Reenganchados a Jesús

Una iniciativa pastoral en Barcelona atrae a jóvenes que se habían alejado de la Iglesia

JORDI LLISTERRI | “La indicación era presentarse con una nariz de payaso. ¡Era para despistar! La cosa iba en serio: ¿a qué nos llama Dios a cada uno? ¿Cuáles son las diferentes llamadas que puede recibir un joven de parte de Dios? ¿Cómo discernirlas? ¿Cómo saber si son de Dios? ¡Bufff, Dios, no está nada mal! Pero tranquilos, para ayudar a formular tantas preguntas profundas apareció en la sala un payaso (que se parecía mucho a un jesuita joven) que nos ayudó a centrar el tema en lo muuuuy importante!

Se ayudó del cuadro La vocación de san Mateo, de Caravaggio, para hacernos entender cuál es la actitud de cada uno ante la llamada que nos hace Jesús a ir con él. Después, una joven periodista nos fue presentando varios testimonios de respuesta a la vocación recibida: una pareja joven, los padres de un bebé, un hermano marista, una religiosa contemplativa (que tuvo que irse antes para volver al convento), un joven sacerdote y una chica que había descubierto su vocación por Internet.

Todo quedó recogido artísticamente por nuestro amigo payaso en un mural muy expresivo, donde quedaban reflejadas aquellas cosas muuuuy importantes que habíamos compartido entre todos. Y claro, no podíamos dejar lo más importante: la oración; acabamos rezando juntos el Padre Nuestro. Es cierto, Jesús nos llama, pero con muy buen humor, y hay muchas maneras de concretar tu respuesta. ¿Cuál es la tuya?”.

Este texto recoge la experiencia de una de las sesiones de “Estació d’Enllaç” (“Estación de Enlace”) que se realizan desde hace cuatro años en Barcelona promovidas por la Delegación de Jóvenes del Arzobispado, y que se han extendido a Lleida.

“Enlace” para reenlazar el encuentro con Jesús a jóvenes que han ido abandonando su contacto con la fe y enfriando su experiencia eclesial; y “Estación” como lugar de paso para enlazar con otras realidades en marcha de pastoral juvenil.

Provocar de nuevo el encuentro con Cristo es cosa “seria”, pero algunos recursos más informales y provocativos pueden ser la chispa que inicie un proceso. Por ello, las propuestas de los encuentros que se han convocado estos cuatro años han sido todas distintas, originales y hasta curiosas.

Durante el curso se ha programado una sesión mensual, en parroquias, en centros de las comunidades religiosas, en la calle, en puntos significativos de la ciudad… Algunas tienen un tono más festivo y de primer anuncio. Otras buscan profundizar en la fe y en la respuesta personal a la llamada de Jesús. “En clave de Clown” era la que invitaba a asistir con una nariz de payaso. En otra, la propuesta era un taller de risoterapia.

Expresión y celebración

El empuje de la visita de Benedicto XVI a Barcelona también fue aprovechado. Unas semanas antes se convocó la sesión “Cristo, estación central”. Ante la Sagrada Familia, el actor Joan Pera encarnó el personaje de Gaudí para narrar el sueño del arquitecto y su recorrido espiritual, que finalizó con el descenso a la Cripta del templo en la que está enterrado para orar. Como en todas las sesiones, la expresividad y la celebración siempre encuentran un espacio de silencio y oración. En la misma sesión se repartió la tarjeta “T-8 Multizona”, un título de transporte con “8 viajes integrados para vivir una Iglesia joven”.

Otras convocatorias más artísticas han sido protagonizadas por Siro López, Migueli, Peio Sánchez o el marista Toni Torrelles. También se ha estado muy atento a la actualidad y, en pleno período electoral, se convocó la sesión “Joven + Cristiano + Política = Transformación social” con el testimonio de varios jóvenes implicados en política.

“Estació d’Enllaç” también ha contado con la presencia episcopal, en una de sus sesiones, de Sebastià Taltavull. La convocatoria era una imagen simulada del Faithbook con el perfil del obispo y con el mensaje “preguntadme y os contestaré el 19 de marzo”. Taltavull repitió en otra ocasión presidiendo una eucaristía acompañado por un coro de gospel.

