El año del diluvio para la cultura

El gran condicionante, la paralización de la programación por parte de las administraciones públicas

El descendimiento cuadro de Caravaggio

'El Descendimiento' (1602-1604), de Caravaggio

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | La cultura ha sido una de las grandes víctimas de la crisis y de 2011. El colapso de la cultura, entendido como el fin del Estado como mecenas cultural. Tanto que, 20 años después, las prevenciones liberales de Marc Fumaruli sobre El Estado cultural apenas encontrarían argumentos. La encrucijada es más decisiva para las artes minoritarias: las plásticas, el teatro, la danza, la música clásica… y, cómo no, en la protección del patrimonio histórico y los museos.

Por eso, seguir el rastro al 2011 significa dar con una manera de entender el encuentro de cultura y fe que también, evidentemente, se han sumado a ese desconcierto. Un repaso a lo que ha sido este año, examinado desde este encuadre, muestra varios ejemplos de una dinámica que hasta el momento había sido muy positiva, pero que está detenida, como todo aliento cultural: la renovación material y conceptual de los museos diocesanos.

Los ejemplos del Museo Diocesano de Barbastro, el Museo de Arte Sacro de Orihuela o el Museo Diocesano de Zaragoza, junto a otros recientemente remodelados como los de Jaca, Mondoñedo o Albarracín, son testimonio de una época que, al menos en los próximos años, no verá nada igual.Códice Calixtino Catedral de Santiago de Compostela

Sí, en cambio, relecturas expositivas o adaptaciones después de puntuales rehabilitaciones como la que representa el denominado MuMa, el Museo Mariano Virgen de los Desamparados, inaugurado en Valencia. Ejemplo de cómo la relación entre arte, Iglesia y turismo necesita de imaginación, renovación y nuevas maneras de acercarse al público ajustadas al presupuesto.

Aunque 2011, en este sentido, ha dejado buena muestra de que el arte sacro sigue atrayendo al gran público –y mucho– con las nuevas ediciones de Las Edades del Hombre, en Castilla y León, y de La Luz de las Imágenes, en la Comunidad Valenciana, dos de los ejemplos de rehabilitación y difusión del arte de la fe más notorios de los últimos años; aunque han tenido obligatoriamente que readaptarse a los nuevos tiempos (y al menor presupuesto) sin la espectacularidad de pasadas ediciones, pero con indudable interés, como lo han mostrado tanto Passio, entre Medina de Rioseco y Medina del Campo, como los Camins d’Art, en Alcoy. La desatención al estado del rico patrimonio histórico es otra amenaza.

El Códice desaparecido

Mayor eco, no obstante, ha tenido la amplia programación del 800º aniversario de la consagración de la Catedral de Santiago de Compostela, aunque el robo el 5 de julio del Códice Calixtino, custodiado en el corazón mismo del archivo catedralicio, amargó la fiesta. Aún no hay ni rastro del mismo. Tan notoria sustracción del valioso manuscrito enfocó la atención pública sobre la seguridad de los bienes artísticos de la Iglesia, cuando debió –y aquí sigue sin haber rastro alguno– centrarse en la falta de recursos para preservar, catalogar y dar a conocer su maravilloso legado archivístico y libresco.

Reportaje íntegro para suscriptores

TODO LO QUE FUE NOTICIA EN 2011…

En el nº 2.782 de Vida Nueva. Número especial Navidad–Fin de año 2011

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