“Dejo España contento y agradecido”

Los Reyes despidieron a Benedicto XVI en Barajas

Ceremonia de despedida en Barajas

ANTONIO PELAYO | El avión ‘Ciudad de Uncastillo’ de Iberia llevaba ya algún tiempo aparcado en la pista frente al Pabellón de Honor del aeropuerto de Barajas, donde esperaban al Papa los Reyes, junto con el presidente de las Cortes, José Bono; los ministros de Presidencia y Justicia, Ramón Jáuregui y Francisco Caamaño, respectivamente; y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, entre otras personalidades.

La larga caravana de coches con Benedicto XVI y su séquito llegó poco después de las 18:30 de la tarde, procedente de la comida que el Papa mantuvo con los cardenales en la sede de la Nunciatura Apostólica (tradicional almuerzo que el Pontífice suele celebrar el último día de su estancia en un país), y previo paso por el Pabellón 9 de IFEMA, donde tuvo lugar el agradecido (por ambas partes) encuentro final con los voluntarios de la JMJ 2011.

Don Juan Carlos y la Reina Sofía volvieron a saludar al Papa (habían estado con él por la mañana en la Misa de Cuatro Vientos) y, después de la ejecución de los himnos, el Rey tomó la palabra.

Una vez más, el monarca, con una sensibilidad que le honra, no se anduvo por las ramas. “Habéis dirigido –le dijo al Pontífice– palabras de amor y de esperanza, así como de aliento y confianza, a una juventud depositaria de sentimientos y valores como el compañerismo, la amistad y la solidaridad (…). El presente demanda concentrar nuestra atención en los jóvenes si queremos ganar el futuro que ellos representan y se merecen. Ese futuro que solo será mejor si situamos los intereses generales por encima de egoísmos particulares, si pensamos más en lo que debemos hacer por los demás que en lo que podemos conseguir para nosotros”, añadió el monarca.

José Bono, presidente del Congreso, con Benedicto XVI

El Papa escuchó con evidente complacencia estas palabras del Rey, y en su discurso, a continuación, quiso añadir una dosis de esperanza, afirmando: “España es una gran nación que, en una convivencia sanamente abierta, plural y respetuosa, sabe y puede progresar sin renunciar a su alma profundamente religiosa y católica. Lo ha manifestado una vez más en estos días, al desplegar su capacidad técnica y humana en una empresa de tanta transcendencia y futuro como es el facilitar que la juventud hunda sus raíces en Jescucristo, el Salvador”.

“Dejo España –subrayó como él sabe hacerlo– contento y agradecido a todos. Pero sobre todo a Dios, que me ha permitido celebrar esta Jornada tan llena de gracia y de emoción, tan cargada de dinamismo y esperanza”.

Un Papa feliz

La palabra “gracias” ya no se le caía al Papa de los labios, y cuando saludó a todos los presentes desde lo alto de la escalerilla del avión, seguía repitiéndola con una sonrisa que reflejaba sus evidentes sentimientos.

Ya en el avión, sus portavoces insistieron en ese estado de ánimo del Santo Padre. “El balance –nos dijo, una vez acomodados, el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi– es absolutamente positivo, no solo por los números, que han sido imponentes, sino por el espíritu y la claridad del mensaje”.

El director de L’Osservatore Romano, Gian Maria Vian, fue aún más sintético y más contundente: “El viaje no ha podido salir mejor. Ha sido una experiencia que se merece el diez sin condiciones”.

Por su parte, la Embajadora de España cerca de la Santa Sede, María Jesús Figa López-Palop, ratificaba que Benedicto XVI le había manifestado estar “satisfecho y agradecido por todo el esfuerzo que se había hecho para realizar una Jornada que había resultado magnífica y en la que todo el mundo ha puesto lo mejor de su parte”.

Entre los periodistas que participábamos en el vuelo papal, el ambiente, a pesar del cansancio, era de muy buen humor, a lo que contribuyó, sin duda, la compañía Iberia, que nos atendió con exquisita amabilidad.

El avión aterrizó en el aeropuerto de destino a las 21.20 de la noche. Desde allí, el Pontífice se dirigió, seguidamente, hacia Castel Gandolfo, donde ha proseguido sus vacaciones y las habituales tareas del todavía período estival.

En el nº 2.765 de Vida Nueva.

NÚMERO ESPECIAL de Vida Nueva

ESPECIAL JMJ 2011 MADRID en VidaNueva.es

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