Felicísimo Martínez: “La Vida Religiosa no es una profesión, es una experiencia evangélica”

Felicisimo Martinez Diez religioso dominico

Religioso dominico

Felicisimo Martinez Diez religioso dominico

MAITE LÓPEZ MARTÍNEZ | Hace ya casi 20 años que el dominico Felicísimo Martínez Díez, especialista en movimientos teológicos contemporáneos, espiritualidad, Nueva Evangelización y Vida Consagrada (VC), publicó su obra Refundar la vida religiosa (1994). El objetivo entonces era animar a “recuperar la dimensión profética de la Vida Consagrada sobre la base de una más intensa experiencia de Dios y una mayor inserción en los gozos y en las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo”.

En la misma semana en la que se celebra la XVIII Asamblea General de CONFER, hemos acudido al experto de batallas y de luchas para preguntar de nuevo sobre el presente y el futuro de la VC.

– Usted fue de los primeros en hablar de la necesidad de refundar la VC, algo que en los últimos años está llevando a las distintas congregaciones a grandes cambios, incluyendo los estructurales (quizás una de las cosas más difíciles de mover). Esencialmente, ¿en qué consiste la refundación y por qué sigue siendo tan necesaria?

– Las palabras “refundar” y “refundación” han dado lugar a múltiples interpretaciones y también a múltiples malentendidos. En los ambientes oficiales, por lo general, no han sido bien recibidas, porque se interpretó que quienes hablábamos de refundación pretendíamos renunciar al actual proyecto de Vida Religiosa (VR) e inventar una nueva, erigirnos en nuevos fundadores. Nada más lejos de mi intención en el uso de estos términos. La “refundación” hace referencia al proyecto de VR de siempre. Pero demanda hoy de los religiosos y las religiosas que vuelvan a fundamentar este proyecto de vida sobre las únicas bases teologales que le dan sentido: la experiencia de fe, la práctica de la fraternidad-sororidad, la misión entre los pobres. Refundar es volver a fundamentar en los mismos fundamentos de siempre. La Vida Religiosa no es simplemente una profesión, o una misión, o una tarea. Es básicamente una experiencia de vida evangélica.

– Ha acompañado a la VR con innumerables publicaciones, artículos y charlas a lo largo de la geografía española, pero también –imagino– compartiendo el camino de religiosos y religiosas, tanto personal como comunitariamente. Toda estas experiencias le han ofrecido un conocimiento privilegiado ¿Cuál es, a su modo de ver, el mayor defecto de la VR? ¿Y su mayor virtud?

– En mi opinión, el mayor defecto que padece hoy la VR es la debilidad o la fragilidad de su experiencia “teologal”, de su experiencia de Dios, de su calidad evangélica. No hablo del nivel moral. No pretendo hacer juicios morales. El nivel moral de religiosos y religiosas, por lo general, es bastante aceptable. Hablo del nivel teologal. Ahí radica la mayor debilidad de la VR: y esta debilidad da lugar con frecuencia a falta de sentido. Por otra parte, la mayor virtud de la VC está en el extraordinario servicio que presta a las personas más pobres, excluidas y desfavorecidas a lo largo y ancho del mundo. ¿Qué sucedería en el mundo si desaparecieran tantos y tantas samaritanas?

“El verdadero invierno
solo se da en la Vida Religiosa
cuando se apaga el fuego de la fe
y de la vida evangélica”.

– ¿Cómo ve a la VR actualmente en España? ¿Cuál es el mayor reto al que tiene que hacer frente?

– La VR está viviendo en España, y en las llamadas sociedades del bienestar en general, un “tiempo de invierno”. Sociológicamente hablando, ese invierno se refleja en la escasez de vocaciones, en la falta de aceptación social y reconocimiento público, en las dificultades institucionales, en la “esterilidad apostólica”… Pero el verdadero invierno solo se da en la VR cuando se apaga el fuego de la fe y de la vida evangélica. Creo que el mayor reto que tiene es no caer en el siguiente peligro: buscar aceptación y reconocimiento público a base de recortar el Evangelio y sus aristas, adaptarse indiscriminadamente a los valores al uso, renunciar a su condición contracultural para caer bien a esta sociedad del bienestar.

LEVADURA

Acabó un año de intensa memoria de los 51 mártires de Barbastro. “Historia recia y maldita”. El sinsentido de la violencia impresiona siempre. Pero no asombra menos la fecundidad de esas vidas sesgadas. Como ellos, miles de cristianos anónimos se han identificado con Cristo en su muerte. En ellos se muestra también la fuerza de la resurrección. Esta es la esencia de la historia de salvación. La que hace de la cruz, bendición.

mtlopez@vidanueva.es

En el nº 2.777 de Vida Nueva.

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