Andrea Tornielli: “El Papa conjuga la doctrina y la tradición con la mirada del pastor puesta en la realidad”

Vaticanista del diario italiano ‘La Stampa’

DARÍO MENOR. ROMA | Numerosas polémicas jalonan los seis primeros años de pontificado de Benedicto XVI. La crisis con los musulmanes por el discurso de Ratisbona, el permiso para la celebración de la misa según el rito preconciliar, la cuestión de los obispos lefebvrianos, el uso del preservativo en la lucha contra el sida, la vuelta de los anglicanos tradicionales a la comunión con Roma, las zancadillas entre cardenales y, por supuesto, los abusos sexuales a menores han motivado estos escándalos.

Andrea Tornielli, vaticanista del diario italiano La Stampa, analiza junto a su colega Paolo Rodari de, Il Foglio, estos episodios y cómo han sido utilizados para atacar a Benedicto XVI en En defensa del Papa (Martínez Roca).

Los autores señalan que son tres los círculos desde los que han partido las andanadas contra el Pontífice. El primer nivel es exterior, formado por los grupos económicos y países que están en contra del mensaje de la Iglesia, mientras que los otros dos se sitúan dentro de ella. En uno de ellos se encuadran las voces eclesiales de disenso, tantas veces “corrosivas”, que intentan “ridiculizar las palabras del Papa”. El último círculo es el de los hombres más cercanos a Benedicto XVI, quienes, debido a errores involuntarios, han acabado enfangando al Pontífice en más de una ocasión.

– ¿Piensa que las críticas le llueven al Papa porque es el único líder moral hoy?

– Sí. Una parte de las críticas viene porque hay intereses, muchos de ellos legítimos, que la Iglesia toca. Hay realidades que tienen intereses que entran en conflicto con lo que la Iglesia dice y hace. Estoy de acuerdo con el hecho de que el Papa es un líder moral global. Esta es una característica de la Iglesia católica: sucedía lo mismo con Juan Pablo II. El liderazgo mundial se ha hecho todavía más fuerte desde el momento en que el Papa ha perdido el poder temporal.

– Algunos de los ataques vienen de los medios de comunicación. ¿Hay una posición anticatólica en la prensa?

– Existe una vena de anticlericalismo en el mundo de la comunicación, que lleva siempre a preferir y a exagerar las protestas contra el Papa, como ha ocurrido durante la JMJ. No es esto una novedad de este pontificado. Juan Pablo II fue muy atacado. Todos recuerdan los últimos años de su pontificado, cuando era anciano y estaba enfermo, pero fue atacado durante años. Pablo VI fue masacrado.

– ¿Ha cambiado la tormenta  de la vigilia de la JMJ la imagen que muchos tenían del Pontífice?

– Lo que sucedió en aquel momento muestra que el Papa, de manera muy sencilla, da un ejemplo de que es capaz de sorprender al decidir quedarse allí, pese a la lluvia y al fuerte viento y pese a que los ceremonieros le decían que era mejor irse. No se dedica solo a predicar y a dar discursos, es también una persona sencilla y humana. Hay que tener en cuenta que tiene ya bastantes años, y no le resulta fácil soportar el cansancio de estos viajes. En Madrid, el Papa ha tenido una agenda muy llena, sin olvidar el calor. Sorprende la sencillez y disponibilidad con que acepta estos programas.

Viaje a Alemania

– ¿Considera que la próxima visita a Alemania supondrá una superación de los problemas del discurso de Ratisbona?

– Es la tercera vez que Benedicto XVI visita Alemania. La primera vez fue en la JMJ de Colonia, un evento que iba más allá de Alemania. La segunda vez iba al corazón de su tierra. Esta vez va a Berlín, a la capital, en un viaje que se caracteriza por el encuentro con mundos con los que ha habido cierta confrontación durante el pontificado. Se caracteriza por este diálogo con su tierra, con una tierra secularizada y en la que hay presentes otras confesiones. No es un viaje fácil. Luego está el discurso frente al Bundestag. Berlín es la capital de Europa hoy. Los cristianos tienen algo que decir sobre Europa, tal vez deberían hacer que se escuchara más su voz. No creo que sea un viaje para superar Ratisbona, pienso que en él el Papa tratará de hablar a todos los católicos y cristianos alemanes. No olvidemos que en la Iglesia de este país hay contestaciones.

– En octubre se celebra el 25º aniversario del encuentro de Asís. ¿Vienen algunos ataques de sectores de la Iglesia que no están de acuerdo con la vocación al diálogo interreligioso y ecuménico del Papa?

– En estos ataques está el llamado fuego amigo. Justo en el contexto del 25º aniversario de Asís hemos visto críticas que vienen desde dentro de la Iglesia. Decían que el Papa, rememorando este encuentro, no estaba en la línea de su pontificado. Considero que este es más amplio de lo que se piensa: Ratzinger no es siempre ratzingeriano. Por ejemplo, se olvidan todas las intervenciones que ha hecho sobre la ecología. Tiene una visión cristiana de la protección de la Creación. No quiero decir que todo lo que dice está a la misma altura e importancia, pero hay cosas que escapan al cliché conservador que se le pone al Papa. Asís entra en esta situación.

– ¿Ha aprendido el Papa a evitar futuros desencuentros?

– No creo que se haya aprendido de algunos problemas de comunicación y de dirección. Por ejemplo, la cita polémica de Ratisbona la había incluido el propio Papa, pero el problema viene de su entorno. También el caso del preservativo en el viaje a África es significativo. El mundo de la comunicación tiene muchas culpas, pero en estos casos no es responsable de lo sucedido. Creo que se ha aprendido de algunos incidentes, pero no creo que los problemas de comunicación y gobierno se hayan arreglado. Probablemente se cometerán menos errores en el futuro, pero hay problemas estructurales que deberían haber sido afrontados, aunque no ha ocurrido así.

Polémicas

– Una reedición de la polémica del preservativo se vivió con las declaraciones del Papa en el libro-entrevista Luz del mundo. ¿Cómo explica esta nueva crisis?

– Comenzó con el lanzamiento de aquella frase por parte, no de alguna agencia malintencionada, sino de L’Osservatore Romano. Fue un nuevo error de comunicación. Lamento que se le hagan exámenes de doctrina al Papa cuando responde abiertamente a preguntas cuya respuesta luego él revisó. Una entrevista no tiene el valor de Magisterio de una encíclica o una carta apostólica. Veo un riesgo de controlar al milímetro las cosas que dice el Papa. No me refiero al tema del preservativo, sino cuando habla de la Humanae Vitae. Hay tantas páginas en ese libro que nos hacen ver su capacidad de conjugar la doctrina y la tradición con la mirada del pastor puesta en la realidad… Este es el genio del cristianismo.

– Usted explica las polémicas en los problemas de gobierno y comunicación. ¿Hay demasiado inmovilismo en el Vaticano?

– Es evidente que hay un problema de gobierno. Hay varios motivos: estructurales, la elección de personas no adecuadas… No existe una estrategia comunicativa. Lo ha dicho el propio director de la Sala de Prensa, el padre Federico Lombardi. En mi opinión, se infravalora este hecho. El problema de comunicación no provoca solo que se hable mal del Papa o de la Iglesia en la prensa, incide en la fe de la gente sencilla y tiene consecuencias graves.

En el nº 2.768 de Vida Nueva

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