“¿Te atreves a descubrir la diversidad?” fue otra propuesta que consistió en visitar locales y centros parroquiales con presencia significativa de inmigrantes. Una experiencia similar se hizo en Lleida. Una ruta nocturna, pero no de copas, sino descubriendo los rincones en los que se esconde la pobreza, con parada en dos centros de atención a indigentes para escuchar el testimonio de jóvenes voluntarios.

Si la propuesta ya es singular, lo es también el esfuerzo pastoral en el que se apoya. Salesianos, jesuitas, religiosas de Jesús María, vedrunas, concepcionistas, escolapias, Lestonnac, misioneras de Nazaret, los esplais cristianos, la Acción Católica… están detrás de la iniciativa. Personas vinculadas a la pastoral juvenil de estas y otras entidades han participado estos primeros cuatro años en la organización. Un núcleo que no está cerrado y que varía cada año, sumando personas y entidades. Algunos programan ya el curso incluyendo las actividades de “Estació d’Enllaç” en su calendario pastoral.

El cantautor Migueli, en una de las convocatorias

El proyecto surgió con la voluntad de aportar cada uno su riqueza y carisma. Sumar esfuerzos. No ha sido pensado para suplir el trabajo de cada institución, sino para ofrecer una propuesta puntual que abra un proceso personal que después debe continuar en cada parroquia, escuela o comunidad. Despertar y compartir saliendo del coto privado de cada comunidad.

“Nuestra propuesta es misionera, no solo va destinada a los que ya tenemos asegurados”, explica el salesiano Gerard Guerra, que forma parte del equipo organizador de los encuentros que promovió el delegado de Pastoral Juvenil de Barcelona, Antoni Roman.

Respuesta desbordante

Guerra define como “apasionante y desbordante la respuesta; haberlo puesto en marcha ha merecido la pena”. Según explica, “el joven se lleva una manera de vivir la fe diferente que lo llena y desinstala. Así, está el joven que después de la visita a un centro de acogida se hace voluntario o el que, tras un encuentro, ha querido incorporarse en un grupo o colectivo de pastoral juvenil existente”. Una experiencia, añade Guerra, que permite ver a los jóvenes vinculados a grupos cristianos que “no estamos solos, que hay una comunidad de jóvenes en la Iglesia que palpita”.

“Es una propuesta que les sorprende y un espacio para compartir que los anima. Siempre se van con alguna cosa más”, coincide Marta Ballvé, profesora laica de las Misioneras de Nazaret, que también forma parte del equipo organizador. Ballvé destaca que la colaboración entre instituciones pastorales diversas permite compartir lo mejor de cada una y que los jóvenes de cada comunidad puedan visualizar que no están solos, “que en la otra punta de la ciudad hay jóvenes cristianos como ellos”.

Como muestran las convocatorias realizadas, la clave de la propuesta está en el esfuerzo por presentar una oferta creativa y diferente. En este punto es en el que Marta Ballvé ve más posibilidades de atraer a jóvenes que se han situado al margen de la fe y de la experiencia eclesial. “Reciben una imagen de la Iglesia diferente, que no es la que ven en los medios de comunicación. Pueden apreciar que los cristianos vivimos con alegría la fe de Jesús”, explica. “Es una propuesta en la que es más fácil que un joven invite a un amigo y, así, llegar a los que no llegamos”.

Apuesta por la creatividad

Una de las claves de esta iniciativa pastoral es su clara apuesta por la creatividad y la singularidad de cada sesión. Son muchos los esfuerzos colectivos que se dedican a ello para conseguir una difusión atractiva y juvenil. Se pone de relieve en el grafismo y en los carteles de las convocatorias o en los lemas de los encuentros. “Y, a ti, ¿qué te mueve?”, preguntaba una convocatoria en Lleida.

Entre las diez respuestas a la definición de moverse se podía leer: “Hacer que un cuerpo ocupe un espacio distinto del que ocupa. Ejemplo: Movía los discípulos y no discípulos de un lado a otro de Galilea”; “Agitar una cosa o parte de algún cuerpo. Ejemplo: No movía ninguna bandera, solo el Espíritu!”; “Hacer que algo funcione. Ejemplo: Cuando se lo encontraban les movía el corazón”; o “Saber comportarse. Ejemplo: Se movía muy bien tanto entre fariseos y como entre ricos, pero especialmente entre los pobres y pecadores!”.

En el nº 2.763 de Vida Nueva.

Visite la sección de Pastoral Juvenil ESPECIAL JMJ 2011 MADRID en VidaNueva.es

Compartir