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ANTONIO PELAYO | Corresponsal de Vida Nueva en Roma

“No tengo ninguna información al respecto, pero me permitiría hacer una sugerencia: que para dicho puesto sea nombrado un no italiano, respetando la regla de que los nuncios no tengan la nacionalidad del país al que son enviados como representantes del Papa”.

Con el nombramiento de monseñor Giuseppe Bertello como presidente de la Pontificia Comisión para el Estado de la Ciudad del Vaticano, ha quedado temporalmente vacante la Nunciatura Apostólica en Italia. No creo que se tarde mucho en cubrir dicho puesto, ya que se trata de un cargo de no menor rango en la diplomacia papal y es fácil deducir que el número de candidatos posibles sea ya muy alto. No tengo ninguna información al respecto, pero me permitiría hacer una sugerencia: que para dicho puesto sea nombrado un no italiano, respetando la regla de que los nuncios no tengan la nacionalidad del país al que son enviados como representantes del Papa. ¿Por qué razón Italia debe ser, también en esto, una excepción? Desde luego, no por argumentos eclesiológicos o jurídicos. Los otros deberían contar poco, pero mucho me temo que la anomalía seguirá en pie.

En el nº 2.772 de Vida Nueva.