Feria Vocacional en la JMJ 2011: el escaparate de la catolicidad

El Parque del Retiro muestra en una ‘expo’ la riqueza de dones de la Iglesia

Uno de los muchos 'stands' de la Feria Vocacional de la JMJ 2011

Texto y fotos: JOSÉ LUIS CELADA | Caía la noche sobre Madrid casi al mismo ritmo con que las persianas iban echando el cierre a las casetas de la Feria Vocacional instalada en el Parque del Retiro. Durante cerca de doce horas, el céntrico pulmón de la capital española había respirado los aires de riqueza y diversidad de los múltiples carismas allí citados al abrigo de una sombra amiga en este sofocante 16 de agosto.

Desde las diez de la mañana, órdenes, congregaciones, movimientos… habían dado ya el pistolezato de salida a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) 2011, incluso antes de que la inaugurara oficialmente el arzobispo anfitrión, cardenal Antonio Mª Rouco Varela, con la Eucaristía vespertina en la cercana Plaza de Cibeles.

Cientos de peregrinos desfilaron a lo largo del día por el Paseo de Coches, no para comprar la última novedad editorial o conseguir la firma de su autor de cabecera. En el mismo lugar donde anualmente la Feria del Libro cita a lectores impenitentes, caza autógrafos o curiosos, este verano la Iglesia universal organiza su particular “Feria de Dones”.

Todos los carismas

Jesuitas, Salesianos, Hermanitas de los Pobres, Esclavas del Sagrado Corazón, Scouts, Obras Misionales Pontificias, Ayuda a la Iglesia Necesitada, Comunión y Liberación, Heraldos del Evangelio… Todos tienen cabida en este “variopinto” escaparate de la catolicidad, como lo definían para Vida Nueva las hermanas Cristina e Isabel, de las Religiosas de San José de Gerona, el instituto fundado por la catalana María Gay Tibau al servicio de la salud (clínicas), la enseñanza (colegios) y la tercera edad (residencia geriátricas). Tres dimensiones de su compromiso evangélico con el que también trataban de responder a la pregunta que sin rodeos les lanzaba un grupo de chicas de Talavera de la Reina (Toledo): “¿Vosotras qué hacéis aquí?”. Aunque cansadas, su sentido de acogida y su amplia sonrisa refrendaban su testimonio.

La mañana fue más concurrida en afluencia de visitantes, nos cuentan unos y otros, pero el calor ha ido haciendo mella en los jóvenes… y en sus anfitriones. La jornada empieza a pesar casi tanto como la mochila y la proximidad del primer acto multitudinario de esta JMJ, la Misa de apertura, va desalojando el recinto. Sin embargo, no son pocos todavía los que se resisten a alejarse de aquí y siguen departiendo animadamente frente a algún stand.

El de la familia salesiana reúne a estas alturas de la tarde a varios puñados de chavales de los miles que mueve su pastoral juvenil por todo el mundo. Con ellos está, entre otros, Ivonne Reungoat, desde hace tres años superiora general de las Hijas de María Auxiliadora, institución que agrupa a unas 14.000 hermanas en unos 90 países de los cinco continentes.

Yvonne Reungoat, superiora general de las Hijas de Mª Auxiliadora, en la Feria Vocacional 2011

Las vocaciones y el ejemplo de los adultos

Hablamos con ella de las vocaciones, de cómo en algunas partes –como en los países de Europa Occidental– han disminuido, pero también del crecimiento en Asia (India, Vietnam, Corea del Sur, Timor, Indonesia…), en África, e incluso en los Estados Unidos, o de cómo se mantienen en América Latina y Centroamérica. Más allá de cifras y estadísticas, la religiosa francesa está convencida de que “el Señor llama a jóvenes, pero se necesita que estos puedan encontrar en su camino adultos que tengan la pasión de estar cerca, de escuchar y de ayudarles a descubrir su propia vocación”.

“Hay jóvenes –añade– que no descubren su vocación porque no encuentran a personas en su vida con quien hablar, compartir, discernir, descubrir y madurar una respuesta vocacional”. De aquí que alabe el carácter “complementario” de un acontecimiento como la JMJ, tan “importante para los jóvenes, pues favorece su experiencia de Iglesia a nivel de fe, de vida cristiana y de escuchar una llamada especial del Señor. Además, han tenido una preparación antes y van a tener seguimiento”, por lo que aguarda este encuentro “con mucha esperanza”.

La misma que desprenden las palabras de Anthony. Este misionero claretiano nigeriano ha venido acompañado a un grupo de jóvenes de Zúrich (Suiza), y ahora, junto a la caseta de su congregación, recuerda satisfecho los muchos jóvenes que se han acercado, “no con una inquietud vocacional, pero sí con interés por conocer quiénes somos, y eso es importante”.

“Si no vienen, tenemos que ir nosotros”

Ha atendido a gentes de todas las edades, también a adultos, “porque a través de ellos esas informaciones pueden llegar mejor a los jóvenes”. ¿Y de qué les ha hablado? “Fundamentalmente de nuestra congregación, pero que es una congregación que existe en la Iglesia católica. Por tanto, no se puede hablar de ella sin hacer referencia a la Iglesia católica, a la evangelización, a la Palabra de Dios”.

El joven religioso africano cree, además, que los tiempos han cambiado, por lo que promover las vocaciones con una feria “no se trata de frivolizar o algo parecido, sino de ir allí donde está la gente. Si no vienen, nosotros tenemos que ir. Más aún, no tenemos que esperar a que vengan”.

Y eso ha hecho la Feria Vocacional: salir a su encuentro y tomar la calle. Solo así se llegará a todos. Incluso a los más rezagados, como esa joven pareja costarricense –integrante de una delegación de 400 compatriotas acogida en la vecina Diócesis de Getafe– que hubo de conformarse con echar un rápido vistazo al puesto de merchandising oficial antes de emprender el camino de vuelta lejos del Retiro. Hasta el domingo 21 tienen sobradas ocasiones de intentarlo de nuevo.

Siga el desarrollo de la JMJ 2011 MADRID en VidaNueva.es

Compartir