Benín recibirá la exhortación postsinodal ‘Africae Munus’

cardenal Turkson en Sinodo para Africa

Benedicto XVI viaja al país africano, en el 150º aniversario de su evangelización

africanos en el Vaticano

África vuelve a ser, estos días, foco de atención en Roma

ANTONIO PELAYO. ROMA | Al escribir estas páginas, Benedicto XVI se dispone a iniciar su cuarto viaje internacional de este año (después de Croacia, en junio; España, agosto; y Alemania, septiembre), que le conducirá, del 18 al 20 de noviembre, a la República africana de Benín. [Siga aquí si no es suscriptor]

Es su 22º vigésimo segundo viaje fuera de las fronteras italianas y el segundo con destino al Continente Negro (tras Camerún y Angola en 2009). El hilo que une ambos viajes es, precisamente, la celebración de la II Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos (Vaticano, 4-25 de octubre de 2009), sobre La Iglesia en África al servicio de la reconciliación, de la justicia y de la paz. El 19 de marzo de ese año, en Yaoundé, el Santo Padre había hecho entrega del Instrumentum laboris del Sínodo a representantes del Episcopado africano.

Ahora, en la Basílica de la Inmaculada Concepción de Ouidah, firmará la exhortación apostólica postsinodal Africae Munus, cuyos primeros ejemplares entregará a los obispos al final de la misa del domingo 20, en el Stade de l’Amitiè de Cotonou.

cardenal Turkson en Sinodo para Africa

El cardenal Turkson (en el centro), entre otros participantes del Sínodo de 2009 para África

Pero, como señaló a los informadores el P. Federico Lombardi en un briefing el lunes 14 de noviembre, no es esta la única razón del viaje a Benín, país que alcanzó la independencia de Francia en 1960 y que este año está celebrando los 150 años de su evangelización, así como los 40 del establecimiento de relaciones diplomáticas con la Santa Sede. [Programa oficial de la visita]

Por otra parte, es sabido que Benín fue la patria del cardenal Bernardin Gantin, una de las más prestigiosas figuras del Colegio Cardenalicio y con el que Joseph Ratzinger forjó una sólida amistad cuando ambos presidían los dos dicasterios más importantes de la Curia romana, Doctrina de la Fe y Obispos. Ratzinger sucedió a Gantin como decano del Colegio Cardenalicio cuando el purpurado africano, en 2002, decidió regresar a su país, donde vivió los últimos de sus 86 años, hasta su muerte (París, 4 de mayo de 2008).

Uno de los actos previstos en la agenda papal es la visita a la tumba del cardenal en la capilla del seminario St. Gall de Cotonou, el sábado 19.

La República de Benín es una de las naciones políticamente más estables de África. Sus habitantes (unos 9 millones) son católicos en un 34% y la convivencia entre las diversas religiones no plantea problemas especiales: el 43% son cristianos, el 24% musulmanes, el 17% animistas y el resto practican otros cultos. [Las cifras de la Iglesia católica en Benín]

A finales de los años 80, Benín realizó una “transición” ejemplar desde un sistema estrictamente marxista-leninista hasta un régimen multipartidista y democrático, gracias a una Conferencia Nacional presidida por el entonces arzobispo de Cotonou, Isidore de Souza, hoy considerado, junto a Gantin, un ‘padre de la Patria’. Este organismo sometió a referéndum una nueva Constitución y convocó elecciones legislativas.

Ejemplo del cambio fue Mathieu Kérékou(presidente del país de 1973 a 1990, y de 1996 a 2006), que, desde la estricta militancia comunista, se convirtió al islam después de un viaje a Libia, y que acabó siendo evangélico carismático.

cardenal ratzinger y gantin benin

Los cardenales Ratzinger y Gantin, en 2001

El P. Lombardi ha subrayado la importancia del discurso que Benedicto XVI pronunciará el sábado en el Palacio presidencial de Cotonou (el presidente desde 2006 es Yayi Boni), durante el encuentro que mantendrá con los miembros del Gobierno, los representantes de las instituciones de la República, el Cuerpo Diplomático y los representantes de las principales religiones.

Según el director de la Sala de Prensa, el discurso tendrá resonancias que van más allá de las fronteras beninesas y, en general, el viaje rebosa el ámbito local por la publicación de una exhortación (de 200 páginas) en la que habrá, sin duda, directrices y observaciones válidas para el continente, que, hoy por hoy, es una de las grandes esperanzas de la Iglesia.

