Cuantos más apoyos, menos abortos

RedMadre constata que, a pesar de las presiones, las adolescentes quieren seguir con su embarazo

MARINA DE MIGUEL. Fotos: LUIS MEDINA | Aunque tiene cinco meses recién cumplidos, el bebé de Mafer ya ha enseñado infinidad de cosas a su madre. Se ha convertido en el motor que esta joven de 17 años necesitaba en su vida para seguir adelante. Ella es una de las numerosas menores embarazadas que acudieron a la Fundación RedMadre en busca de una alternativa de vida frente al aborto. Una de las adolescentes que, según esta red solidaria de apoyo, asesoramiento y ayuda a la mujer gestante en situación de riesgo, “no está amparada, contemplada ni protegida” por la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, que entró en vigor el 5 de julio de 2010. [Siga aquí si no es suscriptor]

Al cumplirse el primer año de su aplicación, la entidad ha manifestado que la ley ha sido tan negativa o más de lo augurado. “Al permitir la interrupción del embarazo a las menores de edades comprendidas entre los 16 y los 18 años sin el consentimiento de los padres o tutores, se ha olvidado de las que sí quieren seguir adelante con la gestación y no tienen ni encuentran ningún apoyo en su entorno”, explica la directora general, Carmina García-Valdés.

La labor prestada por la entidad lo confirma. En este año, RedMadre constata un aumento del 45% de menores de edad que solicitaron su ayuda para proseguir con su embarazo, en contra de presiones de todo tipo para que abortaran. “Si a ello se añade –continúa– que la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción Voluntaria del Embarazo (ACAI) ha señalado que el número de abortos en menores no se ha disparado, como se esperaba, sino que se ha reducido, podemos concluir que la gran mayoría de las adolescentes no quieren abortar, y que, de las que lo han hecho, seguro que algunas lo hicieron obligadas o presionadas”.

Confusión

“Cuando me quedé embarazada, estaba muy confundida. Todo el mundo me decía que no podría hacer las cosas que hacen otras chicas de mi edad, como ir a las discotecas. A esto se añade que la ley parece que te condiciona más a que interrumpas el embarazo. Muchas chicas no aguantan la presión y terminan abortando”, relata Mafer.

Fue su madre, quien acababa de pasar por una situación traumática, la que le puso en contacto con RedMadre. Allí encontró todo el apoyo y ayuda para tener a su hija. “Me dijeron que, si otras habían podido, yo también. Hoy mi hija tiene cinco meses y me siento muy contenta de haber tomado esta decisión. Lo que más destacaría de este tiempo es que cada día que vivo con ella es un mundo nuevo, aprendo algo, me siento más orgullosa de tenerla conmigo. La Fundación es como una familia para mí, ayudo en el almacén mientras cuidan de la niña, son como sus tías. Me dieron el apoyo y la ayuda que necesitaba, ánimo para mi autoestima, aceptación de la realidad y ayuda material para mi bebé”.

Esta joven “heroína”, como la denomina la directora, es el ejemplo de que “cuando la mujer recibe toda la ayuda que necesita, supera cualquier dificultad que el embarazo imprevisto le pueda ocasionar”.

La ley también permite el aborto libre en las primeras 14 semanas, y hasta las 22 en caso de riesgo para la madre o por malformaciones en el feto incompatibles con la vida. A juicio de la Fundación, este hecho ha dejado mucho más desprotegida a la mujer embarazada, ya que añade una nueva forma de presión para que aborte lo antes posible. “Se les dice: ‘Ahora no hay tiempo que perder, ya no tienes que alegar nada’. Esto les impide reflexionar y reunir una información completa y veraz que les ayude a decidir”, critica García-Valdés.

