Lugo muestra el esplendor del arte de la Eucaristía

bóveda catedral de Lugo

La exposición ‘Hoc Hic Mysterium’ exhibe en la catedral lo mejor de su patrimonio artístico

Detalle de la Custodia de la catedral de Lugo

Detalle de la Custodia de la catedral de Lugo

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | La catedral de Lugo muestra hasta finales de febrero Hoc Hic Mysterium… El esplendor de la Presencia, una exposición de exquisito montaje y valiosa selección de piezas que resalta la identificación entre arte, fe y territorio. Y lo hace en torno al privilegio que la catedral de Lugo goza desde la Edad Media: la exhibición permanente del Santísimo Sacramento, bordado en el escudo de Lugo con cáliz y sagrada forma junto a la leyenda Hoc hic mysterium fidei firmiter profitemur (He aquí el misterio de fe que firmemente profesamos). Sin duda, la exposición más llamativa que se ha organizado nunca con la propia catedral como protagonista. [Lugo muestra el esplendor del arte de la Eucaristía – Extracto]

En la línea, sin necesidad de establecer comparaciones, de Las Edades del hombre. Igual que las convocatorias castellano-leonesas, Hoc hic mysterium ha impactado desde que se abrió el 3 de diciembre, como demuestra la gran afluencia que está teniendo y la satisfacción una vez vista.

“El visitante sale de la exposición realmente sorprendido, diría que maravillado, por una serie de obras de primera índole que quizás no se esperaba en una catedral como la nuestra”, afirma la historiadora Carolina Casal, comisaria de la muestra junto a César Carnero, responsable de Patrimonio de la diócesis lucense.

exposición catedral Lugo objetos litúrgicos

Algunos de los objetos expuestos en la catedral de Lugo

“Lo que vemos es que estamos ante un redescubrimiento de la catedral, tanto por las obras de restauración como por la puesta en valor del patrimonio que se está haciendo desde el obispado”. Carnero explica cómo la muestra, propuesta por el obispo, Alfonso Carrasco Rouco, ante las obras de restauración emprendidas en la seo, “intenta ser una aproximación al ser mismo de nuestra catedral, que, con el privilegio de la Exposición Perpetua en la capilla mayor, define a Lugo como ciudad y diócesis del Sacramento, llegando a configurar los propios símbolos del Cabildo, de la civitas y del propio Reino de Galicia”.

De hasta cinco siglos

Por ello, con la Custodia de Sáenz de Buruaga como gran eje, la muestra exhibe una veintena de objetos litúrgicos de hasta cinco siglos. “Toda la vida cristiana gira alrededor de la Eucaristía, de ahí que todo lo que esté destinado a ‘confeccionar’ el Sacramento y a contener el Cuerpo de Cristo, busque la excelencia en los materiales y la maestría técnica aportada por los artistas en vasos sagrados, vestiduras, ostensorios…”, enumera Carnero.

Todo este arte sacro destinado a la mesa del altar y al banquete eucarístico (cálices, vinajeras, copones, atriles, misales, cruces, candeleros, acetres, navetas, bandejas, portaviáticos…) se muestra alrededor de la hermosa Custodia que identifica al Cabildo. “Esta obra, por sí sola, justifica esta exposición, aprovechando la circunstancia excepcional de su retirada para la restauración integral de la capilla mayor”, añade Carnero.

“Es una ocasión única en la vida para poder observar una joya excepcional de cerca y con detalle, porque desde 1860 no se había retirado de su tabernáculo, a más de cuatro metros de altura. Y supongo que hasta dentro de otros 150 años no habrá necesidad de volver a bajarla, aunque nosotros ya no estaremos”, afirma Casal.

La Custodia es la pieza central de la exposición –y así está situada dentro del espacio expositivo catedralicio en la capilla del Pilar– por su tamaño, riqueza y significación. Fue Juan Sáenz de Buruaga, obispo de Lugo entre 1762 y 1768, quien la donó en 1772, siendo ya arzobispo de Zaragoza.exposición catedral de Lugo

Su autor fue el orfebre madrileño Manuel Timoteo Vargas Machuca, que concibió, con tintes rococó, la escultura de la fe pisando tres figuras que representan las herejías y sosteniendo un cáliz y el sol cuyo centro es un viril donde se guarda la Sagrada Forma.

