Santander celebra su primera Semana Bíblica

En respuesta a la petición del Papa en la exhortación apostólica ‘Verbum Domini’

Texto y foto: VICENTE L. GARÍA. VITORIA | La invitación a “mantener un encuentro habitual con las Sagradas Escrituras”, que Benedicto XVI realizara en su exhortación apostólica Verbum Domini ha tenido su respuesta práctica en Santander con la celebración de la I Semana Bíblica Diocesana. El obispo, Vicente Jiménez Zamora, la definía como “un proyecto evangelizador a través de la aproximación a la Palabra de Dios desde tres claves: en comunidad, con actitud de fe y clima de oración, y con la apertura a la conversión personal y comunitaria”.

El responsable del Servicio Bíblico Diocesano, Juan Valero, la presentó señalando que “toda la comunidad cristiana está convocada a participar; está abierta a todas las personas que quieran abrir su vida a la Palabra de Dios”.

Y en total fueron 60 parroquias las que se sumaron a la iniciativa, que comenzó a primeros de mes y que en algunas parroquias se retrasó a la tercera semana. Algunas, como la de Renedo de Piélagos, han extendido la celebración a su unidad pastoral teniendo cada día el encuentro en un templo distinto. El párroco, Alejandro Solórzano, valoraba positivamente esta experiencia: “Esta Semana Bíblica ha profundizado en la idea de trasladar a los fieles la posibilidad de orar con la Palabra. Hace unos años se buscó crear grupos que se animasen a hacer una lectura creyente de la Palabra. Acercarse a ella y descubrir que uno puede sentirse interpelado, sentir que esas palabras son para cada uno también; ha sido un gran descubrimiento para mucha gente”.

Paquita y Martina participaron en un grupo de Lectura Creyente de la Palabra y acudieron a la ermita de la Virgen de Valencia para cerrar esta semana de oración y reflexión, que califican de “provechosa, diferente”. Fina, otra feligresa, lamentaba “que no sepamos aprovechar más estas ocasiones y que venga más gente”. Precisamente, el perfil de los asistentes a esta Semana Bíblica “es el de mujer, mayor de 60 años y vinculada a la parroquia en los diversos servicios o movimientos”.

Al final de la celebración, se comentó cómo la Palabra en la Eucaristía dominical queda más “difuminada” dentro de ella, razón por la cual se aprecian más iniciativas como esta.

En San Pedro, de la localidad de Pedreña, el párroco Juan Cuevas destaca de esta experiencia “la emoción que sentimos al reunirnos y profundizar en el rostro de Jesús”. “Esta gente está aprendiendo a rezar desde la Palabra de Dios. Me duele que haya gente que, por un mal entendido ‘respeto humano’, se pierda la alegría del encuentro con Jesús. La Palabra es una fuente de la que hay que beber”, concluye el sacerdote.

En el nº 2.773 de Vida Nueva.

Compartir