De Sandoval a Robles

Jorge Traslosheros director Vida Nueva México

Jorge Traslosheros director Vida Nueva MéxicoJORGE TRASLOSHEROS | Director de Vida Nueva México

“La Arquidiócesis de Guadalajara tiene nuevo arzobispo. Excelente noticia. Se trata de Francisco Robles Ortega, cardenal de Monterrey. Una decisión valiente de la Santa Sede…”.

La Arquidiócesis de Guadalajara tiene nuevo arzobispo. Excelente noticia. Se trata de Francisco Robles Ortega, cardenal de Monterrey, quien sustituye a don Juan Sandoval. Una decisión valiente de la Santa Sede, que refrescará la vida eclesiástica de aquellos lares y de México.

Es un prelado joven (62 años), originario de la Diócesis de Autlán, Jalisco, y que conoce bien la Iglesia de Guadalajara, pues ahí desarrolló su labor pastoral hasta su nombramiento como auxiliar de Toluca en 1994. Dos años después, Juan Pablo II le elegió para ocupar la misma sede. A partir de entonces, su trayectoria vivió cambios importantes, que culminarían en 2003, cuando fue nombrado arzobispo de Monterrey y, cuatro años después, fue creado cardenal por Benedicto XVI.

Comparte con el cardenal Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, una visión de Iglesia afín a los grandes proyectos del actual Pontífice, en especial la Nueva Evangelización. Un plan de acción pastoral que, como ha dicho el propio Ouellet, tiene en este continente una de sus principales zonas de desarrollo.

Robles tiene fama de excelente pastor, dispuesto al diálogo, firme en sus decisiones, enemigo de los escándalos mediáticos y que sabe convivir con sus hermanos obispos. Un hombre que conoce desde las minucias de la vida parroquial, donde la Iglesia se juega gran parte de su suerte, hasta el sofisticado mundo del diálogo ecuménico e intercultural. En suma, un prelado de fe y buenas razones.

Sustituye al cardenal Sandoval, con reputación de estridente, controvertido y poco hábil para el diálogo dentro y fuera de la Iglesia, tan proclive a la confrontación que le ha valido, incluso, desmentidos de la Santa Sede.

Vayan mis oraciones y mejores deseos para el nuevo arzobispo de Guadalajara. Queda pendiente el relevo en Monterrey, pero eso tardará. La Santa Sede, espero, nos guardará otra buena noticia.

En el nº 2.781 de Vida Nueva

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