Escuelas Católicas apuesta por un nuevo modo de liderazgo en la educación

Congreso de Escuelas Catolicas noviembre 2011

Su XI Congreso reúne a 1.500 participantes y una destacada presencia eclesial y política

Congreso de Escuelas Catolicas noviembre 2011

Intervención de Lucía Figar durante el congreso de EC

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | La apuesta por la “renovación constante” y la actualización en la formación del profesorado fue el eje sobre el que vertebró el XI Congreso de Escuelas Católicas (EC). Sus más de 1.500 participantes (entre docentes y responsables de centros), reunidos del 24 al 26 de noviembre en Madrid, llegaron a la conclusión de que, a través de una actitud de “liderazgo”, siendo este “acogedor, profético y transformador”, es posible una mejora real en la educación, como muy bien reflejó el lema de las jornadas: El liderazgo educativo, motor del cambio.

¿Cuáles son las características de ese liderazgo? Como se puede leer en las conclusiones acordadas: permanecer “más centrados en el alumno” y en su realidad particular; impulsar “nuevos modelos organizativos, más horizontales, participativos y colaborativos”; defender modos “de gobierno, de trabajo y de toma de decisiones más descentralizados y colectivos, para fortalecer la identidad e implicación institucional”; abrirse a la “globalidad, donde se piensa en global y actúa en local y viceversa, para evitar los peligros del aislamiento, la fragmentación, la autosuficiencia o la uniformidad”; dar paso “a una nueva pedagogía capaz de orientar el quehacer profesional docente hacia las necesidades e intereses de los alumnos”; articular la tecnología y “las herramientas para implementar nuevas formas de aprendizaje más efectivas y reales”; o aplicar “la evaluación de los docentes como mecanismo de diagnóstico para el apoyo y mejora de su capacitación profesional”.

Cambio de rol

Como se insiste en su comunicado final, para conseguir estos cambios “es necesaria una concepción nueva del liderazgo. Los equipos directivos de los centros necesitan pasar de un rol marcado por la gestión, hacia un liderazgo que ilusione, que sepa afrontar nuevos retos, que defina objetivos y que involucrea todos los agentes en el Proyecto Educativo del Centro”. Pero, en el compromiso de EC con “la selección, formación, desarrollo profesional, acompañamiento y entrenamiento de los equipos directivos de sus centros”, advierten, necesitan “más financiación, más personal educativo y más recursos”.

Congreso de Escuelas Catolicas noviembre 2011

De izq. a dcha., la presidenta de EC, Inmaculada Tuset, el ministro Ángel Gabilondo y el obispo César Franco

De ahí que, una vez más, aunque de un modo significativo ante “el actual panorama político” que se abre con el próximo Gobierno del PP, reclamen que sigue siendo “urgente y necesario lograr un Pacto Educativo con un amplio consenso que nos centre en lo verdaderamente importante: el alumno y su educación”.

Todos estos puntos fueron abordados en las distintas ponencias y mesas redondas que tuvieron lograr en el transcurso de las jornadas, a las que asistieron personalidades eclesiales destacadas como Joseph Tobin, secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica; Antonio Mª Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal; Casimiro López Llorente, presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis; o César Franco, obispo auxiliar de Madrid.

A nivel político, ofrecieron sus conferencias Ángel Gabilondo, ministro en funciones de Educación; Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid; o Lucía Figar, consejera de Educación madrileña. Por parte de EC, estuvieron su presidenta, Inmaculada Tuset; su secretario general, Juan Antonio Ojeda; y el director de las jornadas, Carlos Ruiz.

Tobin reiteró la necesidad de “la renovación constante y valiente” de los centros católicos y señaló los desafíos que considera más urgentes para ellos, entre los cuales figuran el volver a los orígenes de los respectivos carismas fundacionales, el trabajo en red, el encuentro fe-cultura, la apuesta por el humanismo o la cooperación entre laicos y consagrados. El cardenal arzobispo de Madrid, Rouco Varela, apuntó la importancia de la educación integral, moral y religiosa y defendió el derecho a la libertad de elección y a la creación de centros con identidad propia.

En las conclusiones del Congreso, EC asumió el impulso de “un cambio de paradigma en la educación de la fe”, a través de “educadores con fe y con competencia espiritual”, mostrando “a Jesús, el Maestro, como referente vital, como mediador e intérprete, facilitando la construcción del ser humano de forma integral”.

En el nº 2.779 de Vida Nueva.

 

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