La protección del Patrimonio, una prioridad

Administraciones gallegas e Iglesia buscan reforzar la seguridad tras el robo del ‘Códice Calixtino’

El arzobispo Barrio en la reunión con el 'conselleiro' de Cultura de la Xunta

JOSÉ RAMÓN AMOR PAN. SANTIAGO DE COMPOSTELA | El 5 de octubre se cumplieron tres meses desde la desaparición del Códice Calixtino de la Catedral de Santiago de Compostela. Las investigaciones policiales para averiguar qué pasó y dar con el paradero de esta joya bibliográfica continúan. Las hipótesis son varias y, tras la fase de recogida de pruebas, los esfuerzos se centran en la valoración de las mismas. El Correo Gallego, La Vanguardia e Interviú se han hecho eco de la teoría de la venganza, según la cual no estaríamos ante un robo propiamente dicho, sino ante un “secuestro” del libro para desprestigiar al octogenario deán, José María Díaz Fernández, y forzar su dimisión.

En nota de prensa, el 1 de octubre, el Cabildo lamentaba este uso de argumentos “que oscilan entre gratuitos e hirientes” y manifestaba “su estupor e indignación ante la proliferación de especulaciones sin base”.

Aparte de esa supuesta guerra de sotanas, lo que sí se ha desatado por parte del BNG es una ofensiva contra la Iglesia y la Xunta de Galicia, que ha llegado hasta el Parlamento regional.

El 28 de septiembre, la diputada Ana Pontón exigía un expediente sancionador contra la Iglesia y acusaba al consejero de Cultura de subordinación a la primera y de querer “lavarle la cara”. Con cierto tufillo desamortizador, voces autorizadas de ese partido nacionalista dijeron que estos bienes de la Iglesia deberían considerarse públicos y, por tanto, ser custodiados por la Administración.

Dos días antes, se reunían, por segunda vez desde el robo del códice, el Fiscal Superior de Galicia (impulsor de la iniciativa), el consejero de Cultura y el arzobispo de Santiago para avanzar en el proyecto Iglesia segura, Patrimonio protegido. Cubrir los edificios con pintura derrapante, blindar las canaletas con alambre de púas (sic) o crear un cuerpo de voluntariado para la protección del patrimonio cultural son algunas de las medidas que propone el fiscal… Al oírlas, da la sensación de que los expertos en patrimonio no han sido escuchados. Insiste el fiscal, además, en que una Iglesia abierta debe tener siempre una o dos personas encargadas de la vigilancia y que urge la contratación de vigilancia nocturna para los templos.

En declaraciones a Vida Nueva, un canónigo –que ha preferido mantenerse en el anonimato– manifestaba que “parece que estamos ante un brindis al sol más que ante un instrumento que realmente sirva para algo, porque, ¿quién va a poner el dinero para eso? Parece que lo único importante es la foto, transmitir a la opinión pública que se está haciendo algo, que nuestras autoridades no están de brazos cruzados ante un suceso tan desagradable como la desaparición del Códice Calixtino. Pero falta operatividad, que las diferentes administraciones se comprometan para sacar adelante el Plan Director de la Catedral”.

Falta financiación

También desde el Cabildo, Daniel Lorenzo, presidente de la Comisión de cultura y arte, señala que la oficina para el Plan Director no se había puesto en marcha por la indefinición de las administraciones a la hora de concretar sus aportaciones económicas a los presupuestos. “Estamos en el buen camino. La elaboración del Plan Director ha sido un avance muy significativo. Ahora solo hace falta conseguir la financiación para ejecutarlo. Son 30 millones de euros a invertir en diez años. Ojalá que tanto las autoridades públicas como los patrocinadores privados tengan el mismo grado de compromiso que se consiguió en Tarragona, Burgos o Zaragoza. Aunque, a decir verdad, los primeros datos no son muy halagüeños, pues las cantidades invertidas hasta ahora en obras en la catedral son de muy poca entidad y los fondos que se habían estimado en patrocinios para el VIII Centenario de la Catedral no se han cubierto en una parte muy importante”.

Mientras tanto, la Xunta de Galicia está haciendo un esfuerzo enorme para poner en valor los edificios ya acabados de la Ciudad de la Cultura, en los que ha invertido varios cientos de millones de euros, a falta todavía de construir dos de los edificios proyectados por el arquitecto norteamericano Peter Eisenman para el Monte Gaiás, lo que acrecienta todavía más la polémica sobre este megaproyecto, teniendo como tiene la comunidad gallega tanto patrimonio histórico sin la adecuada conservación y puesta en valor.

En el nº 2.771 de Vida Nueva.

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