‘Four lions’: muertos de risa… y de dolor

J. L. CELADA | Buscar la risa del espectador a costa de un asunto tan espinoso como el terrorismo puede sonar a provocación, cuando no a una frivolidad intolerable. Apelar a su inteligencia para sortear esa primera impresión, y adivinar la sutil crítica que subyace bajo un aparente despropósito, es quizás el único camino que conduce al sano disfrute de producciones como Four lions.

Chris Morris, reputado guionista y director televisivo, debuta en el largometraje con lo que ha calificado de “comedia yihadista”, la historia de cuatro musulmanes residentes en Gran Bretaña que deciden formar una célula terrorista dispuesta a “volar infieles”. ¿Una broma de mal gusto para un buen número de países, heridos todavía por el recuerdo del 11-S, el 11-M o el 7-J? No pocos, víctimas de estos trágicos atentados, entenderán que sí.

Una opinión tan respetable como su dolor. Ahora bien, detrás de la atrevida (y polémica) propuesta de esta cinta late el sincero empeño de su creador: transformar el temor en humor y abundar en la necesaria perogrullada de que más vale reír que matar.

Y muertos de risa nos dejan algunas de las ocurrencias de los protagonistas de esta sátira (política, social y religiosa) sobre los peligros del fundamentalismo y la imbecilidad, que a menudo cohabitan en un mismo individuo. Situaciones que ponen al descubierto las torpezas del grupo de aprendices, también sus conflictos, y la inevitable sensación de que, a la vuelta de cada gag, la cruda realidad nos congelará la sonrisa en los labios.

Mientras, sujetos a un incómodo deleite, vamos descubriendo cómo los muyahidines de turno preparan su particular “guerra santa”. Un adiestramiento colmado de disparates, pero, sobre todo, convertido en magnífico pretexto para hablar del plan (o el error) de Dios, del martirio, de la libertad, de la mujer en el islam, de la radicalización de los moderados, de la manipulación ideológica, del consumismo occidental y hasta de la policía inglesa y sus métodos. Sumidos en la disyuntiva de escuchar al cerebro o al corazón, esta banda de suicidas se abandona a la insensatez de los prejuicios y los tópicos, llevando hasta el extremo argumentaciones y posicionamientos que solo pueden ser obra de un loco o un idiota, casi siempre más temible que cualquier mente pensante.

Nunca resultó sencillo apostar por la comedia negra y salir airoso del envite, menos aún cuando las desgracias humanas se ciernen como nubarrones que pueden ensombrecer las buenas artes de este subgénero. Sin embargo, ajenos a tormentas, los Cuatro leones de Morris esgrimen fieros sus garras: las de la transgresión y el cine de altos vuelos. Desde luego, bastante más elevados que el de esos cuervos kamikazes sacrificados por la causa rebelde. Y es que esta película duele casi tan adentro como el hecho de poder perdérsela.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Four lions

DIRECCIÓN:Chris Morris

GUIÓN: Chris Morris, Jesse Armstrong y Sam Bain

FOTOGRAFÍA: Lol Crawley

PRODUCCIÓN: Mark Herbert y Derrin Schlesinger

INTÉRPRETES: Riz Ahmed, Arsher Ali, Nigel Lindsay, Kayvan Novak, Adeel Akhtar, Craig Parkinson, Preeya Kalidas, Wasim Zakir, Mohammad Aqil

En el nº 2.771 de Vida Nueva.

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