‘Margin Call’: la noche más larga

J. L. CELADA | Un alto directivo, con más de tres décadas en la empresa, acaba de asistir impasible al despido de uno de los trabajadores. Al fin y al cabo, como mandan los farragosos organigramas al uso, otro jefe por debajo dará la cara ante sus compañeros. Sin embargo, en medio del revuelo causado y la inquietud generalizada (y justificada) del personal, confiesa acongojado: “Se pondrá peor antes de que mejore, mucho peor…”. Y no, no se está refiriendo al horizonte laboral ni a las perspectivas económicas, sino ¡a su perra!, a punto de morir víctima de un tumor en el hígado.

Tan sorprendente declaración ofrece solo una idea de la frialdad (y frivolidad) con que se manejan casi todos los protagonistas de Margin Call, ilustrativa historia sobre cómo se desencadenó la crisis financiera que desde 2008 nos tiene con el agua al cuello… a los de siempre: los contribuyentes hipotecados, que viven de su salario, ajenos a primas, gastos de representación, índices de volatilidad o liquidación de activos.

Lo que J. C. Chandor nos narra en su estreno como director, rodeado de un reparto estelar, son las 24 horas previas al gran desplome de los mercados desde el implacable punto de vista de un banco neoyorquino al borde de la quiebra, responsable entre tantos otros de la situación actual.

Con pulso contenido y mirada incisiva –como corresponde al complejo momento que se avecina–, su cámara es testigo de la intempestiva sucesión de reuniones en las oficinas de la compañía, para mostrarnos la falta de escrúpulos de un grupo de tiburones cuando se trata de salvaguardar su estatus, aun a sabiendas de que sus decisiones acarrearán el hundimiento de millones de ciudadanos que un día depositaron en ellos su confianza (y sus ahorros). Pero, durante esa larga noche, se cuelan también por su objetivo resquicios de cierta humanidad, concesiones de un Wall Street con alma que –a veces y en contados personajes– parece distinguir seres de carne y hueso detrás de las frías cifras.

Apenas un espejismo en la oscura madrugada. El intenso intercambio de diálogos (desprovistos de toda empatía y sobrados de una ironía ciertamente hiriente para el común de los espectadores) pone al descubierto la inmoralidad de los actos y la bajeza de sentimientos de estos individuos, que acaban vendiendo sus principios –si algún día los tuvieron– a cambio de indemnizaciones millonarias. Y eso mismo se disponen a hacer ahora que vienen mal dadas: vender apresuradamente algo que saben ya sin valor, sin reparar en las consecuencias de su plan.

Desoladora, pero necesaria. Así se presenta ante nuestros ojos esta interesante película, cuya ficción –como ya ocurriera con el imprescindible documental Inside Job al que complementa– nos atrapa y nos indigna. Agradezcámosle al cine que, al menos por un rato, exhiba las vergüenzas de ocultadores y escapistas.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Margin Call.

GUIÓN Y DIRECCIÓN: J. C. Chandor.

FOTOGRAFÍA: Frank G. DeMarco.

MÚSICA: Nathan Larson.

PRODUCCIÓN: M. Benaroya, N. Dodson, Z. Quinto, R. Ogden Barnum, C. Moosa, J. Jenckes, C. Elwes.

INTÉRPRETES: Kevin Spacey, Paul Bettany, Jeremy Irons, Zachary Quinto, Simon Baker, Demi Moore, Stanley Tucci, Penn Badgley, Mary McDonnell.

En el nº 2.775 de Vida Nueva.

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