Banco de Alimentos sumó nuevos voluntarios a sus filas

Balance y proyección de quienes trabajan por mitigar el hambre en Bogotá

Aunque el volumen de ayuda desde el sector empresarial se vio disminuida durante 2011 con relación a años anteriores, el Banco Arquidiocesano de Alimentos (BAA) se fortaleció en sus frentes más importantes para continuar en su acción contra el hambre en la capital colombiana.

Muestra de ello, fue que por vez primera se contó con voluntarios extranjeros gracias al convenio con la Fundación América Solidaria, lo que permitió la participación de cinco voluntarias chilenas durante un año. Estas voluntarias a lo largo de 2011 apoyaron el trabajo con las organizaciones sociales en la consecución de recursos internacionales, intervención en el programa de nutrición integral y acompañamiento al plan de mejoramiento operativo y el sistema de gestión de calidad.
La evaluación recientemente discutida en el seno de la propia organización, dio cuenta de otros frentes en los que también se abrieron nuevas opciones para mejorar sus canales de servicio. En el año que acaba de concluir, la organización logró realizar la I Feria Social en la que participaron exponiendo su trabajo con comunidades vulnerables cerca de 200 fundaciones. Éstas adquieren del BAA y a bajo costo alimentos, vestuario y artículos necesarios con destino a poblaciones como adultos mayores y niños desprotegidos, así como población discapacitada. La iniciativa impulsó a las entidades inmersas en el tema a pensar en red sus proyectos futuros.
Igualmente, durante 2011 fue la primera vez que se realizó una colecta del Banco de Alimentos. Ocurrió el pasado 29 de octubre, cuando se celebró el día mundial de la alimentación. Esta campaña se realiza a nivel mundial para movilizar opinión pública y recursos en favor de la lucha contra el hambre bajo el lema “Yo dono, tu donas. Juntos contra el hambre alimentamos vidas”. Gracias al trabajo de 350 voluntarios que se ubicaron en 17 puntos de la ciudad, se recolectaron 18.123 kilos de alimentos no perecederos y un poco más de 42 millones de pesos, aportados entre personas naturales y la empresa privada.
Para el año que recién empieza, esta entidad tiene planeado alcanzar la certificación ISO 9001, fortalecer su gestión y desarrollar metodologías para generar valor agregado a la misión. Buscará nuevas alianzas con el sector público, con la empresa privada y también propenderá por vincular a más universidades, así como por obtener recursos internacionales. Igualmente, buscará afianzar más el trabajo con diferentes entidades de la Iglesia para poder beneficiar a más organizaciones y por su conducto al mayor numero de población vulnerable posible.
“En el mundo estamos viendo que las necesidades más grandes por satisfacer, serían una oportunidad para las políticas públicas; porque si se satisfacen se puede generar una nueva dinámica de economía y un nuevo ritmo para la humanidad. No es fácil la solución a todos los problemas pero sí podemos generar una mentalidad diferente”, expresó el sacerdote Daniel Saldarriaga, representante del BAA, quien agregó que: “Poder ayudar al que necesita es alargar la mano, no para darle en la mano al que está en el suelo, sino para ayudarlo a levantarse y hacer que pueda sentarse en la mesa y compartir un alimento”. VNC
TEXTO: E. GARCÍA
FOTO: BAA

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