Editorial

Ajustes en la Iglesia

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EDITORIAL VIDA NUEVA | La Iglesia, en medio de la actual crisis, no solo debe dar la voz de alerta, voz profética, ante las causas que originan el estado de crisis moral, económica y financiera. No solo ha de estar para atender las necesidades de las víctimas de la crisis, que amenaza con prolongarse aún más.

Son muchas las instituciones eclesiales y religiosas que, desde la fe, llevan a cabo una meritoria labor de atención y apoyo. Ha de hacer más. Los ajustes deben, por testimonio, llegar también a la Iglesia y a sus instituciones. El excesivo boato, el gasto superfluo, las celebraciones fuera de tono, pese a que supongan poco gasto, han de cuidarse para que no hieran la austeridad en la que viven muchos hermanos.

Es una manera de vivir en el estado de “ajuste”. Es el testimonio elocuente ante la sociedad. Hay que bajar a las concreciones para crear una dinámica de recorte de sus necesidades y recursos, cada vez más y más mermados.

En el nº 2.784 de Vida Nueva. Del 14 al 20 de enero de 2012

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