núñez de Castro

Editorial: San Pablo

Ciudad: Madrid

Páginas: 592

JOSÉ RAMÓN AMOR PAN | Siguiendo con la metáfora que había inspirado el primer libro sobre esta disciplina, Bioética: un puente para el futuro, del norteamericano Van Rensselaer Potter; y coincidiendo con el 40º aniversario de su publicación, los jesuitas andaluces Eduardo López Azpitarte e Ignacio Núñez de Castro nos regalan este libro, valioso al menos por tres razones.

En primer lugar, porque constituye un ejercicio de decantación del pensamiento de estos autores, que no son novatos, ni mucho menos, en estas lides; el resultado –si se me permite la licencia– es un caldo excelente en nariz y boca, una añada excepcional.

Y es que la materia prima no podía ser de mejor calidad: dos autores con una gran preparación, de sobra manifestada en sus respectivas trayectorias profesionales, con un profundo amor a la Iglesia y un aquilatado compromiso en la defensa de la vida.

La segunda de las razones que me llevan a calificar esta obra como valiosa se centra en el elenco de temas. Si bien no es exhaustivo y se echa de menos, por ejemplo, un capítulo de historia y fundamentación –más allá de lo que se dice en la Introducción– que sirviese como marco referencial de cuanto viene a continuación, lo cierto es que el libro aborda las principales cuestiones que preocupan y ocupan a los que nos dedicamos a la Teología Moral y a la Bioética.

Y eso se hace con rigor, ágil pluma y un aparato bibliográfico rico y actualizado (algo no siempre habitual en autores ya de una cierta edad, como es el caso; lo cual evidencia aquello que en estas mismas páginas decíamos meses atrás de Marciano Vidal: practican el envejecimiento activo y, por ello mismo, tienen aún tanto que ofrecernos).

Unir ciencia y ética

Finalmente, el tono. El título ya nos alerta de por dónde van los tiros: la necesidad de diálogo, el reconocimiento del trabajo constante que desde diversos ámbitos se está realizando para construir puentes que unan ciencia y ética y, dentro de esta, las diferentes tradiciones y sensibilidades, siendo conscientes de que “no hay que tener nostalgia de tiempos pasados, donde la unanimidad quedaba protegida por la propia legislación”.

Me vienen a la memoria unas palabras de Benedicto XVI en su reciente viaje a Alemania: “Cuando es realmente Ella misma [la Iglesia], está siempre en movimiento, debe ponerse constantemente al servicio de la misión que ha recibido del Señor. Por eso debe abrirse una y otra vez a las preocupaciones del mundo, del cual ella precisamente forma parte, dedicarse sin reservas a estas preocupaciones, para continuar y hacer presente el intercambio sagrado que comenzó con la Encarnación”.

Esto es de gran importancia, por cuanto los destinatarios primeros de la obra somos los católicos (es más un libro de Teología Moral que de Bioética) y, como reconocen sus autores, “uno de los mayores retos en la tarea educativa es cómo preparar a los creyentes para que sepan dar una explicación razonable de su ética en un mundo donde no puede excluirse la confrontación y el diálogo pluralista (…). Una tarea educativa en la que aún queda mucho camino por andar, después de tanto tiempo en que los argumentos de autoridad eran los prioritarios”.

En el nº 2.786 de Vida Nueva.

Actualizado
27/01/2012 | 08:55
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