El Episcopado de R. D. Congo denuncia el fraude electoral

Laurent Monsengwo Pasinya, cardenal de Kinshasa RD Congo

Duro mensaje contra las irregularidades de los comicios de noviembre

jornada elecciones 28 noviembre 2011 República Democrática del Congo

Un momento de la jornada electoral del 28 de noviembre

JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ SOTO | Imagine unas elecciones en las que desaparecen los resultados de 2.000 colegios electorales de la capital del país; en las que, al término de la jornada, el presidente de la mesa se lleva las urnas a su casa; y en las que, en algunas zonas rurales, los soldados obligan a los electores a ponerse en fila y les entregan la papeleta del candidato en el poder. Estas y otras muchas irregularidades ocurrieron en la República Democrática del Congo el 28 de noviembre.

Sorprende poco que, tres días después de que el 9 de diciembre la Comisión Electoral Independiente (CEI) diera como ganador a Joseph Kabila (en el poder desde que fuera asesinado su padre en 2001), el cardenal de Kinshasa, Laurent Monsengwo Pasinya, dijera sobre los resultados que “no se conforman ni a la verdad ni a la justicia”.

Un mes después, la Conferencia Episcopal ha ido más lejos. “Lo que ha ocurrido es inaceptable y una vergüenza para nuestro país”, dicen los obispos de sus 47 diócesis en un mensaje publicado el 12 de enero y que ha caído como un mazazo en una nación en la que la Iglesia tiene enorme influencia social.

A las declaraciones de Monsengwo le había seguido una campaña de desprestigio e insultos por parte de algunos políticos del partido en el poder. El prelado congoleño no se amilanó, y el 5 de enero convocó una rueda de prensa en la que criticó que Kabila cambiara la Constitución a principios del año pasado para permitir que saliera elegido el candidato con mayoría simple.

Laurent Monsengwo Pasinya, cardenal de Kinshasa RD Congo

Laurent Monsengwo Pasinya, cardenal de Kinshasa

Sin este cambio, no habría podido convertirse en presidente, ya que –incluso con todos los trucos empleados– los resultados de la CEI no le otorgaron el 50% de los votos. “Si yo veo que el Estado respeta la Constitución y se ocupa del bien común, iremos juntos, pero en caso contrario, no pueden contar conmigo”, concluyó el cardenal.

Los prelados congoleños suelen reunirse en Asamblea Plenaria en octubre, pero la gravedad de la situación les aconsejó convocar una extraordinaria del 9 al 11 de enero. Cuando, al día siguiente, se leyó el mensaje final en la catedral de Kinshasa, los fieles que abarrotaban el templo interrumpieron su lectura varias veces con ovaciones y gritos de aprobación.

No era para menos. Tras defender al cardenal Monsengwo, los obispos sentencian que “el proceso electoral ha estado plagado de graves irregularidades que ponen en cuestión la credibilidad de los resultados publicados”. Asimismo, reconocen que el pueblo vive “frustrado”, por lo que le exhortan a no ceder al pesimismo ni a la violencia, y denuncian el clima de amenazas, intimidaciones, secuestros y apropiación de las arcas públicas por la familia política en el poder.

Las recomendaciones de este mensaje no tienen desperdicio y están dirigidas a todos los actores políticos: a la Comisión Electoral le exigen que corrija los graves errores cometidos o, en caso contrario, que dimita. También piden al Parlamento que revise la composición de esta Comisión; al Gobierno, que deje de utilizar el tesoro público para sus intereses personales; al Ejército y a la Policía, que no obedezcan órdenes injustas; y a la comunidad internacional, que apoye al pueblo congoleño en su búsqueda de justicia y paz.

Dos elecciones en 40 años

Estas elecciones fueron las segundas en cuatro décadas en el enorme país africano, con 65 millones de habitantes y una extension equivalente a dos tercios de Europa occidental. Los comicios de 2006, que contaron con un gran apoyo de la ONU y la Unión Europea, se desarrollaron de forma mucho más transparente.

Entonces, la Comisión Electoral estaba presidida por el sacerdote Apollinaire Malu-Malu, quien hizo gala de una gran imparcialidad. A Malu-Malu le sustituyó el pastor metodista Leon Ngoy, muy amigo de la familia presidencial y, por tanto, poco apto para ocupar un puesto que exige una gran independencia.

Durante la campaña electoral, en octubre y noviembre de 2011, hubo numerosos incidentes de intimidación y uso de las arcas públicas para el candidato presidencial, quien llegó incluso a bloquear los vuelos de los otros candidatos, dificultándoles sus desplazamientos en un país en el que, a menudo, el único medio de transporte es el aéreo.

La Iglesia condujo durante esos meses una campaña de educación cívica basada en seis mensajes, en los que denunció estos y otros abusos. El reciente pronunciamiento muestra que los obispos congoleños siguen acompañando al pueblo en su búsqueda de una democracia que cada vez parece más lejana.

En el nº 2.785 de Vida Nueva.

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