La Palabra, al alcance de todos los latinoamericanos

P. Fidel Oñoro, cjm. Exdirector del Centro Bíblico Pastoral para América Latina (CEBIPAL)

Han sido publicados Los Evangelios, el primer avance de la que, en su versión completa, será llamada Biblia de la Iglesia en América (BIA); iniciativa que proviene del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) a través de su Centro Bíblico Pastoral para América Latina (CEBIPAL). Se trata de un proyecto novedoso y de gran envergadura, que llega en buena hora a reforzar el impulso que ha tenido la pastoral en el continente desde su última Conferencia General en Aparecida (Brasil, 2007), particularmente de la animación bíblica de la vida pastoral como eje de la acción evangelizadora de la Iglesia.

La novedad está en el hecho de que proviene de la decisión conjunta de las 22 Conferencias Episcopales que congrega el CELAM, junto con el sector hispano de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos. Los trabajos, emprendidos por un equipo compacto de 25 biblistas latinoamericanos, comenzaron en 2004 y terminarán en 2015.
Por lo pronto, con un número limitado de ejemplares y en calidad de “edición de prueba”, el equipo ha divulgado la traducción y notas de los cuatro Evangelios, enviándolo en primer lugar a biblistas, pastoralistas y lingüistas, cuyas reacciones y aportaciones ayudarán en la edición final. También algunas comunidades cristianas, seleccionadas dentro de la amplia geografía cultural latinoamericana, participarán durante este año 2012 en “experiencias piloto” de lectura de pasajes escogidos. En fin, una construcción participativa que nos recuerda el viejo lema de la Conferencia de Puebla.
El nombre de esta versión de la Biblia alude a lo que la originó: la búsqueda de caminos pastorales comunes entre las Américas emprendido desde el Sínodo de América (1997) y la consecuente exhortación Iglesia en América (1999).
En 2002, tratando de atender mejor la pastoral bíblica de la población de lengua hispana de los Estados Unidos –la mayoría proveniente de América Latina–, el Comité Hispano de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos propuso a la Presidencia del CELAM llevar a cabo una nueva traducción de la Biblia al español, asumiendo ellos la financiación. Monseñor Carlos Aguiar Retes, en ese entonces secretario general del CELAM, propuso una Biblia para todas las Américas, lo cual recibió el apoyo de los presidentes de las 22 Conferencias Episcopales de América Latina. Luego, la Asamblea Ordinaria del CELAM en Tuparendá-Paraguay (2003) le dio nacimiento al Centro Bíblico Pastoral para América Latina (CEBIPAL) para que se ocupara de esta tarea y también para dar un nuevo impulso a los estudios bíblicos y a la animación bíblica de la pastoral en América Latina.
Al frente del proyecto
La directiva del CELAM le confió al obispo chileno Santiago Silva Retamales la responsabilidad del proyecto, quien lo ha venido liderando desde entonces, con seriedad y entusiasmo. En 2004, fue nombrado un biblista de reconocida trayectoria, el P. Carlos Junco Garza (Monterrey-México), como director de la traducción, con cuyo empeño tomó cuerpo el proyecto.
La traducción de los Evangelios estuvo a cargo de monseñor Adolfo Castaño (Evangelio de Mateo), monseñor Santiago Silva (Marcos), P. Luis H. Rivas (Lucas) y P. Juan Alfaro (Juan), a quienes se les pidió: (1) ser rigurosos en la traducción de los originales; (2) colocarla en el justo medio entre la Biblia para la lectura cotidiana y una Biblia para el estudio; (3) dar una contribución concreta al discipulado misionero a través de las oportunas anotaciones.
La publicación anticipada de Los Evangelios es un signo paradigmático en medio de la Misión Permanente que se viene implantando en América Latina, lo cual cobra mayor relevancia ahora de cara al Sínodo de la Nueva Evangelización y la preparación del Año de la Fe. Es muy diciente, sobre todo, el hecho de hacerlo en América Latina, donde la búsqueda de Dios que genera la fe y el compromiso por la justicia del Reino han sabido darse la mano. Responde a la necesidad de un nuevo anuncio de los valores evangélicos y de contar, además, con claves que permitan interpretar la realidad y vivir el Evangelio en estas circunstancias, especialmente aquellas que se presentan a veces como duras y negativas, humillantes o desesperanzadoras.
Por lo pronto, es un proyecto en curso y, por eso, la “edición de prueba” de Los Evangelios no se conseguirá en librerías. Con todo, quienes la hemos recibido tenemos la oportunidad de ponderar con sumo cuidado la actualidad y precisión de su lenguaje, la utilidad de sus ayudas y la pertinencia de sus notas explicativas. VNE

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