Miguel Ángel Barbero: “Evangelio y educación nunca son incompatibles”

Miguel Ángel Barbero editor del libro vídeo En clase con Jesús

Editor de ‘En clase con Jesús’

Miguel Ángel Barbero editor del libro vídeo En clase con Jesús

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Nacido hace 31 años en Úbeda (Jaén), Miguel Ángel Barbero es uno de esos profesores apasionados por su profesión hasta el punto de enfocarla como una reflexión a fondo sobre el mejor modo de poner fin a los conflictos que se dan en el día a día de las aulas. Y, en esa búsqueda de un modelo que sirviera de referencia a sus alumnos de Primaria, pensó en aquel al que llamaron Maestro con mayúsculas: Jesús de Nazaret.

Fue así como nació la iniciativa de crear una serie de cuentos que, basados en conocidos pasajes bíblicos, extraen lecciones para situaciones actuales. Por ejemplo, como explica el propio Miguel Ángel, “ante la típica situación en que dos chavales son sorprendidos cuando han quedado para pegarse a la salida de clase, proponemos a un Jesús mediador, que les habla de ofrecer la otra mejilla y les explica que ‘bienaventurados son los mansos de corazón’”.

Con sus historias, publicadas en tres libros –Un viaje a África, Un amigo de verdad y Las Bienaventuranzas, este último editado por Palabra–, este tutor en el colegio marianista de Nuestra Señora del Pilar, en Madrid, buscaba interpelar cada día a sus alumnos.

Del mismo modo, además de pensar en situaciones que, “por concretas y actuales, fueran fácilmente entendibles por los niños”, también creyó importante que sintieran a Jesús “como uno mismo de ellos”.

Hasta que encontró la mejor fórmula para ello. A través de su hermano Domingo, director, junto a Miguel Ángel Cobo, de la productora audiovisual TDPress, creó la serie de dibujos animados En clase con Jesús. En ella, los propios cuentos se ofrecen en capítulos de vídeo y son protagonizados “por un Jesús niño, que viste pantalones vaqueros y, como cualquier otro chico, está conectado al ordenador”.

La vocación por la enseñanza integral de este docente laico le vino en parte por los jesuitas, con quienes se formó: “Ellos me enseñaron que los valores del Evangelio nunca son incompatibles con la educación”. Ya entonces supo ver que “la propuesta cristiana, por lo fenomenal y extraordinaria que resulta, es perfectamente aplicable en cualquier ámbito formativo”.

De hecho, “el éxito de los vídeos y los libros es tal que nos los piden desde varios colegios públicos, no solo centros católicos. Los escogen por los valores positivos que aportan, que van más allá de lo espiritual y, además de para catequesis o la clase de Religión, son perfectamente utilizables para las tutorías o asignaturas como Educación para la Ciudadanía”.

Ingenio y nuevas fórmulas

Para Miguel Ángel, el ingenio y la apuesta por nuevas fórmulas educativas, en especial las que surgen de las nuevas tecnologías, son esenciales en un tiempo de crisis en que la educación parece que va a contar con menos recursos. Algo que aúna perfectamente su último proyecto, el portal digital Golilandia, un aula virtual en la que 123 niños aprenden cada semana con iniciativas relacionadas con los resultados de la Liga de fútbol de Primera División. En definitiva: al aprender jugando, aprenden más.

Un método, el de la formación motivadora y personalizada, que también resulta aplicable, por qué no, a la clase de Religión.

Para este joven profesor, que además colabora como catequista en su parroquia, solo hace falta echarle imaginación al modo en que se hacen llegar “los conocimientos de siempre” y, además, “transmitir que en verdad es necesario y urgente conocer los valores espirituales, más allá de si quien los recibe tiene fe o no. Eso se realiza en gran parte con el testimonio de la propia vida del profesor, en el día a día con los alumnos. Ellos deben saber que el religioso es un conocimiento fundamental en la sociedad actual, pues es un conocimiento vivo”.

EN ESENCIA:

  • Una película: Prueba de fuego, de Alex Kendrick.
  • Un libro: Cántico espiritual, de san Juan de la Cruz.
  • Una canción: Con los dedos de una mano, de Azul y Negro.
  • Un deporte: el ciclismo.
  • Un recuerdo de la infancia: las visitas a los abuelos bajo el olor del brasero.
  • Un rincón del mundo: el valle del Guadalquivir.
  • Un sueño: que no haya división entre las personas.
  • La mayor tristeza: que la gente no se ame.
  • La última alegría: cuando la gente sí se ama.
  • Un valor: la misericordia.
  • Un regalo: la vida.
  • Una persona: Jesús de Nazaret.
  • Que me recuerden por… ser una persona trabajadora que busca la paz.

En el nº 2.784 de Vida Nueva.

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