La Iglesia peruana clama contra la creciente violencia

El presidente del Episcopado aboga por proteger a la familia para combatirla

Según recientes encuestas, la inseguridad ciudadana se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los peruanos; y la demanda de seguridad, el poder vivir en paz, en un clamor de la ciudadanía frente a los políticos. En este contexto, y ante los últimos hechos de violencia urbana (asesinatos, secuestros…) registrados en Lima y en otras ciudades del país, el arzobispo de Trujillo y presidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), Héctor Miguel Cabrejos, emitió un comunicado, llamando a la paz y a la reflexión sobre este creciente flagelo social.

Bajo el título No a toda forma de violencia, merecemos vivir en paz y en justicia, el prelado franciscano mostró su conmoción por sucesos violentos como el acaecido el pasado septiembre al finalizar el clásico del fútbol peruano entre Alianza Lima y Universitario, cuando todo el país contempló conmocionado las imágenes del cuerpo inerte del joven universitario Walter Oyarce desangrándose sobre la Tribuna Sur del Estadio Monumental, tras ser empujado desde los palcos por hinchas rivales.
Para sorpresa de todos, la mayoría de los responsables eran padres de familia, con trabajos bien remunerados y económicamente privilegiados. Por ello, la nota episcopal advierte que “esta cultura de violencia” tiene entre sus causas “la desintegración familiar que ocasiona enfrentamientos al interior de la familia”.
Otro ámbito de preocupación para la Iglesia son las instituciones educativas, donde ha crecido de forma alarmante el bullying o acoso escolar. “No debemos olvidar –dice el texto– que la educación escolar va más allá de los índices de rendimiento académico, y que esta es responsabilidad fundamental de los padres de familia, a los que el Estado, a través del sistema educativo y los docentes, deben garantizarles sólida formación escolar, impregnada de valores éticos, morales y cívicos que nos permitan crecer como una sociedad sana”.

Más integración y empeño

Finalmente, el presidente de la CEP invoca al Estado, a la sociedad y a los padres a trabajar “cada vez más integrados y con mayor empeño” para recuperar el sentido más profundo de la familia como institución básica y promotora de desarrollo, y “para asegurar que nuestros hogares sean espacios de amor, respeto, diálogo, comprensión y tolerancia donde los niños y los jóvenes crezcan con esperanza y optimismo”. VNE
Rafael Quintanilla. Lima

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