Gaudí en el Vaticano, una exposición para subir a los altares

Antoni Gaudi objetos liturgicos

El miércoles 24 se inaugura ‘Gaudí y la Sagrada Familia. Arte, ciencia y espiritualidad’

Fachada de la Natividad - Sagrada Familia Barcelona - Gaudi

Fachada de la Natividad de la Sagrada Familia, de Gaudí

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | El arquitecto de Dios llega al Vaticano. La exposición Gaudí y la Sagrada Familia de Barcelona. Arte, ciencia y espiritualidad abrirá al público el próximo día 24 de noviembre en el Braccio de Carlo Magno de la Plaza de San Pedro, en donde permanecerá hasta el 15 de enero. Todo un acontecimiento impulsado por la Fundación Sagrada Familia, la Fundación Joan Maragall y Acción Cultural Española (AC/E), y que se celebra a propuesta y bajo los auspicios del Pontificio Consejo para la Cultura. [Siga aquí si no es suscriptor]

“Viene de un encargo que el cardenal Ravasi nos hizo hace ya un par de años para que organizáramos en Roma algún acto cultural catalán. Enseguida vimos que teníamos que ir con Gaudí. Es un encargo anterior a la visita del Papa y la consagración de la Sagrada Familia, pero creo que ahora toma una importancia mayor. De algún modo, le devolvemos la visita”, explica Antoni Matabosh, presidente de honor de la Fundación Joan Maragall.

Antoni Gaudi procesion Corpus Christi

Gaudí, durante una procesión del Corpus

“El Vaticano es un punto neurálgico de la cristiandad y uno de los puntos que, por diversas razones, atrae más visitantes de todo el mundo. Espero que con esta exposición contribuyamos a que tanto los creyentes como los que no lo son, conozcan mejor la figura poliédrica de Gaudí, en la que tanto pesa el artista, como el científico, como el hombre de fe”, añade Daniel Giralt-Miracle, quien ya fuera comisario del Año Gaudí –del que se cumplen diez años– y es también el responsable de la exposición romana.

Matabosh adelanta que la muestra pretende ser “un poco de síntesis de lo que Gaudí era, de lo que Gaudí quería, de su arquitectura, su arte, su ciencia, su espiritualidad. Verlo en Roma será distinto que verlo en la Sagrada Familia, otro modo de conocer a Gaudí en toda su dimensión”. Especialmente, en esa otra manera de ver a Gaudí como hombre de fe: “A través de la arquitectura, Gaudí fue evolucionando, buscando un estilo propio y un lenguaje que expresara su concepción de la vida –explica Giralt-Miracle–. En esta trayectoria, inicialmente muy secular y finalmente muy espiritual, Gaudí descubrió la dimensión profunda de la fe y, a través de sus conversaciones con distintos obispos y otros religiosos, así como su seguimiento del año litúrgico y la lectura de la Biblia, se le reveló un mundo que quiso trasladar a su obra. Probablemente, la Sagrada Familia es la que encarna mejor todo el simbolismo del mensaje cristiano, sin olvidar la iglesia de la Colonia Güell, otra pieza clave de su arquitectura religiosa”.

Es este Antoni Gaudí (Reus, 1852–Barcelona, 1926) el protagonista de la exposición romana: “Él –sigue Matabosch– provenía de una familia católica, pero de joven no era de una gran vivencia cristiana. A medida que fue construyendo iglesias y concibiendo la Sagrada Familia, fue cada vez sintiéndose más identificado con el sentido profundo de lo que hacía. Fue penetrando en el santoral, en la Biblia, en las particularidades de la vida cristiana, lo interiorizó y lo plasmó en su obra”.

De ahí ese coprotagonismo inevitable que tendrá en el Vaticano la Sagrada Familia, icono del mismísimo dicasterio de la Nueva Evangelización, presidido por Rino Fisichella, quien la describe con devoción: “Quien la observa en su potente arquitectura encuentra la voz de ayer y la de hoy. No escapa a nadie que es una iglesia, un espacio sagrado que no puede confundirse con ninguna otra construcción. Sus agujas se lanzan hacia el cielo, obligando a mirar a lo alto. Sus pilares no tienen capiteles jónicos o corintios y, sin embargo, hacen pensar, cuando permiten ir más allá para seguir un entrelazado de arcos que evoca un bosque, en el que el misterio invade al observador y, sin anularlo, le ofrece la serenidad”.

