MAITE LÓPEZ MARTÍNEZ | La Fundación Fernando Rielo es de las pocas instituciones que hoy apuestan fuerte por la promoción de la música sacra, gracias a un concurso internacional que se celebra cada año desde hace cuatro. El ganador del IV Premio Internacional de Música Sacra Fernando Rielo ha sido el compositor Antonio Noguera Guinovart (Tarragona, 1963), afincado desde su juventud en Santander, desde donde desarrolla su carrera profesional y artística.
Las cuatro composiciones finalistas, seleccionadas entre 20 obras presentadas de Argentina, Colombia, Eslovaquia, España, Estonia, Finlandia, Holanda y Perú, fueron interpretadas en un concierto público, el 4 de noviembre en la iglesia de San Jerónimo el Real de Madrid, a cargo de la orquesta Camerata del Arte y el coro Koiné Ensemble, dirigidos por el maestro Ignacio Yepes, presidente y miembro del jurado.
El premio (fallado por vez primera en Madrid, y no en Roma, sede de las anteriores ediciones, y dotado con 5.000 euros) está dirigido a compositores de cualquier país sin límite de edad. El texto propuesto en las bases de este año era el Padrenuestro para coro mixto y orquesta de cámara básica. Para optar a este premio, la obra presentada debe ser original, inédita y nunca interpretada en público, y de una duración entre 7 y 12 minutos.
“Este Premio –recalca la organización– tiene como objetivo promover la música sacra contemporánea. Invita a los compositores a expresar su honda vivencia espiritual o transcendente por medio de un lenguaje que es expresión manifiesta de la íntima relación del hombre con el Ser Supremo, sin circunscribirse a la música litúrgica propia de un credo determinado”.
Además de Noguera, habían quedado finalistas José Miguel Campos López (Valencia, 1978), Juan Durán (Vigo, 1960) y Laura Vega Santana (Vecindario, Las Palmas de Gran Canaria, 1978), quien recibió una mención de honor del jurado.
En el nº 2.776 de Vida Nueva.
