Colegios católicos han de anticipar dinero para hacer frente a los pagos mensuales

La escuela concertada rechaza la acusación de que los recortes en la pública son para beneficiarla a ella

ÁLVARO REAL | Comienza el curso escolar con recortes presupuestarios para racionalizar los recursos humanos de los centros docentes. Desde 2006, y tras la promulgación de la Ley Orgánica de Educación (LOE), les corresponde a las comunidades autónomas “dotar al conjunto del sistema educativo de los recursos económicos necesarios para dar cumplimiento a lo establecido en la Ley, con el fin de garantizar la consecución de los objetivos en ella previstos”. Pero, ¿está afectando el déficit público de las autonomías a la educación? ¿Los recortes pueden beneficiar a la escuela concertada?

Autonomías como Madrid, Galicia, Navarra o Cataluña han anunciado un aumento en las horas lectivas dentro de la jornada laboral de los profesores, una medida que, según los sindicatos, supondrá una destrucción de puestos interinos de entre 12.000 y 15.000 plazas. Estos mismos sindicatos lo han calificado como un ataque a la escuela pública, que “supondrá una merma en la calidad de enseñanza al reducir el equipo docente”.

Por su parte, las administraciones autonómicas destacan que no habrá “recortes ni despidos de profesores, aunque los de la ESO tendrán que ampliar su jornada lectiva de 18 a 20 horas semanales, medida que irá acompañada de un incremento salarial “significativo”, han afirmado, por ejemplo, desde la Comunidad de Madrid.

Aunque no afecten estos recortes en los puestos de interinos a la concertada, los colectivos vinculados a ella están preocupados con las medidas, especialmente cuando desde distintos sectores se afirma que esta reorganización a quien beneficiará es a los centros privados.

Desde Escuelas Católicas entienden que “la educación es uno de los pilares que no debe verse afectado” por los recortes en el gasto público, y la defienden “por encima de todo”. Luis Centeno, director de la Asesoría Jurídica de Escuelas Católicas, apunta a Vida Nueva que en estos recortes habría que analizar “si suponen una merma de calidad o una mejora en la reorganización de los recursos educativos”.

Reorganización

“No se deberían reducir las condiciones económicas de los profesores, ni los contenidos, ni los horarios, ni las unidades”, explica Centeno, que considera que “una mejor reorganización interna estaría dentro de la capacidad de gestión”. “Estamos en un momento de crisis en el que hay que apañarse de la mejor manera posible”, afirma antes de pedir a las administraciones públicas que sean “transparentes” y muestren si habrá recortes en horarios o en los contenidos de los alumnos.

La crisis está afectando a todos, pública y concertada, y Centeno explica que se han paralizado las previsiones de crecimiento, están teniendo muchas dificultades a la hora de pedir sustituciones, retrasándose el pago por parte de las administraciones y, sobre todo, que es la escuela católica la que en muchas ocasiones tiene que anticipar el dinero para pagar al personal no docente, la luz, el agua, el teléfono o la limpieza.

“Hay comunidades autónomas, como Andalucía o Castilla-La Mancha”, denuncia Luis Centeno, que no están pagando mensualmente el abono correspondiente a esas partidas” y se está abonando cada tres, cuatro o cinco meses. “La Administración cada vez adeuda más dinero a los centros concertados”, añade. [Seguir leyendo]

En el nº 2.768 de Vida Nueva.

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