México y Cuba 2012: uno de los viajes más importantes de Benedicto XVI

Norberto Rivera arzobispo de Mexico y cardenal Tarcisio Bertone

La segunda visita del Papa a América Latina será, previsiblemente, a finales de marzo

papa Benedicto XVI con la imagen de la Virgen de Guadalupe

Benedicto XVI en la misa del 12 de diciembre; al fondo, la Virgen de Guadalupe

ANTONIO PELAYO. ROMA | “Con estos vivos deseos y sostenido por el auxilio de la providencia divina, tengo la intención de emprender un viaje apostólico antes de la Pascua a México y Cuba para proclamar allí la Palabra de Cristo y que se afiance la convicción de que este es un tiempo precioso para evangelizar con una fe recia, una esperanza viva y una caridad ardiente”. Un nutrido aplauso saludó estas palabras con las que Benedicto XVI confirmaba la noticia del que será uno de sus más importantes viajes en el año 2012.

El anuncio lo hizo el lunes 12 de diciembre, al final de la homilía que pronunció durante la Eucaristía celebrada en la Basílica de San Pedro con ocasión de la Solemnidad de la Virgen de Guadalupe y del Bicentenario de la independencia de los países de América Latina y del Caribe.

cardenal Jaime Ortega arzobispo de La Habana

El cardenal de La Habana, Jaime Ortega

Los detalles del viaje, como ya hemos informado en anteriores crónicas, están aún por definir. El mismo 12 de diciembre salía en dirección a México DF y a La Habana el coordinador de los viajes papales, Alberto Gasbarri, que se entrevistará con las autoridades civiles y religiosas de ambos países, así como con los nuncios apostólicos respectivos: Pierre Christophe, que ya lleva cuatro años en México, y Bruno Musaró, que acaba de iniciar su misión en Cuba.

Las fechas con las que se está trabajando son las del 23- 28 de marzo, y el itinerario sería Roma, León, Silao y Guanajuato (en el Estado mexicano del mismo nombre ,con un altísimo porcentaje de católicos y donde se encuentra el monumento a Cristo del Cerro del Cubilete), más La Habana y Santiago de Cuba, en cuyas proximidades se sitúa el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, cuya imagen fue descubierta hace ahora 400 años y que acaba de recorrer casi 30.000 kilómetros en la Isla, rodeada de un inusitado clamor popular.

Por imperativos médicos, se ha excluido la etapa de la capital mexicana (2.400 metros de altitud) y de Guadalupe.

Si ya puede darse por descontado que los católicos mexicanos se volcarán una vez más para recibir al Papa, no cabe duda de que la segunda visita de un Pontífice a Cuba suscita un extraordinario interés, dadas, sobre todo, las excepcionales circunstancias que atraviesa el país caribeño, férreamente gobernado por Fidel Castro durante décadas y en los últimos años por su hermano Raúl.

Norberto Rivera arzobispo de Mexico y cardenal Tarcisio Bertone

El arzobispo de México, Noberto Rivera, y el cardenal Bertone

“Protagonismo emergente” de América Latina

Al comienzo de la Misa, el Santo Padre dijo: “Tengo presentes a todos los que se unen espiritualmente y oran a Dios con nosotros por los diversos países latinoamericanos y del Caribe, muchos de los cuales durante este tiempo festejan el Bicentenario de su independencia y que, más allá de los aspectos históricos, sociales y políticos de los hechos, renuevan al Altísimo la gratitud por el don de la fe recibida (…). El Sucesor de Pedro no podía dejar pasar esta efeméride sin hacer presente la alegría de la Iglesia por los copiosos dones que Dios en su infinita bondad ha derramado durante estos años en esas amadísimas naciones que tan entrañablemente invocan a María Santísima”.

Una vez evocado el pasado, Benedicto XVI quiso también pronunciar unas palabras referidas a la hora presente: “Actualmente, mientras se conmemora en diversos lugares de América Latina el Bicentenario de su independencia, el camino de la integración en ese querido continente avanza, a la vez que se advierte su nuevo protagonismo emergente en el concierto mundial“.

“En estas circunstancias –continuó–, es importante que sus diversos pueblos salvaguarden su rico tesoro de fe y su dinamismo histórico-cultural, siendo siempre defensores de la vida humana desde su concepción hasta su ocaso natural y promotores de la paz; han de tutelar igualmente a la familia en su genuina naturaleza y misión, intensificando al mismo tiempo una vasta y capilar tarea educativa que prepare rectamente a las personas y las haga conscientes de sus capacidades, de modo que afronten la solidaridad y el cuidado del medio ambiente, vigorizando a la vez los esfuerzos para superar la miseria, el analfabetismo y la corrupción y erradicar toda injusticia, violencia, criminalidad, inseguridad ciudadana, narcotráfico y extorsión”.

En el nº 2.781 de Vida Nueva. Crónica vaticana íntegra para suscriptores

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