El Espíritu de Asís clama por la paz en Múnich

San Egidio reunió a líderes religiosos y políticos en el 10º aniversario del 11-S

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Convocados por la Archidiócesis de Múnich y Freising y la Comunidad de San Egidio, representantes de distintas confesiones se reunieron en la capital muniquesa para rezar por la paz. Las jornadas, que tuvieron lugar del 11 al 13 de septiembre con el lema Destinados a vivir juntos.

Religiones y culturas en diálogo, resultaron una cita previa de excepción del encuentro que la Comunidad de San Egidio celebrará en octubre para conmemorar el 25º aniversario del hito interreligioso de Asís, en el que Juan Pablo II congregó a líderes espirituales de todo el mundo.

Al coincidir la inauguración, el domingo 11, con el décimo aniversario de los atentados contra los Estados Unidos, la reivindicación de lo religioso como un instrumento de paz fue una constante. En el Llamamiento de Paz, acordado por todos los participantes al final del encuentro, se pidió con energía “un tiempo nuevo” en el que se dé “alma” a la globalización y se supere el egoísmo que “conduce a una civilización de la muerte”.

Por esto “hay que mirar a lo alto, abrirse al futuro y ser capaces de globalizar la justicia”. La apuesta por el diálogo, “el arma más inteligente y pacífica”, es “la respuesta a los predicadores del terror, que utilizan incluso las palabras de las religiones para difundir odio y dividir al mundo”.

Además de la conexión, vía satélite, con el arzobispo de Nueva York, Timothy M. Dolan, a la misma hora en que diez años antes dos aviones se estrellaron contra las Torres Gemelas, otro momento significativo se dio el día 12 con la intervención de la presidenta de la República germana, Angela Merkel. “Yo crecí en Alemania del Este y el hecho de que haya llegado a canciller alemana muestra cómo ha cambiado el mundo desde el encuentro de Asís de 1986”, afirmó, a la vez que rememoró los “frutos de esperanza” que generó ese movimiento y que “en el Este vimos de forma evidente con lo que sucedió en 1989”.

“Todos tenemos un compromiso común con la paz: trabajar por la unidad de la familia humana, como sugirió Juan Pablo II, con el corazón y con la mente”, concluyó.

Abrir el corazón

Benedicto XVI también estuvo presente a través de la lectura de un mensaje enviado dos semanas antes. En él, el Papa alemán señaló: “Debemos aprender a vivir no unos junto a otros, sino unos con otros, es decir, debemos aprender a abrir el corazón a los demás, a permitir que nuestros semejantes tomen parte en nuestras alegrías, esperanzas y preocupaciones. El corazón es el lugar donde el Señor se hace cercano”.

En el número 2.769 de Vida Nueva

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