Carmina García-Valdés con una de las pequeñas

Esta imposibilidad ha llevado a que se quintuplicase el número de mujeres y hombres que han acudido a RedMadre solicitando ayuda para superar las secuelas psicológicas del aborto provocado. “Entre las más frecuentes está el sentimiento de culpa. Toda mujer, aunque esté solo de días, sabe que lo que lleva dentro es su hijo. Cuando lo pierde de forma violenta, como es un aborto provocado, siente, de inicio, pérdida y culpa, y que ella ha tenido algo que ver”, afirma Carmina García-Valdés.

Otros síntomas son trastornos de sueño, de alimentación o conductas perniciosas con las que, de algún modo, busca autocastigarse. Lola Armada, portavoz de la Federación RedMadre Castilla y León, recuerda a una mujer que les decía que todo lo malo que le pasara le estaba bien empleado. “Viven en una espiral de dolor y de daño, son incapaces de tomar decisiones, y cuando son felices, se derrumban”, asegura.

Estos síntomas se pueden presentar a los pocos días, a los meses o incluso al cabo de los años. “Tienen una herida abierta, cualquier cosa puede hacer que todo se reviva. Tenemos psicólogos y especialistas que trabajan con ellas para que esto sane. Es un proceso lento y personalizado, pero también se trabaja en grupo para que vean que los sentimientos que ellas tienen son compartidos por otras”, añade Carmina.

Oportunidades para sanar

El primer paso es pedir ayuda, algo cada vez más fácil, pues, como afirma la directora, cada vez son más las entidades que hablan del gran daño que puede ocasionar un aborto y de las alternativas de vida que existen, como la adopción. Recientemente, acudió a ellas una pareja de 19 y 20 años que abortó en septiembre. Fue el confesor de ella quien, al ver su sufrimiento, les instó a acudir a RedMadre. “A todos les damos la oportunidad de ayudarnos, de ser voluntarios y, a través de su testimonio, informar a los demás. Al ver que así se salvan muchas vidas, encuentran alguna tranquilidad y paz”, afirma la directora.

Nunca estarás sola es el lema de la Fundación, y, desde que nació, hace cuatro años, no han parado de poner en práctica. “Informamos a la mujer de cómo está su hijo, de qué es un aborto y las consecuencias, además de las posibilidades que tiene si decide continuar con el embarazo. Siempre le decimos: ‘Hagas lo que hagas, estaremos contigo, no te vamos a juzgar ni condenar’”, explica Lola Armada.

Este acompañamiento continúa tras el parto. Gracias a convenios y acuerdos con entidades privadas, asociaciones, instituciones (entre las que se encuentra Cáritas) o particulares, llegan a RedMadre numerosos enseres, desde comida hasta cunas o cochecitos.

Más de trescientos “nietos”

Cuando acudes a la sede principal de RedMadre (ubicada en la madrileña calle de Guzmán el Bueno, 74) es habitual ver a numerosos bebés que descansan en los brazos de sus orgullosas madres. “Yo no tengo nietos propios, pero por la Fundación puedo decir que tengo más de trescientos”, bromea la directora.

No le falta razón. En sus primeros cuatro años de trabajo, la entidad ha atendido a 9.700 mujeres que acudieron en busca de ayuda material, médica, laboral e información. De ellas, 6.089 estaban embarazadas en situación de riesgo y un 78,25% llevó a término su gestación. Solo en 2010 nacieron 298 niños, una cifra muy alejada de los 83 de 2007.

La labor de la Fundación y de las RedMadre locales es inagotable. Gracias a su impulso, se han aprobado en distintas comunidades autónomas iniciativas legislativas de apoyo a la mujer embarazada. “La Comunidad de Castilla y León ha sido la primera en aprobar y poner en marcha una Ley de apoyo a la mujer embarazada, en la que están colaborando diversas consejerías. Con políticas e iniciativas públicas y privadas de apoyo a la maternidad, las mujeres tienen más y mejores recursos para superar cualquier dificultad”, comenta Lola Armada.

En el nº 2.762 de Vida Nueva.

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