Esta última parte no es la original; fue robada en 1854, y repuesta por la donación de los fieles y de Isabel II. “Entonces, en 1860, ante de colocarla, se expuso dos días, escoltada por la Guardia Civil”, puntualiza Casal, aludiendo a la última vez que se pudo observar con detalle esta magnífica pieza de bronce dorado, plata y piedras preciosas “sin igual” en Galicia.

Un privilegio

No se sabe con certeza por qué Lugo tiene el privilegio de exponer continuamente el Santísimo Sacramento, al menos desde el siglo XIV –aunque podría tener su origen en los primeros tiempos del cristianismo–, pero es evidente que el culto a la Eucaristía forjó obras “de primerísima calidad” y dejó, además, su impronta en los símbolos de la ciudad y los del Antiguo Reino de Galicia.

Ese es el hilo conductor de este “viaje por las tendencias estéticas que se plasman en obras que pagan obispos y fieles, porque todas las piezas son donaciones”, según Casal. La muestra la forman 25 piezas de gran valor artístico, religioso e histórico, la mayoría pertenecientes a la catedral, pero hay también cinco objetos de colecciones privadas y cuatro más procedentes de parroquias de la diócesis lucense.

Carolina Casal destaca que es “una ocasión única” para admirar otra pieza inigualable: el Crucificado, del siglo XVI, de Juan de Bolonia, escultor de los Médicis. “Es una obra que no tiene equivalente en todo el Estado español, tan solo hay otro de esta calidad en Pisa”, apunta. “En el Renacimiento se quería mostrar así, sin paños de pureza, la carga humana de Cristo”, explica la comisaria. “La custodia y el Crucificado son, sin duda, dos piezas magníficas y un pretexto inigualable para acercarse a esta pequeña pero gran exposición”, invita.

Otra obra magistral es un cáliz limosnero con sobrecopa donado a la catedral por el obispo Vaamonde, “sin duda el más bello cáliz tardobarroco conservado en Galicia, y un bello ejemplo de la orfebrería del Gótico”, opina Casal.

Pieza insólita es, por otra parte, el ara negra de obsidiana, una especie de vidrio volcánico, de origen precolombino, que podría ser un vínculo “entre las concepciones mítico-religiosas del Nuevo Mundo y las de aquí”, concluye la comisaria Carolina Casal.

Descubierto un mural del mejor Barroco en la bóveda

bóveda catedral de LugoLas obras de restauración de la catedral han destapado la Gloria de José de Terán, en la bóveda y parte superior de los muros de la capilla mayor. “Es el mejor conjunto mural de pintura barroca de Galicia”, afirma tajantemente César Carnero. El pintor astorgano ejecutó su alegoría entre 1776 y 1778, pero había ido quedando oculta por gruesas capas de humedad y manchas de humo que, ya en las ultimas décadas, habían tapado por completo las pinturas.

La restauración del templo, financiada con 1,5 millones de euros por el Ministerio de Fomento –con fondos del 1% cultural– y por la Diócesis de Lugo, la ha devuelto a la luz.

“Ha sido una intervención muy rigurosa. Primero intervenimos en las cubiertas, porque la acumulación de sales nos hacía temer filtraciones, aunque lo que hemos visto es que el problema era la condensación y la falta de transpiración. Ahora, con la nueva cubierta, esperamos que no vuelvan a ocultarse”.

Los óleos de Terán –que prefería esta técnica al fresco– ya se pueden apreciar entre vallas y restos aún de obras. “No se ven con comodidad, pero ya cualquier visitante los puede ver”.

Finalizada la limpieza de la fachada, y a punto de acabar la restauración de la capilla mayor, aún queda el retablo, el corazón de la catedral. “Le vamos a devolver todo su esplendor al altar mayor”, señala Carnero. Y a la catedral, porque Carnero pretende, acabadas las obras –falta aún comprometer la rehabilitación de la Torre Vieja–, elaborar un plan de divulgación que incluirá la creación de un museo en el claustro renacentista.

jcrodriguez@vidanueva.es

En el nº 2.786 de Vida Nueva.

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