El ocio, un fenómeno para el estudio

Es la tercera actividad para los españoles, según el CIS

M. Á. MALAVIA | Progresivamente, el ocio es visto como un fenómeno a estudiar, debido a la importancia de su buena gestión en la vida ordinaria como un indudable generador de felicidad (o insatisfacción, en caso de su mal uso). El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), en junio de 2009, se cuestionaba por los hábitos de ocio de los españoles, extrayendo unos interesantes datos, como que el 72,7% de los encuestados no había pisado una biblioteca en el último año o que el 39,4% no lee nunca. Por aquel entonces, aunque en dos años ha podido cambiar el panorama, el 51,7% no había oído hablar del libro electrónico.

Entre las aficiones, al 70,5% le interesaba bastante la música, al 59,9% el cine y al 59,2% la lectura. La danza no le interesaba al 77,2%, ni el teatro al 64,2%. Finalmente, el ocio se encontraba en el tercer lugar de las actividades principales de los encuestados, después del trabajo (que les ocupaba el 43,5% del día) y las tareas domésticas (el 30,4%).

Esta reflexión también se da por parte de las administraciones. El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio apoya el Proyecto OcioGune, a cargo de la Universidad de Deusto, por la cual se  constituyó hace siete años una Cátedra de Ocio y Conocimiento, dedicada a la organización de foros y encuentros entre especialistas e investigadores universitarios.

También a nivel internacional existe el Congreso Mundial del Ocio, promovido por la Asociación Mundial del Ocio, con sede en los EE.UU., y cuya sexta edición, en el año 2000, se  celebró en Bilbao, dedicada a reflexionar sobre Ocio y desarrollo humano.

Manuel Cuenca, director del Instituto de Estudios del Ocio, destaca que el interés por esta materia está creciendo en todo el mundo. Hasta el punto de que el 80% de los matriculados en su centro son extranjeros, provenientes de Europa, América, África y Asia.

En el nº 2.762 de Vida Nueva.

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