La Sagrada Familia es, sin embargo, un ente en constante evolución hasta su finalización, estimada en el año 2030. Abierta ya al culto su nave central, Giralt-Miracle la define como obra cumbre de la geometría, la mecánica y los materiales, también de trascendencia: “De entre todas las obras de Gaudí, la Sagrada Familia siempre despertó en mí un gran interés, pero una vez se ha podido concluir la nave central y podemos penetrar en su interior, en lo que el mismo Gaudí llamó un bosque de columnas, creo que es su obra más potente, ambiciosa y representativa”.

Estudio Antoni Gaudi

Estudio de Gaudí

Tres pilares

Giralt-Miracle ha elegido el “arte, ciencia y espiritualidad” que comparten Gaudí y su Sagrada Familia para enmarcar la exposición vaticana: “A lo largo de mi vida, yo mismo he seguido este proceso. Como historiador del Arte, primero conocí al Gaudí arquitecto-artista. Al especializarme en su obra, descubrí la dimensión científica de su arquitectura. Con los años, he comprendido que el fundamento de toda su actividad era la búsqueda de la dimensión trascendente de la existencia”.

La muestra se ha organizado en cinco capítulos: ‘Gaudí y la Sagrada Familia’, ‘Arte. Otros edificios de Gaudí’, ‘Ciencia. Tecnología en la Sagrada Familia’, ‘Espiritualidad’ y ‘La Sagrada Familia hoy’.

A través de este recorrido, que ocupará unos 800 metros cuadrados, la pretensión es “presentar todos los aspectos más importantes del arte de Gaudí, tanto en la Sagrada Familia como en otras obras suyas –describe Matabosh–. De manera que su arte manifieste su genio. Por otro lado, también queríamos presentar su aspecto científico, porque él es el creador de muchas formas extraordinarias gracias a sus conocimientos. El último punto es la espiritualidad, que no es algo casual en Gaudí, sino que la trascendencia, el arte que lleva hacia Dios, está muy presente en todo el proceso creativo. En este sentido, se van a exponer objetos litúrgicos que él diseño… Al final, habrá un vídeo sobre la Sagrada Familia y su consagración por el Papa”.

Es precisamente este mobiliario sagradoel que destaca Giralt-Miracle de la colección que se lleva a San Pedro: “Gaudí es el creador de grandes inmuebles, por lo tanto, obras que no podemos trasladar al Vaticano. Sí que podemos trasladar, en cambio, sus obras muebles. Son los objetos litúrgicos originales que se salvaron del incendio de 1936 los que expondremos en el capítulo ‘Espiritualidad’: atriles, candelabros, lámparas, una silla presbiteral, un crucifijo, etc.”. La mayoría de estos planos, mobiliario y objetos proceden del Museo de la Sagrada Familia y del Museo Nacional de Arte de Catalunya (MNAC), incluida la maqueta, diseñada por el propio arquitecto.

Antoni Gaudi objetos liturgicos

Un candelabro y un banco litúrgico, obras de Gaudí

A nadie escapa que la presencia de Gaudí en San Pedro devolverá a la actualidad su proceso de canonización. “Seguramente –admite Matabosh–. No ha sido esta nuestra intención, pero seguro que sí influirá. Porque lo hacemos dentro mismo del Vaticano y será visitada por mucha gente de la propia Curia romana. De hecho, a la inauguración acudirán seis o siete cardenales, además de Fisichella e Ignacio Carrasco de Paula, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, ya confirmados”. Sería, ya se sabe, el primer arquitecto elevado a los altares.

Paralelamente, se desarrollarán en Roma una serie de actividades institucionales y académicas acerca de la cultura y la Iglesia catalanas –la del tiempo de Gaudí y la actual–, entre las que destaca la ponencia de Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, sobre Arquitectura: símbolo y sagrado. Un siglo después de Gaudí.

jcrodríguez@vidanueva.es

En el nº 2.777 de Vida Nueva.

 

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