Ortega afirma que Cuba vive una “primavera de la fe”

La peregrinación de la Virgen del Cobre por toda la isla hace visible el catolicismo

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Después de décadas alejado de la esfera pública, el catolicismo en Cuba vive hoy una “primavera de la fe”. Así lo manifestó el arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega, en la eucaristía celebrada el 4 de septiembre en la localidad de Madruga, y que supuso un punto culminante en lo que está siendo un acontecimiento “histórico” para la Iglesia en Cuba: la peregrinación de la Virgen de la Caridad del Cobre por toda la isla.

Lo que se inició el 8 de agosto del pasado año y que culminará el próximo 30 de diciembre en La Habana, supone una auténtica fiesta por la cual la llamada ‘Virgen Mambisa’ ha recorrido 25.000 kilómetros y ha sido venerada “por cientos de miles de cubanos”.

El cardenal Ortega, único purpurado cubano, se congratuló en la homilía de que “muchas cosas están cambiando” desde que acometieran el pasado año un proceso de diálogo con Raúl Castro, sucesor de su hermano Fidel en el control del poder. El primer fruto de ese acercamiento fue la excarcelación de casi 130 presos políticos, muchos de ellos enviados a España.

Ahora, esta peregrinación parece consolidar el cambio en las relaciones Iglesia-Estado en la isla. Y es que solo hubo una anterior y fue en 1952, siete años antes de la llegada al poder de Fidel Castro y la implantación de un régimen comunista.

Ortega, que definió a la fiesta en torno a la Virgen como un símbolo de “reconciliación” y un “momento de diálogo”, pidió rezar “por todos los cubanos, fuera y dentro del país, y sobre todo por la paz social y el progreso”. El cardenal advirtió que no hay marcha atrás en este cambio: “El pueblo cubano se acerca cada vez más a la Iglesia católica. Hoy pertenecen al pasado los tiempos de las curiosas simulaciones, de los temores (…), aunque muchos burócratas de oficina no se den cuenta y no comprendan que ya no es momento de desencuentros”.

Dos días después, el Arzobispado de La Habana tendría que salir en defensa de las Damas de Blanco, que acusaron a fuerzas del régimen de detenerlas y hostigarlas cuando se dirigían a misa.

El purpurado concluyó reconociendo la influencia en este contexto del viaje que Juan Pablo II realizó a Cuba en 1998 y no descartó una futura visita de Benedicto XVI, quien le habría mostrado sus “deseos de venir”.

En el número 2.767 de Vida Nueva

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