Próximo viaje a México y Cuba

Hablando de viajes, Lombardi ha dejado abiertas las puertas a la posibilidad de que Benedicto XVI viaje en la próxima primavera a Cuba y México: “En estos días, los nuncios en México y Cuba se han encargado de informar a las autoridades religiosas y civiles más altas de ambos países que el Papa está estudiando un proyecto concreto para visitar los dos países, respondiendo a las invitaciones que ha recibido”.

En efecto, estamos ya ante algo más concreto que un vago proyecto, pero quedan aún no pocos cabos por atar. Se excluye, por supuesto, que la capital de México sea incluida en el itinerario, ya que su altitud la hace prohibitiva para la salud de Ratzinger; y lo mismo se diga del santuario mariano de Guadalupe. Su destino podría ser la ciudad de Guadalajara o de Guanajuato, donde esta erigido un grandioso monumento a Cristo Rey, en cierto modo, corazón simbólico del catolicismo mexicano.

El Papa viajaría primero a México y después a Cuba para celebrar el 400º aniversario del descubrimiento de la imagen de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, tan venerada en la Isla. En total, la duración del viaje no sobrepasaría la semana y podría tener lugar en marzo o abril. Pero por ahora todo está cogido con alfileres, y el organizador de los viajes papales, Alberto Gasbarri, no ha hecho aun la primera misión exploratoria.

Comunicación y crisis

Con motivo de su 150º aniversario, L’Osservatore Romano organizó, el jueves 10, un seminario sobre el tema Incomprensiones. Iglesia Católica y medios. Introducido por su director, Gian Maria Vian, sucesivos oradores trataron algunos de los “casos” donde ha quedado de manifiesto la distancia que ha reinado y reina entre la Iglesia y la información: la Humanae Vitae de Pablo VI (a cargo de Lucetta Scaraffia), la “impopularidad” y oposición a Juan Pablo II (profesor Riccardi), la campaña contra el “pastor alemán” (Jean-Marie Guenois, de Le Figaro), el affaire del obispo lefebvriano Williamson (Paul Bade, de Die Welt), la polémica en torno al preservativo (John Hooper), el escándalo de los abusos sexuales (John Allen, del National Catholic Reporter) o la “tergiversada lección de Ratisbona”, a cargo de un servidor.

Benedicto XVI con Herman Van Rompuy

Benedicto XVI con Herman Van Rompuy

Las conclusiones correspondieron al cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, quien, con su habitual agudeza, señaló algunos “defectos” crónicos de muchos informadores: banalización, búsqueda de efectos, imperfecta aproximación a la realidad, prejuicios

Y recomendó a la Iglesia que vaya a la esencia de los acontecimientos, que se mantenga en la cotidianidad de la vida, que supere la autorreferencia y que no deje espacios en blanco, “porque –dijo– la comunicación no puede ser por principio autodefensiva, sino que debe tener necesariamente una consistencia. Manteniendo su propia identidad, la Iglesia debe darse cuenta de que la atmósfera, el aire en que viven hoy los hombres ha cambiado, y por eso el hombre también ha cambiado y está remodelándose un nuevo rostro”.

El sábado 12 de noviembre, Benedicto XVI mantuvo un cordial coloquio con Herman Van Rompuy, actual presidente del Consejo Europeo, que había llegado a la capital italiana con las preocupaciones políticas propias de su cargo, pero que tenía gran interés en entrevistarse con el Papa; el secretario de Estado, cardenal Bertone; y con el “ministro de Exteriores”, Dominique Mamberti, para ponerles al corriente de la agitada escena europea. En el Vaticano se le dispensó el trato que sus altas responsabilidades merecen.

“Vivimos un período de crisis –le dijo el Pontífice mientras tomaban asiento en la Biblioteca Privada–, y Europa tienen grandes problemas”. Así inició la conversación, en francés, que se prolongó durante veinte minutos; Van Rompuy entregó a Ratzinger su libro Europa, esbozo de un proyecto y recibió una medalla del pontificado.

Después de la audiencia papal, el político belga visitó a la Comunidad de Sant’Egidio, a cuyos dirigentes confió: “En Bruselas he ayudado mucho a Italia y continuaré haciéndolo”. Falta le hace.

  • Opinión: Monti, por Antonio Pelayo

En el nº 2.777 de Vida Nueva.

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