El pueblo boliviano defiende a los indígenas amazónicos

La Iglesia condena la intervención policial contra la marcha en protesta por la construcción de una carretera

Pese al acoso policial, la marcha indígena llegará a La Paz el día 12 de octubre

RONALD GREBRE. LA PAZ | Diferentes sectores de la sociedad boliviana se pronunciaron en defensa de los cientos de indígenas que protestan por el posible avasallamiento de sus territorios en la Amazonía, en una marcha que ya recorrió más de 250 kilómetros desde Trinidad con destino a La Paz, y denunciaron la violenta intervención policial contra los manifestantes. La Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), por su parte, lamentó que se haya recurrido a la violencia renunciando al diálogo como camino de soluciones pacíficas y concertadas al problema del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).

“Condenamos las acciones de intervención y represión al campamento de los hermanos marchistas, que ha ocurrido cuando ellos se encontraban en total situación de indefensión”, lamentó en un pronunciamiento firmado por el secretario general de la CEB y obispo auxiliar de La Paz, Óscar Aparicio.

Mientras, el cardenal Julio Terrazas visitó a las más de 30 personas que mantienen una huelga de hambre junto a la catedral de Santa Cruz en apoyo a los marchistas. “He venido a recoger directamente sus inquietudes”, confesó, y escuchó a Justa Cabrera, una de las líderes del movimiento indígena, que seguirá luchando para lograr que el Gobierno desista de su intención de construir el tramo de vía que atravesará el TIPNIS entre San Ignacio de Moxos y Villa Tunari.

“El día 25 de septiembre será históricamente triste, los indígenas nunca pensamos que la policía nacional gasearía a los que estábamos en una marcha pacífica exigiendo un derecho que está plasmado en la Constitución Política”, recordó el presidente del Órgano Legislativo Departamental del Beni y líder del pueblo chiquitano, Rodolfo López. Lamento que resume también la “indignación por lo brutal y salvaje que significó la intervención de la marcha”, en palabras del representante del Defensor del Pueblo en el Beni, Luis Revollo.

El presidente Evo Morales, sin embargo, atacó a quienes se oponen a la construcción de la carretera por el TIPNIS y señaló que, frente a la embestida de grupos de oposición, “es necesario reflexionar, fortalecer la unidad, la organización y defender el proceso de cambio y las transformaciones estructurales”. En su opinión, los marchistas pretenden llegar a La Paz antes de los comicios judiciales del 16 de octubre para generar un clima social desfavorable.

El dirigente indígena Fernando Vargas, por el contrario, aseguró que la acusación del mandatario no tiene sustento, porque la marcha, que espera llegar a La Paz el 12 de octubre, tiene una plataforma de lucha marcada por la defensa del medio ambiente y los recursos naturales. “Nuestra intención –dijo– no es perjudicar las elecciones”.

Finalmente, tras la brutal represión policial contra los marchistas, el presidente Morales no tuvo más remedio que suspender la construcción de dicha carretera y anunciar una consulta popularen los departamentos del Beni y Cochabamba, que definirá la continuidad o no del proyecto. La violenta intervención policial en el campamento de los marchistas, sometiéndolos a golpes, maniatándolos y amordazándolos, le costó al actual Gobierno la renuncia de dos ministros y un viceministro.

Sergio A. Gualberti, nuevo arzobispo coadjutor de Santa Cruz

UN SUCESOR PARA EL CARDENAL TERRAZAS

Sergio Alfredo Gualberti Calandrina, desde mayo de 1999 obispo auxiliar de Santa Cruz, acaba de ser nombrado por Benedicto XVI nuevo arzobispo coadjutor de esta arquidiócesis boliviana y, por tanto, sucesor directo en el pastoreo de la Iglesia cruceña del cardenal Julio Terrazas Sandoval, quien presentó su renuncia a la sede el pasado mes de marzo, al cumplir los 75 años de edad.

El nombramiento fue recibido con alegría por los sacerdotes de Santa Cruz, que reconocen la amplia trayectoria de Gualberti dentro de la Iglesia boliviana, así como por la propia Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), que se mostró complacida por la elección del Papa, reconoció su secretario general, Óscar Aparicio.

En su primera reacción tras conocer la noticia, Gualberti, de 66 años y llegado de Italia en noviembre de 1979, manifestó sentir temor de lo que ocurra en adelante, ya que conoce los múltiples desafíos que implica llevar adelante la Iglesia de Santa Cruz en una región tan dinámica del oriente boliviano.

En el nº 2.771 de Vida Nueva.

Compartir