El gran testimonio de los perseguidos

La JMJ 2011 acogió a católicos marginados en sus países

Jóvenes peregrinos egipcios

FRAN OTERO | Ser cristiano en muchos lugares es muy difícil. Eso es lo que han descubierto los miles de jóvenes que han pasado por la exposición que sobre los cristianos perseguidos organizó durante la JMJ Ayuda a la Iglesia Necesitada en el entorno de la iglesia de San Jerónimo El Real, un itinerario por los principales lugares donde se castiga, limita y asesina a los que profesan la fe de Cristo.

Un recorrido que empieza y se desarrolla sobre un drama que hay que denunciar, pero que concluye con esperanza y con oración. Ni un gramo de odio, ni un gesto vengativo… Sin rencor. Es lo que hace diferentes a los cristianos.

Pero si impresiona la exposición, más aún la experiencia de aquel que está cerca y comparte una JMJ. Y es que son muchos los peregrinos de países en los que sufren persecución que han podido estar en Madrid. No sin dificultades, porque, por ejemplo, algunos han tenido que pedir un visado de trabajo y turismo para poder acudir a la capital española e inscribirse con un nombre ficticio.

Es el caso de tres jóvenes argelinas, que reconocieron que vivir la fe cristiana en su país “es muy complicado”: “Nosotras no podemos mostrar públicamente que somos cristianas, no podemos llevar una cruz… Ni siquiera podemos entrar en la catedral (solo van extranjeros)”.

En Egipto, los ataques a iglesias coptas –la Navidad pasada– se cobraron la vida de decenas de cristianos. La situación, dentro de las dificultades, parece haber mejorado, tal y como cuentan dos peregrinos procedentes de Asuán, al sur del país. Dos ejemplos que se parecen a los de otros peregrinos, porque son muchos los perseguidos, y en muchos lugares: China, Irak, Venezuela, Filipinas, Palestina…

De hecho, tres de cada cuatro personas perseguidas o discriminadas por motivos religiosos son cristianas, hasta un total de 350 millones. Cifras que superan a la discriminación por ideología, pero que siguen silenciadas tanto a nivel mediático como político.

En el nº 2.765 de Vida Nueva.

NÚMERO ESPECIAL de Vida Nueva

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