Ángeles Galino, maestra del saber y de la vida

Consuelo Flecha García - Catedrática de Historia de la Educación Sevilla

Angeles Galino

CONSUELO FLECHA GARCÍA, catedrática de Historia de la Educación. Universidad de Sevilla | El Congreso Educa2011, organizado por la Fundación Castroverde, el Instituto de Estudios Pedagógicos Somosaguas y el Consejo de Cultura de la Institución Teresiana, rindió homenaje el 10 de octubre de 2011 a Ángeles Galino Carrillo (Barcelona, 1915) “por sus destacadas aportaciones como profesora, investigadora, divulgadora, escritora”. [Siga aquí si no es suscriptor]

Consuelo Flecha García - Catedrática de Historia de la Educación Sevilla

C. Flecha

Es un merecido reconocimiento a quien ocupa un lugar propio en la pedagogía española de la segunda mitad del siglo XX, y no solo porque ella ganara la primera cátedra creada en la universidad española sobre Historia de la Educación y legitimara con este hecho el acceso de una mujer a ese rango académico.

Sus aportaciones al saber y a la práctica educativa han jalonado un itinerario personal y profesional en el que ha ofrecido a la comunidad científica y a la sociedad la memoria valiosa sobre la Historia de la Educación Antigua y Media, obra que ha sido durante décadas manual insustituible para el estudio de la educación en el mundo durante esos períodos; o sobre la necesidad sentida de proporcionar una amplia formación a quienes aspiraban a la gestión de los asuntos públicos (Los tratados de educación de príncipes en los siglos XVI y XVII).

O sobre la contribución en el siglo XVIII de intelectuales que hicieron del tema educativo el centro de sus preocupaciones (Tres hombres y un problema: Feijoo, Sarmiento y Jovellanos ante la educación moderna), trabajo que abrió una nueva y fecunda línea de investigación sobre un siglo de fuerte conmoción cultural; o sobre las propuestas y realizaciones del pedagogo Pedro Poveda Castroverde y de la educadora Josefa Segovia Morón.

Ha puesto igualmente su mirada y su pluma en cuestiones pedagógicas que respondían a cada presente o que interrogaban adelantando el futuro: la mujer, la universidad, el profesorado, la personalización educativa, el humanismo pedagógico, la educación intercultural, etc. Numerosos libros, varios centenares de artículos y de conferencias en reuniones y congresos nacionales e internacionales dan testimonio de ello. Sin olvidar tampoco las múltiples formas con que hizo posible el diálogo de la pedagogía española con la europea, la americana o la asiática.

Ángeles Galino puso su mirada y su pluma en
cuestiones pedagógicas que respondían a cada presente
o adelantaban el futuro: mujer, universidad,
profesorado, humanismo pedagógico, educación intercultural…

Las aportaciones dentro de esos movimientos de innovación y renovación pedagógica, que no han dejado nunca de ocupar a quienes creen en la educación, encontraron en ella una lúcida impulsora. Los alentó participando en los grupos que experimentaron los nuevos planteamientos y métodos de la educación personalizada en los primeros años sesenta; con la creación del Instituto de Estudios Pedagógicos Somosaguas; desde el Ministerio de Educación y Ciencia, primero como directora general de Enseñanza Media y Profesional, y después como directora general de Ordenación Educativa; en su responsabilidad de presidenta del Patronato del Centro Nacional para la Investigación y el Desarrollo Educativo; desde el Consejo Nacional de Educación… Responsabilidades asumidas como un servicio a la mejora de la educación y a una sociedad más justa que le han sido reconocidas de diferentes formas.

Junto a otras profesionales universitarias, creó en 1956 la Asociación Amistad Universitaria, uno de los frutos de la doctora Galino en su voluntad de ocuparse y preocuparse por la educación y la presencia de las mujeres en la sociedad. Hay que destacar, además, su labor como directora general de la Institución Teresiana, una asociación internacional de laicos –mujeres y hombres– que trabaja en más de 30 países de cuatro continentes con innumerables proyectos llevados a cabo desde el compromiso con la educación y la cultura, los cuales ella supo coordinar, animar y revitalizar.

Junto a todas estas aportaciones más objetivas de su trayectoria vital, hay que destacar las que no suelen aparecer en el currículum de modelo oficial, pero sin las cuales quedaría muy incompleto este perfil. El plus de sentido y de significado que sabe dar a cada circunstancia y a cada acontecimiento; todo lo que ha puesto al servicio de tantas causas nobles que nunca la han sorprendido ausente; lo que de estímulo, de apoyo y de autoridad representa para tantas personas que se acercan a ella como intérprete, como contraste y como medida. Ha sabido ser maestra del saber y maestra de la vida para muchas generaciones de estudiantes, de profesionales, y una referencia muy especial para miles de mujeres de países y culturas diferentes.

Desde el “duermevela de la memoria”, como ha escrito en esta revista Juan Rubio, su testimonio de vida serena, alegre y profunda sigue despertando lo mejor de quienes hoy siguen encontrándose con ella.

En el nº 2.779 de Vida Nueva.

 

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