El cantautor Luis Alfredo publica nuevo disco
MAITE LÓPEZ MARTÍNEZ | Si alguien ha marcado un antes y un después en la música cristiana de nuestro país, ese ha sido Luis Alfredo Díaz. A los 15 años graba su primer disco, Jericó, ya con algún tema propio. Y a los 17 llega a Europa en el boom del “movimiento de Jesús”, los musicales gospel y la ebullición del posconcilio. Poco a poco fue convirtiéndose en uno de los autores más populares, con canciones que hoy todo el mundo conoce, como Baja a Dios de las nubes, No adoréis a nadie o la famosísima Tan cerca de mí.
En aquel momento entró en contacto con los primeros grupos cristianos de rock de EE.UU., la música carismática y los festivales que empezaban, pero, a diferencia del resto de cantautores españoles, Luis Alfredo se ha mantenido en permanente actividad y contacto con estas realidades hasta ahora. Fue iniciador del famoso Multifestival David, por el que, en 1993, recibió el Premio Bravo de la CEE y que ya cuenta con ediciones en varios países. A la gran actividad de esos primeros años, siguió un período más centrado en la producción de otros artistas, aunque no ha dejado nunca de editar sus propios discos.
El último de ellos es La vulgata eléctrica, un espléndido disco recopilatorio de una calidad poco frecuente y con una fascinante variedad de estilos en estado puro (como el rock de Yo soy el camino o el impresionante blues de Cuándo, dónde y con quién).
Impecable desde el punto de vista musical, él mismo habla de este disco como una segunda parte de Vertical-horizontal. Ambos son recopilatorios: el primero, con temas más genéricos, y este, con canciones basadas en textos bíblicos, género en el que se sabe mover como pez en el agua. Un disco en el que nos encontramos con el cantautor y el creyente que busca “acercar la Palabra de Dios a los que están más alejados de ella, sobre todo a los jóvenes”.
En el nº 2.775 de Vida Nueva.
